Las claves son el crecimiento y el empleo
Recordemos que las políticas activas de empleo no han tenido éxito en las últimas décadas y habría que revisarlas
Los Presupuestos Generales del Estado son un instrumento imprescindible para la reactivación económica del país tras los estragos económicos que está causando la pandemia. Estos son unos Presupuestos expansivos, que buscan la equidad social al incrementar la presión fiscal a grandes grupos empresariales y a las rentas y patrimonios elevados. Es importante destacar que el Gobierno incluye en el Presupuesto 20.000 millones de las ayudas europeas que va a recibir España.
La clave es que esta inversión pública, este plan keynesiano, se traduzca en empleo y establezca las bases de nuestro crecimiento económico futuro. De ahí la importancia de que se controle el empleo generado, la productividad y efectividad de este gasto público. Los proyectos deben ser muy cuidadosamente elegidos, ejecutados y controlados. Recordemos que los ERTE producidos por el Covid-19 se han prorrogado hasta el 31 de enero y que no se consideran desempleo. Tenemos sectores básicos como el turismo, la hostelería y el comercio que no se normalizarán hasta que pase la pandemia. La idea, más allá de esta inyección económica, es que realicemos reformas estructurales que hagan que el país salga reforzado de la crisis.
Los Presupuestos incluyen una partida de 2.000 millones para políticas activas de empleo, que refuerzan a los trabajadores desempleados mayores de 45 y 50 años y buscan su recualificación y reinserción en el mercado laboral. Recordemos que las políticas activas de empleo no han tenido éxito en las últimas décadas y habría que revisarlas.
En este sentido, la consultora Mckinsey ha realizado un estudio (The future of work in Europe) donde señala que 48 ciudades europeas que representan el 20% de la población del continente han generado más de un tercio del crecimiento del empleo y la población europea desde 2007. La mayor parte de la Península Ibérica no está incluida en estos hubs, que se concentran mayoritariamente en el norte de Europa. En nuestro país, Madrid se presenta como uno de estos polos de innovación y talento. Existen también zonas consideradas paraísos turísticos (Cataluña, Mallorca, Alicante, Málaga) y varias áreas diversificadas en el norte de España con empleo en industria y servicios (Santander, País Vasco, Aragón, Valladolid). El resto de regiones se clasifican como zonas rezagadas que tienen bajo dinamismo empresarial y donde la población trabajadora disminuye debido al envejecimiento y la emigración.
El objetivo es cambiar esta dinámica y que se generen polos de crecimiento por todo el territorio. Según el mismo estudio, tras la recuperación de esta crisis, Europa tendrá escasez de trabajadores cualificados, pese a la creciente automatización de la economía. La clave es encontrar o crear ventajas competitivas que atraigan o produzcan nuevas empresas, así llegará el empleo. Sería interesante estudiar estas ciudades innovadoras y conseguir replicar estas áreas de innovación y crecimiento por todas las regiones de nuestro país.
Jorge Hernando Cuñado es Profesor de Economía y Empresa de la Universidad Nebrija