El BCE sube tipos medio punto y anuncia alzas "significativas" en 2023
El precio del dinero se eleva al 2,5%, máximos de finales de 2008 El BCE comenzará a reducir balance a partir de marzo, a un ritmo de 15.000 millones de euros al mes
El BCE ha decidido hoy su cuarta subida de los tipos de interés en el año, tras la que el precio del dinero en la zona euro queda en el 2,5%. Eleva los tipos en medio punto, según lo previsto por el mercado, y afloja ligeramente el endurecimiento de su política respecto a meses atrás, después de aumentar tipos en 75 puntos básicos por dos veces consecutivas. Desde el mes de julio, el alza acumulada es de 250 puntos básicos, un acelerón que deja el coste del dinero en máximos de finales de 2008, poco después de la quiebra de Lehman Brothers. Pero que no va a ser ni mucho menos el punto final.
El mensaje del BCE ha sido rotundo en anticipar nuevas y contundentes subidas de tipos en 2023, no ya de cuarto de punto, como la mayoría del mercado esperaba hasta ahora, sino de medio punto. Los esfuerzos siguen concentrados en frenar la escalada de precios y la inflación de la zona euro ni siquiera habrá alcanzado el objetivo del BCE del 2% en 2025, según las previsiones anunciadas hoy por el banco central."La inflación seguirá sobre nuestro objetivo durante demasiado tiempo", ha reconocido en rueda de prensa Christine Lagarde. Lo hecho hasta ahora "no es suficiente, hay que continuar la batalla contra el alza de precios", ha añadido.
La inflación de la zona euro se ha moderado seis décimas en noviembre, al 10% en tasa interanual y se relaja levemente desde el pico histórico alcanzado el mes de octubre. La tensión inflacionista continúa sin embargo siendo muy elevada y, pese a que el alza de tipos de hoy es más moderada, van a ser necesarias nuevas subidas del precio del dinero. Mayores incluso a lo que el mercado ha anticipado hasta el momento: las rentabilidades de los bonos están repuntando con fuerza tras la reunión del BCE. Los halcones dominan el Consejo de Gobierno del BCE.
En su comunicado, la institución explica que "el Consejo de Gobierno estima que los tipos de interés tendrán que incrementarse aún significativamente a un ritmo sostenido hasta alcanzar niveles suficientemente restrictivos para asegurar que vuelvan a situarse de forma oportuna en el objetivo del 2% a medio plazo". El texto añade que "con el paso del tiempo, mantener los tipos de interés en niveles restrictivos reducirá la inflación moderando la demanda y también servirá de protección frente al riesgo de un desplazamiento persistente al alza de las expectativas de inflación". En rueda de prensa, Lagarde ha señalado que las siguientes alzas de tipos serán también de medio punto por un tiempo. "La partida va a ser larga", ha advertido.
Con la decisión de hoy, la tasa de depósito sube del 1,5% al 2%, un nivel que ya se consideraría de neutralidad, en el que el precio del dinero ni estimula ni contrae la economía. Pero el BCE está dispuesto a adentrarse en un territorio más restrictivo, aun a costa de provocar aún más daño en la economía. La presidenta del BCE ha querido además desterrar la idea de que la política del banco central haya alcanzado un punto de inflexión, que requiriera únicamente algunos ajustes adicionales, como sí sería el caso de la Fed. Así, mientras en EE UU ya podrían esperarse bajadas de tipos en 2024, en la zona euro van para largo. "El nivel de tipos será restrictivo, tenemos que asegurar que la inflación queda bajo control. No todos los bancos centrales hacen lo mismo al mismo tiempo", ha advertido Lagarde.
El BCE también ha anunciado hoy sus nuevas previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro, en las que revisa al alza sus previsiones de IPC y apunta a una recesion técnica. Las lanzadas en septiembre aún contemplaban un crecimiento en 2023 del 0,9% y descartaban la recesión, sin embargo el banco central ha ido reconociendo en los últimos meses el creciente deterioro de la economía y la posibilidad de una recesión técnica.
Inflación sobre el 2% también en 2025
El BCE prevé ahora que la inflación de 2022 será del 8,4% y disminuirá al 6,3% en 2023, frente al 8,1% y el 5,5% que esperaba en septiembre. En 2024, los precios aún seguirán subiendo el 3,4% y en 2025, el 2,3%, todavía por encima del 2% del objetivo del banco central. La inflación subyacente quedará este año en el 3,9% pero subirá al 4,2% en 2024. Descendería al 2,8% en 2024 y al 2,4% en 2025, una décima por encima de la tasa general que prevé el BCE. “La inflación de los precios de los alimentos y las presiones inflacionistas subyacentes en el conjunto de la economía han aumentado y persistirán durante algún tiempo”, reconoce el comunicado de la institución.
El BCE desconfía de que la inflación haya tocado techo y no pierde de vista el decalaje de tiempo desde las alzas de tipos hasta que esa medida cala en la economía. Además, si bien el descenso del precio de la energía está dando tregua en el índice general, persiste la inquietud sobre la inflación subyacente y la posibilidad de que el alza de precios se traslade a los salarios. Así, mientras que la tasa general de IPC se espera baje en 2023, el próximo año aumentará la subyacente. Según ha advertido Lagarde, "los riesgos para las perspectivas de inflación son principalmente al alza. A corto plazo, las presiones existentes podrían provocar subidas más fuertes de lo previsto de los precios al por menor de la energía y los alimentos".
Las alzas de tipos y la inflación están dañando el crecimiento y el BCE reconoce ahora que la zona euro podría registrar una recesión técnica, con contracción económica este trimestre y el siguiente. Afirma que, de haber una recesión, sería “relativamente corta y poco profunda”. Y prevé en todo caso que, aunque moderado, haya crecimiento en 2023, de apenas el 0,5%, frente a la estimación del 0,9% de septiembre. Para este año, la estimación sube de un alza del PIB del 3,1% de septiembre al 3,4%. El crecimiento en 2024 sería del 1,9% y del 1,8% en 2025.
Reducción de balance a partir de marzo
El BCE ha avanzado también su hoja de ruta para ir reduciendo el tamaño de su balance. La devolución de las líneas de liquidez TLTRO III ya lo va a propiciar, los bancos de la zona euro han devuelto liquidez bonificada al banco central por casi 745.000 millones de euros en poco más de un mes. Pero el BCE tiene pendiente ir reduciendo su cuantiosa cartera de deuda, como ya están haciendo la Fed y el Banco de Inglaterra dentro de su política de endurecimiento monetario.
Según explica el BCE en su comunicado, a partir de principios de marzo de 2023, el tamaño de la cartera del APP descenderá "a un ritmo mesurado y predecible", de modo que dejará de reinvertirse en su totalidad la deuda que vence. El descenso será, en promedio, de 15.000 millones de euros mensuales hasta el final del segundo trimestre de 2023 y, a partir de entonces, su ritmo se determinará más adelante.
Así, el Consejo de Gobierno decidirá en febrero el detalle sobre la reducción de la cartera de deuda, que se revisará de forma periódica “para asegurar que sigue siendo coherente con la orientación y la estrategia general de la política monetaria, para preservar el funcionamiento del mercado y para mantener un firme control sobre las condiciones a corto plazo del mercado monetario”, según señala el BCE. A finales de 2023, con el anuncio del horizonte para los tipos a corto plazo, el banco central detallará el final del proceso de esa reducción de balance.
Por el momento, sí se mantiene según lo previsto la reinversión de los vencimientos de la deuda del programa antipandemia PEPP, por casi 1,7 billones de euros, hasta al menos finales de 2024. Estas reinversiones son de hecho una herramienta útil para el BCE frente a las tensiones en las primas de riesgo y la primera línea de defensa ante el riesgo de fragmentación financiera.
En la actualidad, la cartera de deuda del BCE asciende a 5,1 billones de euros, de los que 3,25 billones corresponden al programa APP de compra de activos, el primero lanzado por el banco central, en 2014, y que incluye deuda soberana y corporativa.