Los fabricantes de vacunas duplicarán la capacidad industrial en el segundo semestre del año
La Universidad de Duke calcula que en 2021 se fabricarán 12.000 millones de dosis, suficientes para el 70% de la población
Gobiernos, sistemas sanitarios y compañías farmacéuticas sufren actualmente una enorme presión de la sociedad ante la lentitud en la vacunación del Covid-19 por la escasez de dosis. El conocido como nacionalismo de vacunas se ha exacerbado debido al interés de los países por hacerse con las inyecciones disponibles. Esta carencia previsiblemente se alargará en los próximos meses, aunque comenzará a mejorar en el segundo semestre del año, según datos recopilados de la Universidad de Duke (EE UU) y de Covid-19 Vaccine Market Dashboard de Unicef.
Para final de año, la Universidad de Duke calcula en un reciente informe que los fabricantes podrán producir 11.925 millones de inyecciones para frenar la pandemia. El estudio recoge las 16 vacunas ya aprobadas o en fases más avanzadas para su autorización.
“Hasta ahora se han administrado más de 400 millones de dosis en más de 130 países, pero la fabricación y el suministro se han convertido en limitaciones críticas para el acceso y la equidad a nivel mundial”, reconoce el informe de Duke. “La demanda de vacunas Covid-19 superará la oferta en los próximos meses. En este entorno, no hay colchón e incluso pequeños contratiempos podrían provocar perturbaciones en la oferta”, se añade. Actualmente, la mayor parte de las vacunas se administran en dos dosis. Únicamente la de Janssen (grupo Johnson & Johnson) es monodosis, una compañía que prevé fabricar 1.000 millones de dosis. Por eso, se puede extrapolar que esas 11.925 millones de inyecciones servirían para vacunar a 5.500 millones de personas, algo más del 70% de la población mundial, el porcentaje en el que los expertos sitúan la inmunidad colectiva o de rebaño.
Las grandes compañías y las biotecnológicas innovadoras que se han lanzado a desarrollar estas vacunas fabricaron el pasado año a un ritmo muy lento, acompasado a los avances en la investigación. El incremento sustancial lo dan según las autoridades sanitarias de sus principales mercados (sobre todo EE UU y Europa) han ido autorizando los productos, como es el caso de Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca (en la UE y Reino Unido) y Janssen. Pero las compañías han ido buscando socios e incrementando su capacidad, que comenzaba desde cero en el caso de este producto.
El salto en la producción será exponencial. Según recoge Unicef, en el último trimestre del pasado año la capacidad industrial de estos fabricantes se situaba en 700 millones de dosis. Para el primer semestre de 2021 se situará en 6.700 millones de inyecciones, una cifra que se duplicará en el último semestre, alcanzando los 11.000 millones, teniendo en cuenta las vacunas aprobadas, las que están en proceso de regulación y las que se encuentran en fase II y III de ensayos clínicos con voluntarios (probando la eficacia).
El salto será aún mayor en 2022, ya que el Covid-19 Vaccine Market Dashboard de Unicef recoge que la capacidad se multiplicará hasta los 24.800 millones de dosis en 2022 y se mantendrá en 25.100 millones en 2023, obviamente a priori cifras muy superiores a las necesidades anuales de la población mundial. La organización reconoce que son cifras optimistas, ya que probablemente no todos esos productos lleguen a tener éxito en la investigación.
También hay que tener en cuenta algunas incertidumbres sobre la cifra de 11.925 millones de dosis calculadas por la Universidad de Duke. Actualmente hay una enorme competencia entre los fabricantes por conseguir las materias primas con el fin de elaborar sus productos y, adicionalmente, se ha visto las dificultades para cumplir los compromisos de entregas por parte de las compañías debido a las dificultades industriales.
Ha sido el caso de AstraZeneca en gran medida, pero también del consorcio de Pfizer/BioNTech y de Moderna. Igualmente, existen otros retos sobre las actuales variantes del virus o futuras, que podrían complicar la respuesta global en la campaña de vacunación si se reduce la eficacia de los productos.
Desde Duke también se hace una crítica a la dificultad para conocer la realidad de la fabricación: “La información disponible públicamente sobre la producción, incluidos los socios, las ubicaciones, los roles y las proyecciones, es escasa y está fragmentada, lo que dificulta que los responsables de las políticas y decisiones comprendan completamente las diversas cadenas de suministro involucradas, evalúen los riesgos y tomen medidas urgentes cuando sea necesario”.
El Global Health Innovation Center de esta universidad explica que sin una capacidad interna significativa, AstraZeneca depende de asociaciones para alcanzar sus objetivos de suministro. Es el caso de su mega alianza con el fabricante indio Serum, que afrontará la producción de más de 1.000 millones de dosis.
Las compañías
El laboratorio británico es la compañía que mayor compromiso de fabricación tiene para 2021, año en el que asegura que llegará a 3.000 millones de dosis (ver gráfico). Esta empresa ha encontrado dificultades para arrancar su producción en Bélgica, lo que ha conllevado retrasos en los compromisos de entregas. Por ejemplo, la UE espera únicamente 70 millones de unidades de las 180 millones previstas. En España, el laboratorio prevé que la planta de Mabxience en Guadalajara colabore en la producción.
Por el contrario, el consorcio de Pfizer y BioNTech se encuentra en el otro punto de la escala, ya que tienen una gran capacidad propia, junto con alguna alianza para sus mercados clave, que son los países occidentales y China a través de Fosum. Además, en el caso de esta vacuna existen menos socios con tecnología de ARN mensajero, lo que disminuye su capacidad de alianzas, según este centro universitario.
El consorcio de Pfizer/BioNTech calcula llegar este año a los 2.000 millones de inyecciones. La semana pasada, la nueva planta de BioNTech en Marburg (Alemania), recibió el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento. Desde allí, espera exportar decenas de millones de viales.
El salto en la producción y reparto también dependerá en gran parte de Novavax, que prevé producir 2.000 millones de dosis de una candidata que aún está en fase III de ensayos clínicos.
Hasta ahora, los países ricos están acaparando la mayor parte del reparto, especialmente EE UU si se considera el volumen, aunque también la UE, Reino Unido y otras naciones como Israel, por lo que la vacunación en países pobres previsiblemente llevará retrasos de varios meses.
Menos datos en Rusia y China
Tanto China como Rusia dependen de las vacunas nacionales para su suministro propio, pero desde la Universidad de Duke certifican que no hay transparencia sobre la capacidad ni de los contratos. “Si se tiene en cuenta la posible asignación nacional de China, Sinopharm, Sinovac y CanSino pueden tener una capacidad de fabricación adicional limitada para las exportaciones en 2021”, se explica en el informe. Ayer se supo que la china Sinopharm ha llegado a un acuerdo para producir en Abu Dabi.