Las piedras en el camino de las renovables
En los últimos tiempos han proliferado movimientos contrarios a las grandes superficies eólicas y solares Asociaciones y plataformas reclaman mejor planificación, más estudios de impacto ambiental y mejor uso del suelo
Las energías renovables tienen en España un gran recorrido. En 2020, año atípico, representaron el 16,8% de la energía primaria y el 44% de la demanda nacional de energía, según datos de la Asociación de Empresas de Energía Renovable (APPA). Entre sus variantes, las energías eólica y fotovoltaica son las que más potencia producen (27.651,72 megavatios y 16.226,82, respectivamente) y las que cuentan con más zonas de aprovechamiento energético.
En APPA manifiestan que las energías renovables contribuyen a “la creación de empleo, a reducir la dependencia energética, a fijar población en entornos rurales y a la valorización de residuos agrícolas, ganaderos y urbanos”. En la Asociación Empresarial Eólica (AEE), por su parte, consideran que los parques son “el motor de las comunidades rurales en las que se instalan”.
Las empresas defienden que los parques crean empleo y respetan el medio rural
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo en que todo sean ventajas. En los últimos tiempos han crecido corrientes en contra de que se instalen grandes parques eólicos y fotovoltaicos. Hasta el punto de que, en octubre del año pasado, unas 160 asociaciones y plataformas de todo el país se manifestaron en Madrid bajo el lema “Renovables sí, pero no así”. La base del acto era pedir que la energía se trate como “un bien común y no como un negocio”.
La contestación está siendo más activa en las comunidades del norte. El Gobierno de Castilla y León, incluso, va a ser más exigente y restrictivo en cuanto a la autorización de parques eólicos y plantas solares de menos de 50 MW de potencia, los que son de su competencia.
Impactos
“La gran queja es la falta de planificación coherente en la tramitación de los proyectos. Ahora hay grandes fondos de inversión y grandes empresas que tienen muchos”, señala Javier Andaluz, responsable de clima y energía de Ecologistas en Acción. Respecto a los parques eólicos, “hay que determinar bien su ubicación para que no haya impacto medioambiental, para que no se produzca una gran mortalidad de aves y quirópteros, como ya está ocurriendo en uno de Navarra; para no destruir restos arqueológicos, como ha pasado ya en Galicia, o para que no dañen el paisaje”.
En la organización exigen que el mapa de ordenación del Ministerio para la Transición Ecológica sea más completo, que no haya retrasos en la aplicación de la Red Natura 2000, red europea para la conservación de la biodiversidad; que haya catálogos de naturaleza arqueológica o que la carta de la Unión Europea de derecho al paisaje se incorpore en las declaraciones de impacto ambiental.
Andaluz cree que, en la actualidad, hay una burbuja en este campo, al igual que opina Marisa Casal, de la asociación malagueña Valle Natural Río Grande. “En renovables estamos viviendo una burbuja que es como la inmobiliaria de hace unos años”. Casal afirma que “estamos a favor de la transición energética; las renovables están para eso, pero tiene que hacerse bien”. Defiende que “no se está contando con la ciudadanía” y que se están levantando megaparques “en cultivos de regadío con líneas de alta tensión”. Esto supone, según la asociación, cambiar el uso del suelo agrario a industrial sin comunicación a los vecinos y ayuntamientos y hasta expropiaciones forzosas.
Además, añade, el Real Decreto Ley 6/2022, de medidas urgentes por la guerra de Ucrania, “ha eliminado los estudios de impacto ambiental”.
En lo que se refiere a la energía fotovoltaica, Javier Andaluz reprocha que las instalaciones grandes “ocupan mucho suelo, pues un megavatio necesita dos o tres hectáreas, y hablamos de proyectos de 100 o 200 MW”. Hay escasez de minerales y hay impacto sobre los ecosistemas y medios agrarios, argumenta. “Se montan en suelos cultivables, no en los degradados o inútiles, porque se paga mucho dinero”, dice.
En la Unef niegan que las placas solares degraden, pues sirven “de reserva integral”
El director general de Unión Española Fotovoltaica (Unef), José Donoso, niega estos hechos. “Hay que constatar que estos movimientos no son generalizados y son muy heterogéneos. La defensa del uso del suelo que hacen está motivada, en muchos casos, por intereses económicos locales, por ejemplo, de inmobiliarias o de bodegas”, declara Donoso, quien agrega que las plantas solares “son reservas de la naturaleza, actúan como refugios integrales, de ahí que haya colectivos como el de los cazadores que se opongan a ellas porque son terrenos donde no pueden cazar”.
El director general de la Unef sostiene también que si un propietario de un terreno agrícola lo vende a una empresa fotovoltaica, “está en todo su derecho”, y que no es cierto que solo se instalen placas en zonas cultivables. Explica que las explotaciones tienen una duración de 30 años y, “al levantarlas, el suelo ha mejorado sus condiciones porque no hay hormigón debajo de las placas y descansan años de fertilizantes e insecticidas”.
Autoconsumo
En lo que sí coinciden todos es en que hay que potenciar el autoconsumo de energía solar en España. Donoso subraya que, “si alguien ha luchado por esto, es nuestra asociación. En 2021 hubo una potencia nueva de 1.200 MW en autoconsumo, más que la de una central nuclear”. Andaluz añade que “hay que apostar claramente por el autoconsumo y por reducir el consumo energético”.
Alcaldes a favor y en contra
Auge y salvación. Si hay una regidora que defiende la instalación de parques eólicos en su término municipal es Isabel Martínez Arnedo, alcaldesa de Higueruela (Albacete), localidad de 1.100 habitantes dedicada desde siempre a la agricultura. En esta población se levantaron en 1999 los primeros parques eólicos de la región, con 74 aerogeneradores. Ahora cuenta con cinco parques. La alcaldesa no duda en afirmar que “ha sido desde el principio una buena experiencia. Han creado empleo en este pueblo y en los vecinos, los jóvenes se quedan porque tienen oportunidades de trabajo y los ingresos municipales se multiplican cada vez más por el impuesto sobre actividades económicas”. El superávit municipal ha permitido la construcción y el funcionamiento de la residencia de mayores, donde trabajan 40 mujeres, y el parque se está convirtiendo “hasta en un reclamo turístico”. Este municipio recibió en junio pasado el Premio Eolo 2022 a la integración rural de la eólica, que otorga la Asociación Empresarial Eólica.
Oposición. La instalación de parques fotovoltaicos en Andalucía no está exenta de polémica. Un total de 72 alcaldes de la comunidad autónoma han presentado una iniciativa conjunta a la Junta ante la construcción de varios de ellos. Entre otras cosas, quieren que se amplíen los plazos de alegaciones a los nuevos proyectos. En Caniles (Granada), el ayuntamiento, presidido por Pilar Vázquez, se opone con fuerza a la expropiación que asegura se ha producido en su término municipal de los terrenos de un vecino de la localidad. Los ayuntamientos de Alozaina, Guaro, Monda y Ojén, todos de la provincia de Málaga, son totalmente contrarios a un megaproyecto de placas solares que tiene prevista una extensión de 10 millones de metros cuadrados y que afecta a sus respectivos términos municipales.