La sentencia del ‘caso Bankia’ de la Audiencia que contradice la decisión del Supremo de 2016
El fallo de la AN pone fin, junto a la fusión de Bankia y CaixaBank, a una de las etapas más negras del sector financiero español
La gestiónión de la pandemia del coronavirus, con sus destructivos efectos sobre la salud y la economía, recuerda a la gerencia de la crisis financiera de la última década, y que tuvo como consecuencia uno de los episodios más negros de la economía del país. Los intereses políticos, como también ocurre en la actualidad, se colaron en la búsqueda de soluciones para Bankia, para el sector financiero y, en general, para la economía española de 2008 a 2018 tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
La crisis financiera, con Bankia a la cabeza, puso fin a una época en la que parecía que el crédito fluía como el agua y las entidades, varias, no todas, tenían un pozo donde depositar sus riesgos sin que pudieran aflorar a la superficie. La crisis sanitaria también ha puesto fin a otra época, ahora el ser humano conoce que es más débil de lo que nunca se imaginó.
La sentencia de la Audiencia Nacional por la que se absuelve a los 34 acusados por la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011, dada a conocer ayer por los jueces, cierra el último episodio que quedaba pendiente de resolver sobre la crisis financiera. Su publicación se produce 12 días después de que los consejos de administración de Bankia y CaixaBank aprobasen su fusión, con la desaparición de la primera tanto como marca como jurídicamente. En 2021 Bankia dejará de existir.
Inicialmente, la decisión de los magistrados se esperaba para finales de diciembre, pero la complejidad del caso hizo imposible dictar una sentencia entonces. Las especulaciones sobre la publicación de la sentencia volvieron a surgir en plena pandemia, pero el Covid también influyó en los jueces (alguno de los magistrados enfermó de coronavirus durante el estado de alarma). A finales de agosto, todo indicaba que el fallo era inminente, pero llegó septiembre y los rumores de su publicación eran casi diarios.
El pasado día 21, y tras la resaca de la aprobación de la fusión de Bankia con CaixaBank, parecía que el histórico escrito de la Audiencia vería la luz en horas. Pero no fue así hasta ayer, justo un día después de que se conociera otra polémica, mediática y también histórica decisión de la justicia, en este caso la confirmación por parte de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, de la condena a un año y medio de inhabilitación de Quim Torra como presidente de la Generalitat.
Coincidencias aparte, la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la salida a Bolsa de Bankia ha levantado ampollas. Ha sido un fallo agridulce para los 34 absueltos, entre ellos, Rodrigo Rato, presidente de la entidad en el momento de su estreno en el parqué (julio de 2011), acusados de los delitos de estafa a los inversores y falsedad contable.
La Audiencia considera que la oferta pública de suscripción de acciones (OPS) contó con la aprobación de todas las instituciones, Banco de España, CNMV, FROB y la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas en inglés). La sentencia mantiene, además, que el folleto de la OPS contenía una amplia y certera información y, además, en el juicio solo se expusieron “actitudes genéricas” de los acusados y no actos concretos.
Esta decisión pone casi fin a nueve años en los que la actuación de los consejeros entonces de Bankia, las autoridades supervisoras antes mencionadas y el Gobierno de Zapatero se puso en duda desde el mismo momento en el que se anunció la posibilidad de que la antigua Caja Madrid (Bankia es fruto de la fusión de la excaja madrileña con Bancaja y otras cinco cajas más pequeñas) saliera a Bolsa.
La polémica no concluirá, no obstante, hasta que el Supremo vuelva a pronunciarse sobre el caso. O eso parece, ya que las reacciones criticando la sentencia no se hicieron esperar, y tanto abogados de pequeños ahorradores que invirtieron en esta salida a Bolsa como varias asociaciones de usuarios han anunciado ya su intención de recurrir la decisión de la Audiencia Nacional al Tribunal Supremo.
Como aseguraban ayer fuentes jurídicas de uno de los 34 absueltos en el proceso, “la sentencia es agridulce. Da la razón a mi cliente, nunca hubo dolo en la salida a Bolsa, y la operación fue aprobada por todas las instancias, ¿pero quién reparará el daño causado en su vida personal, profesional o familiar? Eso ya es imposible. Desde que Bankia fue intervenida en 2012 su vida profesional se tambaleó, pero con el proceso judicial se truncó completamente”.
Fuentes jurídicas que han intervenido en el proceso como parte acusatoria destacaban ayer a este periódico las contradicciones existentes entre la sentencia de la Audiencia y la decisión del Tribunal Supremo de 2016. “El Supremo se ha pronunciado en varias ocasiones sobre la inexactitud del folleto de salida a Bolsa de Bankia, sobre sus errores considerables, que contrasta con la sentencia comunicada ayer por la Audiencia. La jueza Ángela Murillo ha enmendado al Supremo”.
La Sala de lo Civil del alto tribunal consideró hace cuatro años que el folleto de salida a Bolsa de Bankia era falso y provocó “un error en el consentimiento” a los compradores de acciones, lo que derivó en la opción de la entidad financiera a devolver las inversiones de los pequeños accionistas.
Fuentes jurídicas insistían en que la sentencia de la AN abría ahora otros frentes. Se preguntaban qué ocurrirá ahora con la sanción confirmada a Deloitte como auditor por el Ministerio de Economía propuesta por el ICAC, y añadían si la decisión del Supremo de devolver el dinero a los minoristas quedaba ahora en cuestión.
El sindicato que denunció la salida a Bolsa de Bankia, CIC, declaraba tras conocer la sentencia de la Audiencia que “sacar al Banco de España del banquillo de los acusados, a pesar del voto particular de la magistrada Clara Bayarri, ha dado pie a esta sentencia que se basa en que el supervisor bancario y la CNMV aprobaron la salida a Bolsa de Bankia” en julio de 2011.
Inspectores del Banco de España que entonces vigilaban la salud de las entidades financieras, entre ellas Bankia, están indignados con la sentencia. Mantienen que se mintió en las cuentas de Bankia. Otras fuentes opinan totalmente lo contrario, y achacan parte de la opinión de alguno de los representantes de este colectivo a la guerra interna existente entonces (ya venía de antes y continuó después) entre los inspectores y la cúpula del Banco de España.