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Luces y sombras en la lucha contra el melanoma

El Covid aumenta los diagnósticos tardíos y los casos graves

GettyImages

A Enric Barba, de 64 años, las estadísticas le auguraban poco tiempo de vida en 2016. El melanoma que los doctores le habían extirpado del pecho un año y medio antes se le extendió a uno de sus pulmones por segunda vez. “Me quitaron parte del pulmón, pero al cabo de unos meses, el cáncer volvió a hacer metástasis. Pensé que no sobreviviría”, recuerda.

Fue entonces cuando el equipo de oncología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona le ofreció la posibilidad de hacer inmunoterapia, un tratamiento biológico que ha revolucionado la lucha contra el cáncer al estimular las defensas del cuerpo para que sea este el que elimine las células cancerosas. Aquel fue el principio del fin del viacrucis de Enric, que hoy vive, cinco años más tarde, libre de la enfermedad.

“En los últimos diez años el melanoma ha sufrido un cambio radical en cuanto a tratamiento, en primer lugar, por la aparición de la inmunoterapia, que ha supuesto que pacientes que antes fallecían ahora estén curados”, señala Margarita Majem, del servicio de Oncología Médica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). “Y, en segundo lugar –añade–, por el descubrimiento de una alteración genética conocida como la mutación de BRAF, para la cual se han desarrollado tratamientos dirigidos que han permitido mejorar la tasa de respuesta y el control de la enfermedad, con un muy buen perfil de toxicidad”.

Los oncólogos reclaman la aprobación de terapias adyuvantes

El problema, explica Barba, es que estas terapias solo están autorizadas en España para los pacientes en estadio IV o avanzado. “Hace falta que se aprueben como tratamientos en adyuvancia”, opina. Es decir, en enfermos en estadio III a los que se les ha extirpado el tumor, para evitar así su recaída.

La responsable de la Unidad de Melanoma y Tumores Cutáneos del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona y miembro del Grupo Español Multidisciplinar de Melanoma (GEM), Eva Muñoz, coincide: “Al no haber una aprobación definitiva de la adyuvancia por parte del Gobierno, hay comunidades donde no se puede poner el tratamiento, lo que significa que hay pacientes que, por desgracia, no están recibiendo una ayuda que podría impactar de manera muy importante en la evolución de su enfermedad a corto y a largo plazo”, asegura.

Las consecuencias de las demoras

Otra preocupación para los que se enfrentan en primera línea contra este tipo de tumor es el impacto negativo que ha tenido la pandemia en el diagnóstico precoz de los pacientes. Según cálculos de la SEOM, un 20% de las personas con cáncer no ha sido diagnosticada o ha sido diagnosticada tarde, lo que aumenta significativamente el riesgo de complicar su esperanza de vida. Por otro lado, la participación de enfermos en ensayos clínicos también disminuyó un 30% durante este periodo, limitando el acceso de estos a nuevos fármacos que podrían resultar beneficiosos para ellos.

“En el caso del melanoma, estamos viendo posiblemente un mayor número de casos metastásicos o no quirúrgicos y, además, mucho más sintomáticos y con mayor carga de enfermedad de lo que estábamos acostumbrados previo al Covid”, asegura Muñoz. Aún es muy pronto para cuantificar el problema, sostiene, “pero podemos aventurar que es de una magnitud muy importante”.

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Este incremento no solo afecta a los casos de melanoma, sino también a otros tipos de tumores de la piel, como el carcinoma de células de Merkel o el carcinoma escamoso. “En los últimos seis meses se han triplicado los casos avanzados. Tumores muy grandes que no veíamos habitualmente, cogidos un año más tarde como mínimo. A un nivel que yo no había visto en más de 25 años de práctica. Sobre todo en pacientes mayores, que por ser la población de mayor riesgo no iban a los hospitales”, apunta Pilar López Criado, responsable de la Unidad Multidisciplinar de Piel y Melanoma de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Por ello, la especialista es tajante: “Si alguien tiene una lesión en la piel que crece, pica o molesta, sea o no pigmentada, que por favor consulte a un profesional del área”, recomienda.

La prevención, la mejor estrategia

En España se diagnostican al año unos 6.179 casos de melanomas, según la SEOM. “Entre los factores de riesgo, el más importante es la exposición solar”, señala Carmen Guillén Ponce, jefa de sección de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal y directora del máster en Prevención y Cáncer Hereditario de la UNIR. “Por eso hay que evitar el sol en las horas centrales del día y usar fotoprotección”, advierte.

La especialista también aconseja “estar atentos a los lunares que son asimétricos, con bordes irregulares, que tienen un color no homogéneo, de más de seis milímetros o que cambian a lo largo del tiempo, sobre todo si son congénitos. Y consultar al especialista si hay sospecha de cáncer en la familia, ya que este puede ser hereditario”.

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