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Cómo se adaptan los pequeños negocios a la inflación

Las medidas que están poniendo en marcha los autónomos para hacer frente a la situación.

La inflación en nuestro país ha alcanzado cifras récord. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan que el IPC (Índice de Precios de Consumo) del mes de agosto se sitúa en el 10,5%. Los alimentos y bebidas, en concreto, se han encarecido un 13,8% si lo comparamos con 2021. Este incremento no se había dado jamás.

Todos los negocios se están viendo afectados por este aumento de los precios. Pero los pequeños negocios son los mayores perjudicados. Sus márgenes de costes son menores, sus pedidos con proveedores tienen un menor volumen y es más difícil negociar con ellos. Además, subir los precios para compensar esta subida puede suponer que el cliente busque otro proveedor (posiblemente más grande) que pueda mantener los precios. Entonces, ¿cómo puede hacer frente estos pequeños negocios a la situación? ¿Cómo están sobreviviendo a la inflación?

El autónomo asume los costes para no subir precios al cliente

La inflación nos ha afectado en “absolutamente todos los procesos que intervienen en el negocio. Al ser un e-commerce, dependemos muchísimo del transporte, tanto lo que recibimos de nuestros proveedores como lo que enviamos, ¡por lo que imagina todo lo que nos ha repercutido! Hablamos de subidas del 10 al 17% en muchas ocasiones”.

Así asegura Carlos Amores, CEO de Juguetutto, que están viviendo esta situación. En una tienda online de juguetes como esta, han tenido que asumir todos los incrementos en los costes sin que ello repercuta en el cliente. “Hemos tenido que adoptar medidas para intentar ponérselo más fácil, no subiendo precios, gastos de envío gratuitos, descuentos por segundas compras…”, subraya Amores.

“El cambio más duro para nosotros, además de tomar la decisión de cerrar el centro físico, fue el tener que reducir la plantilla de nuestro equipo humano”. Este es el caso de Mónica Comas, coordinadora y profesora en Deutsch Akademie Online. Este centro surgió en plena pandemia, por lo que han tenido que adaptarse a diferentes circunstancias desde su origen. Derivado del cierre del centro físico y la supresión de equipo humano “hemos podido adaptar los precios de los cursos,” ya que ahora son todos 100% online. Es decir, que pueden mantener precios a los alumnos, a costa de reducir equipo y clases presenciales.

Las pequeñas y medianas empresas, sean del sector que sean, son las que más medidas están poniendo para poder adaptarse a esta situación. Ilitia Solution es un software que gestiona de manera integral hospitales y clínicas de fertilidad, desde la entrada del paciente hasta la finalización del tratamiento.

Su CEO, Inmaculada Vázquez, asegura que el objetivo para superar esta subida de los precios intentando que repercuta lo menos posible en sus clientes es “aplicar una política de contención de costes”. Para ello, intentan ser lo más eficientes posible, “teniendo el mayor ahorro energético dentro de nuestras capacidades y revisión de contratos y tarifas con nuestros distintos proveedores”.

Mantener los precios es imposible en algunos sectores

Pero no siempre es posible mantener los precios al cliente final. A pesar de que los empresarios o autónomos al frente de los pequeños negocios asumen gran parte de la subida de los costes, hay determinados sectores en los que es imposible no aumentar los precios a los clientes. Es el caso, por ejemplo, de los negocios que dependen de muchos proveedores externos, como las empresas turísticas.

Todosafaris es una agencia de viajes especializada en safaris por África. “Todos los proveedores nos han subido precios, no se ha salvado ni uno”, destaca Marcos Fernández, el responsable de atención al cliente.

“Nuestros costes se han visto incrementados en todos los puntos: desde proveedores como hoteles, seguros, etc. hasta las entradas a parques nacionales que dependen del país de destino han subido precios”. Cuando se precisan tantos proveedores externos para ofrecer un servicio, y todos ellos aumentan costes, resulta prácticamente imposible que los precios para el cliente final no se incrementen.

“Únicamente hemos aplicado una subida del 5% en aquellos servicios que dependen de un consumo muy alto de energía, como el servicio de almacenamiento en la nube”. Este es el incremento al que han tenido que recurrir en Grupo TIC Revolution.

Miguel Fernández, su director general, asegura que en este tipo de servicios “en los que se requiere de una infraestructura muy compleja donde hay servidores 24 horas conectados, todos los días del año, con una refrigeración muy fuerte (...) el consumo de luz ahí es muy alto”.

El proveedor subió un 12% y ellos han tenido que aumentar también, aunque en menor porcentaje, el precio a sus clientes. El resto de precios de sus servicios de marketing y desarrollo de software, los han mantenido, incluso elevando “los salarios de todos nuestros empleados para que noten lo menos posible la inflación, reduciendo, por tanto,nuestros beneficios.”

Las medidas las pone el autónomo

Con todo ello, se pone de manifiesto que la manera en la que los pequeños negocios se están adaptando a la inflación es utilizando sus propias políticas. Son los autónomos o empresarios los que asumen la subida de costes o quienes toman medidas de contención para poder no incrementar (o hacerlo lo menos posible) los precios al cliente final.

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