El INE suaviza la caída del PIB hasta junio pero certifica una recesión inédita
Rebaja el retroceso trimestral del 18,5% al 17,8% y el anual del 22% al 21,5%
El retroceso de la economía española durante el segundo trimestre del año, el que albergó las más férreas medidas de contención de la pandemia del Covid-19 desplegadas hasta la fecha, fue ligeramente inferior al inicialmente estimado, pero no por ello menos histórico. El Instituto Nacional de Estadística (INE) suavizó este miércoles los datos provisionales que había publicado a finales de julio rebajando del 18,5% al 17,8% la caída intertrimestral del PIB entre abril y junio, y del 22% al 21,5% la caída interanual. Se trata igualmente del mayor descalabro registrado, dada la ausencia de datos oficiales durante la Guerra Civil española, y sumado a la caída trimestral del 5,2% en el inicio de 2020 (-4,2% anual), constata la entrada de España en una recesión inédita.
Se trata, a su vez, de la mayor caída de toda la UE, a excepción del retroceso interanual del 21,7% sufrido por Reino Unido, superando los descensos del 18,9% en Francia o el 17,7% en Portugal.
El segundo trimestre del año arrancó ya sumido en el estado de alarma por el coronavirus, comenzó durante el cese de toda actividad no esencial y continuó luego bajo los efectos del confinamiento y las limitaciones comerciales, atenuados progresivamente desde mayo hasta el 21 de junio, cuando la desescalada dio paso a la llamada nueva normalidad.
Como consecuencia, las caídas del consumo y de la inversión son las mayores de la serie histórica. El consumo privado de los hogares se desplomó un 20,4% en el trimestre, mientras que la inversión cayó un 22,1%. Por su parte, el gasto de las Administraciones Públicas aumentó un 0,3%.
El empleo en términos de horas trabajadas baja un 21,7% intertrimestral y un 24,9% interanual. Los puestos equivalentes a tiempo completo bajan un 18,4%, lo que supone 17,9 puntos menos que en el primer trimestre. Esta caída supone un descenso de 3.383.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año. Por su parte, las horas trabajadas se reducen un 24,9%.
La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB fue de −18,8 puntos, 14,9 puntos inferior a la del primer trimestre. Por su parte, la demanda externa presenta una aportación de −2,7 puntos, 2,5 puntos menor a la del trimestre pasado.
Las exportaciones de bienes y servicios caen un 38,1% respecto al segundo trimestre de 2019 y las importaciones caen un 33,5%.
Desde el lado de la oferta, casi todos los sectores presentaron en el segundo trimestre un peor comportamiento interanual que en el trimestre anterior. En construcción, el valor añadido bruto se hundió un 27,5% (la caída fue del -6,6% en el trimestre anterior). La industria registró una contracción del 23,8%, y los servicios, del 21,3%. La agricultura fue el único sector que aumentó su valor añadido bruto, un 6,3%, frente al retroceso del 0,2% del trimestre anterior.
Balanza comercial
En paralelo, la pandemia arrasó prácticamente con el superávit de la balanza por cuenta corriente, aquella que mide los ingresos y pagos al exterior por el intercambio de mercancías, servicios, rentas y transferencias. Según los datos publicados este miércoles por el Banco de España, el saldo positivo descendió un 92,7% pasando de 9.600 millones de euros a junio de 2019 a apenas 700 millones al concluir el primer semestre de 2020. Un desplome que se explica, fundamentalmente, por la caída del turismo, que se desplomó en primavera en medio de las fuertes medidas de prevención de propagación del virus, que incluyeron el cierre de fronteras o la imposición de cuarentenas a los viajeros.
Así, mientras que el déficit de la balanza de bienes se situó en 5.400 millones respecto a los 12.000 de junio del año anterior, el superávit registrado en el ámbito de los servicios descendió de 28.800 a 12.500 millones a cierre del primer semestre. En esta área, el saldo positivo relacionado con el turismo y los viajes se redujo un 76%, de 21.400 a 16.300 millones, recoge Europa Press.
Por su parte, el saldo de la cuenta de capital descendió de 1.600 a 1.300 millones. Como resultado, la capacidad de financiación del país, resultado del saldo de las cuentas corriente y de capital, cae de los 11.800 millones de junio de 2019 a apenas 2.000 en 2020.
Finalmente, la posición de inversión internacional, que mide la diferencia entre la inversión en el extranjero y la que viene de fuera, arrojó un déficit de 908.400 millones, pasando del 71% de marzo al 77,5% del PIB.