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Contante y Sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Revuelo en la banca, con México y España como tableros de juego

Tras recuperar el dividendo, los grandes bancos parece que en vez de ofertar la remuneración de los depósitos lo hacen del retorno al accionista

Onur Genç, consejero delegado de BBVA, junto a Carlos Torres, presidente
Onur Genç, consejero delegado de BBVA, junto a Carlos Torres, presidente

Las entidades financieras comienzan a respirar con normalidad. Todavía necesitan guardar en la hucha por si vuelven los rebrotes derivados de una, aún, inestable consolidación económica como consecuencia de la pandemia, pese a ello, la calma se va asentando en el sector, o por lo menos en la gran banca. De momento, los resultados con los que han cerrado el pasado ejercicio indican que se ha quedado atrás el agujero negro que supuso la crisis financiera y poco más tarde la crisis sanitaria. En conjunto, los cinco grandes bancos (CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter) concluyeron 2021 con un beneficio agregado de unos 20.000 millones de euros, el mayor resultado desde 2007, justo cuando la burbuja financiera comenzaba a dar signos de alarma.

Estos resultados, no obstante, están muy influidos por factores extraordinarios, como son los 2.867 millones de euros apuntados en la cuenta de CaixaBank como consecuencia de su fusión con Bankia, o las plusvalías de 895,7 millones obtenidas por Bankinter por la salida a Bolsa de Línea Directa.

Pero también hay que tener en cuenta que todas las entidades españolas, y a diferencia de, por ejemplo, las británicas, cuentan con una hucha correspondiente a las dotaciones extraordinarias que realizaron en 2020 como prevención ante la crisis económica derivada del Covid que no han rescatado. Y que según han apuntado todos los banqueros durante la presentación de los resultados de 2021, estas provisiones no se liberarán hasta que no queden despejadas todas las incertidumbres sobre el aumento o no de la morosidad en los créditos ICO tras las moratorias llevadas a cabo para paliar los efectos negativos de la pandemia.

Solo en 2020 la banca realizó en España más de 41.000 millones de euros en provisiones, el doble que un año antes, como medida de prudencia ante la crisis sanitaria. Estas dotaciones no han sido rescatadas. Además, los bancos también han explicado que durante 2022 esperan realizar menos provisiones incluso que un año antes, con lo que suma y sigue a favor de la cuenta de resultados, que contará también con otro aliado. Se espera que los tipos de interés vayan subiendo paulatinamente. De momento, ya se han anunciado subidas en el Reino Unido, y en Estados Unidos todo indica que se producirá el próximo mes de marzo.

En Europa, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dejó el jueves la puerta abierta a una subida de tipos este año.

Las entidades se han portado bien y han obedecido al Banco de España. No han rescatado las provisiones extras por el Covid

Algún que otro banco español había estado tentado de echar mano de la hucha de las provisiones Covid en 2021, pero el Banco de España frenó este interés. El gobernador, Pablo Hernández de Cos, ya alertó al sector de que hasta que no desaparezcan los riesgos para la economía se mantuvieran estas dotaciones intactas. No iba a dejar que se liberaran. Ahora, si la morosidad sigue la trayectoria esperada, es decir, que su posible subida sea ligera y no se llegue al 5% en conjunto, los bancos podrían empezar a rescatar provisiones, según han apuntado los responsables de la gran banca en las respectivas presentaciones de los resultados correspondientes a 2021.

La mejora prevista de la cuenta de resultados de los bancos para el presente ejercicio ha provocado que los tres grandes grupos financieros, CaixaBank, Santander y BBVA, inicien una carrera por ganarse al accionista, tan castigado en los últimos tiempos. Los tres bancos han anunciado mejoras considerables en el reparto de dividendos, a lo que han acompañado con programas de recompras de acciones, iniciativa poco habitual en la banca española, aunque no así en Estados Unidos u otras entidades europeas.

En esta carrera Santander ha sido la que se ha quedado más rezagada, aunque espera subir al 50% la parte del beneficio destinado al pago del dividendo este año. Pese a ello, si BBVA y CaixaBank mantienen sus objetivos, el banco que preside Ana Botín seguirá al rebufo.

Eso sí, otra muestra de que la crisis ha finalizado y los bancos vuelven a lucir en el panorama económico (que no reputacional) son sus ansias de crecer incluso con compras fuera de España. Ahora es México el tablero en el que BBVA y Santander han desplegado sus fichas. El banco que preside Carlos Torres no quiere perder su hegemonía en el país azteca, mientras que Botín ha encontrado su gran oportunidad para crecer con la compra de Banamex.

BBVA, aunque ha dicho que analizará esta operación una vez que Citi ponga de forma efectiva a la venta su filial en México, es complicado que pueda concretarse en una oferta, dada su alta cuota de mercado en el país, entre el 23% y el 26%.

Santander, sin embargo, ha encontrado una oportunidad que puede que no se vuelva a repetir en años. El problema es que el banco no quiere ampliar capital para llevar a cabo esta compra, que según algunos analistas sumaría un importe de unos 15.000 millones de euros.

En España también vuelven a presentarse oportunidades de compra. El pasado 2 de enero ya se comentó desde esta página que bancos como CaixaBank, incluso BBVA, o Abanca están atentos a lo que ocurre con Unicaja o Sabadell, a lo que se suma ahora Ibercaja. La entidad aragonesa parecía que podría mantener su objetivo de salir a Bolsa y seguir independiente. Pero a ella sí se le va oscureciendo el futuro.

La antigua caja de ahorros ha vuelto a retrasar su salida a Bolsa con la excusa de las incertidumbres y volatilidad en los mercados que está provocando la crisis geopolítica en Ucrania. El tiempo le aprieta en el zapato. Debe comenzar a cotizar antes de finales de año, aunque el Estado podrían concederle otra prórroga. Todo es cuestión de tiras y aflojas políticos. También podría crear un fondo de rescate de unos 300 millones de euros, pero para ello tendría que desprenderse de algún activo. Pero su negocio se resentiría, lo mismo que su valor. Ahora, los analistas vuelven a colgar el cartel de disponible para una fusión. E interesados hay. Abanca, y sobre todo CaixaBank, están dispuestas a hacerse con la presa si se pone a tiro.

Aunque para una mejor competencia y una menor exclusión financiera, lo ideal es que Ibercaja pudiese mantener su independencia.

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