Europa se convierte en la gran fábrica del mundo de vacunas del Covid-19
Existen 61 actividades en más de 50 fábricas en la UE y Reino Unido Exporta 77 millones de dosis a 33 países y dona 31 millones a través de Covax
Europa se ha convertido en la gran fábrica del mundo donde se elaboran las distintas vacunas del Covid-19. La Unión Europea, Suiza y Reino Unido actualmente acogen 61 procesos industriales de estos productos diseminados en más de 50 plantas. Los laboratorios impulsores de las alternativas frente al virus SARS-CoV-2 han apostado, de esta forma, por la capacidad ya instalada y nueva del sector farmacéutico en el continente, lo que ha dado también seguridad a la Comisión Europea en el suministro de los grandes contratos, excepto por la polémica todavía sin resolver con AstraZeneca.
Las 61 actividades industriales de las diferentes vacunas están centralizadas en 56 plantas, según recopila Cinco Días con los datos proporcionados por la Comisión Europea. De esos centros, 47 se ubican dentro de la UE, seis en Reino Unido y tres en Suiza. Se trata de las instalaciones en las que participan las empresas con las que la CE tiene firmados contratos de suministro (el consorcio Pfizer/BioNTech; Moderna; AstraZeneca; Johnson & Johnson; CureVac, y Sanofi/GSK) o en negociaciones avanzadas (Novavax y Valneva).
En Europa, 32 de esas plantas tienen capacidad de elaborar los ingredientes necesarios (antígenos, nanolípidos para ARN mensajero y adyuvantes) para las vacunas, y 34 instalaciones se encargan del proceso final de formulación, acabado y llenado.
La semana pasada, el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, encargado de la coordinación de la CE con los laboratorios, había identificado 52 centros de producción. Breton, según fuentes comunitarias, “está impulsando la colaboración entre los fabricantes o animándoles a profundizarla en los casos en que ya existía” para ganar capacidad industrial.
No existen datos concretos de cuántas dosis pueden fabricar estas plantas, pero los números serán bastante cercanos a las cifras que se conocen de distribución y de exportación. Según comunicó la semana pasada Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en el primer trimestre, las empresas habrán distribuido 100 millones de dosis (según las estimaciones) entre los 27. Básicamente esos viales son producidos (al menos acabados en la etapa de formulación y llenado) dentro del territorio comunitario.
Además, hasta finales de marzo, desde la UE se habían exportado 77 millones de dosis a 33 países. La Comisión también había donado 31 millones de unidades a 54 naciones a través de la iniciativa Covax para distribuir entre países de rentas bajas.
“Esto muestra que la UE es la región que más vacunas exporta en el mundo”, recalcó Von der Leyen la pasada semana en la cumbre virtual de líderes europeos. “La UE se enorgullece de ser el hogar de los productores de vacunas que no solo entregan a los ciudadanos europeos, sino que exportan a todo el mundo”, agregó.
Asimismo, la cifra de fabricación irá aumentando según se abran algunas de las plantas identificadas por la CE y se aprueban vacunas que todavía están en fase experimental. Tampoco hay que descartar nuevas alianzas entre los fabricantes con centros en Europa.
Junto a Europa, el otro gran polo de producción es EE UU, hogar de varios de los grandes fabricantes y que autorizó con algunas semanas de anticipación sus vacunas respecto a la UE. Es el caso de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, que cuentan con una enorme capacidad en su país de origen. De hecho, en esta crisis por la pandemia se ha visto la importancia que los distintos Gobiernos han dado a la presencia de fábricas en sus territorios (con mayor relevancia si son de empresas nacionales) para garantizar de alguna forma los contratos y el suministro, una estrategia que le ha funcionado a Washington para avanzar rápido en el ritmo de inmunización.
A nivel global, la Universidad de Duke calcula en un reciente informe que 16 fabricantes podrían producir 11.925 millones de inyecciones para frenar la pandemia hasta final de año.
El peso de Alemania
En Europa, Alemania se sitúa como el motor industrial en las vacunas. En concreto, participa en 17 de estas actividades, sobre todo gracias a las fórmulas de la alemana CureVac y del consorcio de la estadounidense Pfizer y la germana BioNTech, que producen Comirnaty, la primera vacuna en aprobarse en EE UU y en la UE.
En Alemania, se asientan gigantes europeos como Bayer, que trabajará para CureVac, o la francesa Sanofi, en este caso colaborando con Pfizer/BioNTech (ver gráfico). Este tipo de alianzas se han ido consumando en los últimos meses debido a la necesidad de las compañías para generar la capacidad industrial suficiente con la que dar respuesta a la lucha contra la pandemia. La patronal farmacéutica mundial, Ifpma, recoge que hasta finales de marzo se han firmado 263 pactos entre fabricantes con el objetivo de aumentar la producción.
Otro de los países con más actividad es Francia, ya que según los datos de la Comisión Europea, acoge 10 plantas de diversas empresas que trabajan para casi todas las iniciativas que disponen de contratos con la Comisión. Tiene una relevancia especial Sanofi, multinacional gala que produce viales para Johnson & Johnson, CureVac, Pfizer/BioNTech y Moderna. Y además, este laboratorio es uno de los que deben suministrar una vacuna propia a Bruselas, pero desgraciadamente para el ritmo de los planes de vacunación, la candidata experimental falló y no se espera su nueva fórmula para antes de final de año.
También de vital importancia son las plantas que trabajan para AstraZeneca, Johnson & Johnson y CureVac en Países Bajos, donde se produce el antígeno que funciona como ingrediente principal para la vacuna, que luego es formulada y envasada en otros centros. Precisamente la de la firma Halix, proveedor de AstraZeneca, acaba de recibir el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento para fabricar con destino al mercado interior después de las sospechas de Bruselas respecto a que esa planta estaba sirviendo únicamente para producto destinado a Reino Unido.
En el caso de Reino Unido, tiene un enorme peso la compañía local AstraZeneca, con cuatro fábricas de diversos socios (tres de antígenos), además de las de Novavax y Valneva.
En Italia, tiene relevancia la planta de Catalent, una compañía proveedora estadounidense, en Anagni, donde tiene actividad para Sanofi/GSK, Johnson & Johnson y AstraZeneca.
También el gigante británico de las vacunas GSK tiene participación en diferentes instalaciones, como en Italia y Francia para su versión conjunta con Sanofi, o en Bélgica para CureVac. Igualmente otra gran multinacional, la helvética Novartis, se ha sumado a las colaboraciones fabricando para CureVac en Austria y para Pfizer/BioNTech en Suiza.
El caso de España
Desde Suiza llega a España la materia prima, elaborada por Lonza para Moderna, de la principal vacuna que actualmente se exporta desde el país, la que formula y envasa Rovi en San Sebastián de los Reyes. Este laboratorio madrileño envía los viales de Moderna a todo el mundo, excepto al mercado estadounidense.
También Insud ha comenzado el llenado en Azuqueca de Henares (Guadalajara) para AstraZeneca. A finales de este trimestre se espera que sea el caso de Reig Jofre, que hará el envasado y empaquetado de la versión monodosis de Johnson & Johnson en Sant Joan Despí (Barcelona), una vacuna que tras ser autorizada por Bruselas comenzará a distribuirse a mediados de este mes.
Por último, la única fábrica de antígenos involucrada en la lucha contra la pandemia en España, debido a la carencia de este tipo instalaciones en el país, es la del grupo Zendal, a través de su filial Biofabri en O Porriño. En este caso, el ingrediente va a las fábricas de llenado de Novavax, cuya candidata todavía no está aprobada.
En el futuro podrían llegar otras opciones a España, ya que Zendal trabajará para la alternativa del CSIC dirigida por el investigador Mariano Esteban. Y la versión del científico Luis Enjuanes, también del CSIC, necesitará de socio industrial si avanza en su fase preclínica experiemental.
Las compañías
Para este trimestre, el Ejecutivo de Von der Leyen espera el suministro de 360 millones de dosis, de los que el gran cargamento corresponde al consorcio de Pfizer/BioNTech, que entregará 200 millones de dosis. Es precisamente esta vacuna la que más presencia industrial tiene en Europa, en 17 diferentes puntos. Le siguen los productos de CureVac (en 9 instalaciones), AstraZeneca (9), Novavax (8) y Sanofi (7).
Esta última empresa estadounidense aportará hasta junio por primera vez 55 millones de dosis y Moderna otros 35 millones. En el caso de AstraZeneca, el Ejecutivo comunitario recorta su previsión de 180 millones a 70 millones de unidades.
El poder de bloquear las exportaciones
Bruselas ha impulsado un mecanismo para controlar –y bloquear si es necesario– las vacunas que se exportan fuera del territorio comunitario. Además, ha impuesto los criterios de reciprocidad (que el país al que va el lote también pueda suministrar a la UE) y proporcionalidad (que se tenga en cuenta el ritmo de vacunación y los datos epidemiológicos de ese país). “Invitamos a otros países a que coincidan en nuestra apertura”, reclamó la semana pasada Ursula Von der Leyen. La presidenta de la Comisión hacía así una velada referencia al conflicto con AstraZeneca y Reino Unido, ya que Bruselas sospecha que la británica ha primado los envíos a las islas frente al suministro a los 27. La empresa, de hecho, ha incumplido sus obligaciones de entregas con la CE mientras ha seguido exportando a Londres y sin que la dirección contraria en los envíos haya funcionado.
Otros países también son grandes fabricantes más allá de Europa y EE UU, concretamente India y China. AstraZeneca, por ejemplo, tiene un acuerdo con la india Serum (el mayor productor de vacunas del mundo) para que elabore 1.000 millones de dosis. Igualmente, Pekín cuenta con las firmas Sinopharm, que baraja producir 1.000 millones de inyecciones, y Cansino (500 millones). Destacan otras iniciativas, como la rusa Sputnik V, de las que se prevén 390 millones.