Zendal, el fabricante tras la primera vacuna española del Covid-19

El CSIC y esta empresa farmacéutica de O Porriño comenzarán los primeros ensayos con humanos de un producto nacional

El proyecto del investigador Mariano Esteban está a punto de conseguir un hito histórico en la ciencia española. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) anunció ayer que la vacuna desarrollada por este virólogo y su equipo del Centro Nacional de Biotecnología frente al Covid-19 llegará en las próximas semanas a la investigación con humanos, tras haber demostrado una alta eficacia en las pruebas con ratones. Se sumará así a las más de 60 candidatas que se desarrollan en todo el mundo. Pero, ¿dónde se fabricará? ¿Quién pone la capacidad industrial?

El socio del CSIC en esta vacuna es el grupo gallego Zendal, que ya ha producido la vacuna en la planta de su filial Biofabri para los ensayos con ratones y ahora la produce para los ensayos clínicos. CSIC y Zendal anunciaron que en próximas fechas prevén solicitar a la Agencia Española del Medicamento (Aemps) la autorización para comenzar las pruebas en humanos que deberán desarrollarse en hospitales.

El holding Zendal, creado recientemente con ese nombre, homenajea a la enfermera gallega Isabel Zendal, quien también da nombre al hospital regional de pandemias de Madrid.

Este grupo farmacéutico está ubicado a las afueras de Vigo, en O Porriño. Su historia comienza por una escisión de la rama veterinaria de Zeltia (ahora PharmaMar). Los directivos de esa filial llamada Cooper Zeltia compraron la empresa a la matriz en 1993, convirtiéndola en CZ Veterinaria. El accionista mayoritario y presidente es Pedro Fernández Puentes, quien todavía es vicepresidente y accionista de PharmaMar, con casi un 5% del capital.

Con el tiempo, CZ Veterinaria ha ido entrando en diferentes negocios, como el de vacunas de salud humana mediante la empresa Biofabri, en una antigua planta de AstraZeneca. Antes de la candidata del Covid, los esfuerzos de esta filial se han centrado en una vacuna frente a la tuberculosis, todavía en fase de investigación, en base a los estudios de Carlos Martin Montañés del departamento de Microbiología de la Universidad de Zaragoza y de Brigitte Gicquel del Institut Pasteur de París.

En cualquier caso, su principal negocio sigue siendo el del origen de la compañía, las vacunas de salud animal, ahora bajo el paraguas de CZ Vaccines. El grupo también dispone de otras empresas para la distribución de productos veterinarios como Petia (para mascotas) y Vetia (animales de granja). Igualmente, con Probisearch, una spin-off de la Universidad Complutense de Madrid, desarrolla probióticos.

En 2019, de forma consolidada el grupo facturó 44,7 millones de euros y obtuvo un beneficio de 6,7 millones, según se recoge en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.

La filial Biofabri está actualmente fabricando los lotes que serán utilizados en las pruebas clínicas frente al Covid-19 "y ya tiene definido el proceso industrial para la fabricación de lotes comerciales tan pronto como la fase de desarrollo clínico concluya", señalaron desde el consorcio de CSIC y Zendal. Esta empresa gallega está también asociada a Novavax para producir el antígeno de la vacuna de la biotecnológica estadounidense, que se encuentra en fase III, previa a la comercialización.

De esta forma, gracias al CSIC y Zendal, en las próximas semanas España podría entrar en la élite del grupo de países con investigaciones en ensayos con humanos de vacunas propias. Como público Cinco Días, más de 20 países ya están involucrados en pruebas en hospitales, fundamentalmente de empresas y centros de EE UU y China, pero también de otros países como Reino Unido, Alemania o Corea del Sur. El Gobierno ha defendido desde el inicio de la pandemia la necesidad de una vacuna nacional que, por un lado, incentive una cadena de desarrollo desde la investigación básica a la producción y, por otro lado, que pueda garantizar incluso el autoabastecimiento.