Un tuit avisa a los turistas de la Costa del Sol contra el melanoma
La prevalencia es mayor entre los nórdicos que veranean en la Costa del Sol El 90% de los casos podría evitarse con fotoprotección adecuada
Era un clásico de los veranos de los setenta. Los suecos junto a los veraneantes españoles, achicharrándose en la Costa del Sol sin protección solar. Y, a tenor de los datos, parece que las cosas no han cambiado. En España, cada año se diagnostican 4.000 nuevos casos de melanoma (un aumento del 10% anual), uno de los tumores de piel más agresivos y que puede llevarse por delante a un paciente en seis meses.
Aunque pueda parecer chocante, los países nórdicos también están alarmados al ver cómo la incidencia entre su población ha crecido debido a la temeraria exposición al sol en las playas, entre ellas las de las costas españolas.
De hecho, según asegura Magdalena de Troya, directora de gestión de dermatología del Hospital Costa del Sol, dos estudios demuestran que ahora la incidencia en esta zona turística es mayor entre los extranjeros que entre los españoles.
Cada año se diagnostican en España 4.000 nuevos casos de melanoma, uno de los tumores de piel más letales
“La piel tiene memoria”, indica Beatriz Pérez, responsable médico del área de piel de Roche España. “Las quemaduras antiguas pueden derivar en melanoma o el carcinoma basocelular, con mayor incidencia aunque menos agresivo”, explica.
Y todo a pesar de que está comprobado que el 90% de los casos podría evitarse con una fotoprotección adecuada y el 100%, curarse con la detección precoz. La diferencia entre ambos radica en que “cuando se diagnostica el melanoma suele ir acompañado de metástasis, lo que tiene peor pronóstico”, señala Pérez. El basocelular, en cambio, suele ser más leve.
A la vista de los datos, la asociación Melanoma España y Roche han puesto en marcha una campaña de prevención, en respuesta también a la solicitud de la Sociedad Danesa contra el Cáncer para instruir a sus ciudadanos de los riesgos. Una de las iniciativas consiste en geolocalizar y enviar mensajes a través de Twitter a los turistas, sobre todo a los nórdicos, que están de vacaciones en la Costa del Sol, sobre los peligros de la exposición al sol y el riesgo de este tumor. Los avisos se envían en danés, finlandés, sueco, inglés y español para llegar al mayor número de personas.
Ratones que prevén la metástasis
Marisol Soengas cuenta cómo en un reciente estudio del CNIO se ha visualizado “la carretera de la metástasis” gracias a dos tipos de ratones, unos diseñados genéticamente para emitir luz cuando se activan los mecanismos de diseminación del cáncer, y otros virtuales, a los que se les implantan partes del tumor para estudiar los tratamientos. La técnica (Metalert) alerta de la metástasis antes de que ocurra y los órganos donde se alojarán. “La relevancia radica en que la preparación del camino ocurre en fases muy tempranas, lo que permitirá bloquear las proteínas responsables antes de la metástasis”, explica. Lo siguiente es “estudiar nuevas funciones de las proteínas, las biopsias líquidas y probar nuevos fármacos. De momento ya están probando en animales terapias dirigidas, inmunoterapia y un compuesto (BO-110) desarrollado por CNIO, cuyo derivado está probando en humanos la empresa Bioncotech.
“En España ha habido un cambio de mentalidad sobre todo con los niños”, dice Eva Muñoz, oncóloga de la unidad de Cáncer de Mama y Melanoma del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, frente a Europa. Pero aún queda por mentalizar a las personas que trabajan al aire libre porque estos si que no son conscientes del riesgo.
Aplicarse cada dos horas crema de protección solar con factor 50, como mínimo, y comprarla en la farmacia, aunque sea más cara que los de factor menor, es lo que recomienda Muñoz, “porque estos si que garantizan la protección prometida”. No obstante, los nuevos tratamientos “han aumentado la supervivencia de los pacientes más de cinco años”, informa Marisol Soengas, jefa del grupo de melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Alberto Conde, jefe de dermatología de MD Anderson Center Madrid, confirma que este centro ya tiene pacientes con supervivencias superiores a los 10 años. En este centro, además, se apoyan en test genéticos que miden la expresión de 31 genes par analizar el riesgo del tumor, cuyos resultados se procesan en EE UU.
Las terapias personalizadas han sido claves. Estos fármacos inhiben la actividad de algunas proteínas responsables del crecimiento de los tumores. Entre otros laboratorios, Roche cuenta con un inhibidor de la proteína BRAF, que ha conseguido elevar la supervivencia del 57% de los pacientes a más de un año; y en combinación con el inhibidor Mek, hasta los tres años, casi al 40% de los pacientes.
Y la inmunoterapia también ha conseguido retrasar el fallecimiento de los pacientes en combinación con los inhibidores . “Este tumor tiene mucho que ver con el sistema inmune y, aunque no se vea, en la piel hay células de este”, dice Muñoz. Estos fármacos, que estimulan las defensas naturales, han elevado la supervivencia a tres años del 35% de los afectados.