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Balance 2022

El BCE entrará en pérdidas por el pago de las reservas a la banca y la subida de tipos

Su situación contable no afecta en principio a la política monetaria Las pérdidas en el tiempo sí podrían requerir más capital de los Gobiernos del euro

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCEEfe
Nuria Salobral

El Banco Central Europeo (BCE) también está acusando en sus cuentas el giro radical de su política monetaria. El banco central que dirige Christine Lagarde y el conjunto del Eurosistema –que incluye a los bancos nacionales de los países del euro– habían amasado en la última década beneficios de 300.000 millones de euros con la compra de activos y el cobro de intereses a la banca por su exceso de liquidez. La situación ha dado sin embargo un vuelco drástico: el BCE ahora debe pagar a la banca por esas reservas un interés superior a los ingresos que obtiene del cupón de sus bonos en cartera, en buena parte adquiridos a tipo negativo y con larga duración. El resultado será una pérdida en la cuenta de resultados de la institución en 2022, según reconocen fuentes del BCE.

La entidad podrá recurrir al dinero guardado en años anteriores para provisionar esos números rojos, de modo que a efectos contables la pérdida neutralizada. Pero el actual escenario de tipos de interés más elevados y de enorme exceso de liquidez en la banca plantea todo un desafío contable para el medio plazo, con posibles implicaciones en la política monetaria y también en la política fiscal de la zona euro.

En principio, las pérdidas de 2022 no serán un condicionante para el BCE. Según señaló Lagarde en rueda de prensa la semana pasada, “los bancos centrales pueden operar a pesar de encontrarse en una situación de pérdidas, y algunos de ellos también han operado con fondos propios negativos”. Las alzas de tipos plantean de hecho una problemática común a los bancos centrales y la Fed, el Banco Nacional de Suiza y la Reserva Federal de Australia ya han reconocido pérdidas.

Desde el BCE explican que con el tiempo, las pérdidas se reducirán ya que también aumentarán los ingresos que se obtienen por los bonos en cartera, con rentabilidades más altas que las actuales. Y avanzan que las pérdidas también podrían ser menores si se reducen los activos en balance y disminuyen los depósitos que los bancos comerciales mantienen en los bancos centrales nacionales. En definitiva, si se acelerara la reducción de balance o se modificara la remuneración de la facilidad de depósito.

Si las pérdidas persisten, se podría acelerar la reducción del exceso de liquidez

En 2022, y mientras la tasa de depósito estuvo en negativo, el Eurosistema –el BCE y los bancos centrales nacionales– ingresó de los bancos por su exceso de liquidez alrededor de 10.000 millones de euros. Pero a medida que la tasa de depósito ha subido hasta el 2% actual, ha tenido que pagar a los bancos por esa liquidez otros 13.000 millones de euros, cuantía que se prevé continúe creciendo. El BCE ya ha logrado que la banca devuelva en poco más de un mes líneas de liquidez TLTRO por casi 750.000 millones de euros, pero el exceso de liquidez es aún de 3,98 billones de euros.

Posibles consecuencias

Frederik Ducrozet, director análisis macroeconómico de Pictet WM, y Nadia Gharbi, economista de la firma suiza, advierten de que “el Eurosistema no se creó para remunerar grandes reservas bancarias”. Y calculan que incluso en un escenario de reducción más rápida del balance del BCE, mayores reembolsos de líneas de liquidez TLTRO o tipos de interés menores, el BCE puede tener que pagar cerca de 50.000 millones por las reservas bancarias en 2024. Después de otros 70.000 millones en 2023.

Los expertos de Pictet WM advierten de que el BCE puede estar más expuesto a riesgos de tipos de interés que otros bancos centrales, pues ha comprado bonos soberanos con rentabilidades a vencimiento negativas y generado durante más de dos años grandes pérdidas por diferencias entre los intereses negativos en los préstamos TLTRO a los bancos y el interés que les paga por las reservas bancarias. “Una perspectiva de pérdidas de ingresos persistentemente grandes podría obligar al BCE a cambiar la remuneración de las reservas bancarias y/o retirar liquidez por otros medios”, añaden. Confían en todo caso en que tales pérdidas podrían quedar “más que compensadas por los beneficios pasados, siendo gestionables”.

Pictet WM calcula que el BCE pagará a la banca 50.000 millones de euros en 2024

En esa transición hacia el regreso a los beneficios surge sin embargo la espinosa cuestión de la capitalización del BCE, que podría quedar dañada por el deterioro de su balance. El organismo ya aumentó su capital en 5.000 millones de euros al comienzo de la crisis del euro en 2010, con las aportaciones de los Gobiernos de los países del euro.

El propio banco central reconoce ahora la importancia de emplear parte de los beneficios del pasado para constituir colchones financieros. Es la salvaguarda para su independencia y para evitar la necesidad de una inyección de capital público que sin duda generaría controversia política. “El principio de independencia financiera implica que los bancos centrales nacionales siempre deben estar suficientemente capitalizados”, reconoce la autoridad monetaria.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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