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Reunión urgente

Las claves de la nueva herramienta del BCE: con condiciones y sin tope inicial de cuantía

Los inversores esperan que el programa anticrisis esté listo en julio

DANIEL ROLAND (AFP)
Nuria Salobral

La senda de alzas de tipos que el BCE iniciará en julio va a ser un camino plagado de dificultades. Ni una semana después de confirmar una subida de 25 puntos básicos el mes que viene, el consejo de gobierno de la institución volvió a reunirse ayer, de forma extraordinaria, ante la escalada fulminante que han registrado en unos días las primas de riesgo de Italia y España, propia de momentos de crisis pasadas.

El consejo de gobierno anunció que ha dado mandato a los comités de la institución para acelerar el diseño de un nuevo vehículo con el que combatir la fragmentación financiera en la zona euro. Es decir, un nuevo programa que contenga la escalada de las primas de riesgo. Por ahora, recurrirá a la reinversión de los vencimientos del programa extraordinario antipandemia (PEPP), según estaba ya previsto. Una alternativa con muchas limitaciones para afrontar de forma efectiva momentos de estrés de mercado y ante lo que el BCE se ha visto forzado a diseñar una nueva herramienta. Esta vez con un carácter mucho más estructural con el fin de prevenir crisis de deuda futuras, incluyendo cierta condicionalidad y sin establecer un volumen concreto de antemano, según prevén fuentes financieras.

DANIEL ROLAND (AFP)

Ya no quedan dudas de que el riesgo de fragmentación monetaria es una cuestión clave para el BCE, más aún cuando la zona euro afronta el riesgo cierto de recesión, bajo la amenaza constante del corte de suministro energético desde Rusia. “La señal es clara. El BCE muestra dónde está el umbral del dolor. En el momento actual económico y de mercado, el riesgo de volver a la cuestión de la sostenibilidad de la deuda es innecesario”, asegura Annalisa Piazza, analista de MFS Investment Management.

El BCE ha terminado por reconocer que la plena reinversión de los vencimientos de sus programas de deuda no basta para contener una crisis, pese a la paradoja que supondrá subir tipos mientras se activan nuevos mecanismos de compra de activos. El BCE aplicará mucha flexibilidad en la reinversión de los reembolsos del PEPP, de modo que pueda favorecer a la deuda italiana o española, pero esta medida “no aborda el problema de la fragmentación con suficiente eficacia”, apuntan desde Carmignac. De ahí la nueva herramienta.

Estimaciones de Goldman Sachs apuntan a que una reinversión de los vencimientos del PEPP completamente a favor de los países más en riesgo –excluyendo así de esas compras a los bonos de Alemania, Francia, Austria, Bélgica y Finlandia– supondría 88.000 millones de euros en compras de deuda italiana y otros 62.000 millones en bonos españoles y desencadenaría una rebaja de entre 30 y 40 puntos básicos en las primas de riesgo de esos países este año y el próximo. “Daría cierto alivio pero probablemente no es suficiente como herramienta anticrisis”, apunta el banco estadounidense. Goldman espera que el BCE presente su nueva arma en la reunión del 21 de julio. “Tienen que poner en práctica la herramienta antifragmentación con relativa rapidez si quieren mantener una perspectiva de tipos de interés agresiva”, advierten desde Janus Henderson.

Con la urgencia que reclama el mercado, las próximas semanas serán de intenso debate y entre las características que se prevén para la nueva herramienta está la de la condicionalidad. Es decir, requisitos de reformas económicas a los países beneficiarios. El pulso entre los frugales y la periferia está servido. El gobernador del Banco Central de Estonia, Madis Muller, ya advertía ayer de que “respecto a Italia, mi opinión es que no deberíamos hacer demasiado”.

Frederik Ducrozet, director de análisis macroeconómico de Pictet WM, anticipa que la nueva herramienta “tendrá que contar con ligera condicionalidad, para mitigar riesgos jurídicos, posiblemente basándose en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE ya existente”. En la memoria aún está fresca la sentencia del Constitucional alemán contraria al programa OMT de Mario Draghi y cuya legalidad sí había avalado el Tribunal de Justicia europeo. Ducrozet también prevé vencimientos más cortos que en el PEPP, de dos a cinco años, compras esterilizadas de bonos soberanos para evitar caer en la trampa de la financiación de Gobiernos (de modo que el BCE drene de otras partes del sistema monetario la misma cantidad de dinero destinada a adquirir deuda), y que no haya un límite de volumen de entrada. Además, tendría que renunciar a sumar las compras de activos de los programas previos de compra para ser creíble, ya que algunos países están cerca de los límites.

En Goldman también apuestan por flexibilidad total por países y plazos, por la ausencia de una cuantía límite inicial, por que no se consoliden las tenencias de otros programas de compra, por algún tipo de condicionalidad ligada a reformas y por la esterilización de las compras.

François Rimeu, estratega jefe de La Française AM, insiste también en que "no creo que sea posible sin condicionalidad. Podría ser un nuevo plan similar al programa de Transacciones Monetarias Directas (OMT), pero con más flexibilidad y poca condicionalidad". Por ahora, parece la fórmula más plausible. Si bastará o no para frenar la escalada de las primas de riesgo no se verá, según advierte, hasta que ceda la inflación.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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