La morosidad bancaria vuelve a bajar y cerró junio en el 3,5%
Tras dos meses de alzas, los impagos retroceden hasta su tasa más baja desde diciembre de 2008
Más de un año después del inicio de las subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE), siguen sin aflorar las grandes amenazas derivadas del cambio de la política monetaria. La economía española esquiva la recesión y, además, los temidos impagos no crecen por el momento. La morosidad bancaria cerró el primer semestre con un nuevo retroceso, tras dos meses de subidas, y sigue sorprendiendo al sector financiero. Junio acabó en el 3,5%, la tasa más baja desde diciembre de 2008, según los datos publicados este viernes por el Banco de España.
Las entidades, supervisores y el Gobierno monitorizan esta métrica de cerca, ya que se trata de uno de los mejores termómetros de cuando llegan los problemas económicos. El fantasma de la Gran Recesión está demasiado fresco como para no tratar de prevenir que se sucedan de nuevo los impagos masivos y desahucios de vivienda. Por ello, Ejecutivo y sector financiero han buscado fórmulas para auxiliar a las familias más vulnerables de forma preventiva, aunque los nubarrones no terminan de llegar.
Los créditos considerados como dudosos, que son aquellos en los que se ha producido al menos un impago del principal o de los intereses en un periodo de más de 90 días, se situaron en los 42.173,5 millones de euros, casi 655 millones menos que un mes antes, la menor cantidad registrada desde julio de 2008. Mientras que el saldo financiado volvió a rebasar los 1,2 billones, tras superar la caída de mayo, aunque si se compara con el mismo mes de 2022 está casi 28.950 millones por debajo. Con estas cifras, el descenso respecto a mayo se explica por dos vías: por un lado, por el incremento del total del volumen de préstamos y, a su vez, por una menor cartera dudosa. Mejora tanto el numerador como el denominador.
Para poner estos datos en contexto, el 3,5% de mora es la tasa más baja desde finales de 2008, antes del socavón que provocó el estallido de la burbuja inmobiliaria. Y queda muy lejos de los impagos que se registraron durante la pasada crisis financiera: en diciembre de 2013 la morosidad bancaria escaló hasta el 13,62%.
La clave fundamental para que los temidos impagos sigan a raya, según los expertos, radica en la fortaleza del mercado laboral y en un mejor aguante de la actividad. Los deudores con un préstamo para compra de vivienda son muy resilientes y estos créditos son los últimos que se dejan de pagar, según inciden altos directivos de las entidades y del supervisor. En otras palabras, el abono de la cuota hipotecaria resiste y solo se desatienden estos pagos cuando se pierde el puesto de trabajo y los ingresos caen de forma drástica.
Según los datos del Banco de España, la morosidad del sector financiero ha bajado en el último año en 0,38 puntos, desde el 3,88% de junio de 2022. Una mejora de la ratio que contrasta con la evolución alcista del euríbor a 12 meses, a lomos de las subidas de tipos, que se situó a cierre de julio en el 4,149%.
Por tipo de entidades, la mora de los bancos, cajas de ahorros y cooperativas cerró el sexto mes del año en el 3,39%, en línea con el dato de mayo. Por su parte, en los establecimientos financieros de crédito la tasa bajó al 6,33% en junio. Según los datos del Banco de España, las provisiones del total de entidades de crédito se redujeron a 30.529 millones de euros en junio, lo que supone un descenso del 1,1% respecto al mes anterior.
El supervisor incluye entre los dudosos aquellos créditos en los que se ha producido un impago del principal o intereses durante un periodo de más de 90 días, o cuando se considere improbable que el deudor cumpla íntegramente sus obligaciones, aunque aún no haya importes sin abonar. En las cifras citadas se incluye un cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que desde enero de 2014 dejaron de ser considerados dentro de la categoría de entidades de crédito. Sin esta modificación, la morosidad se habría situado en el 3,59%.
Según las cifras publicadas por el Banco de España este viernes, un 51% del total del crédito está a tipo variable. Es decir, la mitad del volumen en préstamos es la que ya está sufriendo el zarpazo del salto del euríbor —índice al que se referencia la mayoría de las hipotecas variables, que se actualizan habitualmente una vez al año—, por lo que los deudores con más problemas financieros que tengan este tipo de créditos estarán en riesgo de caer en impagos.
Como medida preventiva ante estas turbulencias, el sector financiero y el Gobierno pactaron a finales del año pasado la ampliación del Código de Buenas Prácticas para proteger a las familias vulnerables con hipotecas a tipo variable. Entre enero y mayo se han registrado 33.000 solicitudes a esta red de auxilio, según avanzó la vicepresidenta económica del Ejecutivo, Nadia Calviño. Cuando se presentó el acuerdo alcanzado con las patronales bancarias, el Gobierno de coalición calculaba que este escudo social podría llegar a hasta un millón de deudores, aunque el Banco de España estima que los hogares que se podrán beneficiar de forma efectiva serían unos 200.000.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días