El rendimiento de los bonos repunta ante las expectativas de inflación
Los tipos a largo plazo suben con el foco en los bancos centrales; se prevé que el presidente de la Fed dé pistas hoy de sus decisiones
El virus que ha conmocionado al mundo también ha trastocado la reunión veraniega que los grandes banqueros centrales organizan a finales de agosto en Jackson Hole. Esta, que arranca hoy, será telemática al 100%. Pero se espera mucho de ella. Los tipos de interés a largo plazo en Estados Unidos y en la zona euro han repuntado ante las expectativas de que la inflación inicie una remontada. El interés del bono español a 10 años ha pasado del mínimo del 0,28% que tocó en julio a rozar el 0,4% actual. El del bund alemán a 30 años se ha disparado desde el -0,1% al 0,3%.
La inflación no es un problema ahora, pero las medidas de los bancos centrales de todo el planeta para hacer frente a la crisis han hecho saltar las alarmas en los inversores de deuda a largo plazo. Ni el BCE ni la Fed están preocupados por ella, y en realidad no tienen por qué con la inflación en la zona euro en el 0,9% interanual en julio y en el 1% en EE UU. En ambos casos, muy lejos del objetivo del 2% que tienen marcado en rojo ambos bancos centrales.
Mientras, los inversores en deuda temen que un posible descontrol de los precios erosione la rentabilidad real de la deuda a largo plazo, de ahí las subidas de rendimiento, que se mueve de forma inversa al precio. Los bonos estadounidenses a 10 años han pasado de ofrecer un 0,5% hace unas semanas a situarse en el 0,7%. En la referencia a 30 años, el interés ha subido del 1,2% al 1,4%.
El mercado especula con que los bancos centrales no tomarán medidas para evitar las alzas de precios, incluso aunque los indicadores se acerquen peligrosamente a sus objetivos. Lo primero es antes, y ahora la prioridad es evitar que los efectos catastróficos de la pandemia devasten el tejido económico. Está previsto que esta cuestión sea una de las claves en la cumbre de banqueros centrales bajo el título Una década por delante: implicaciones para la política monetaria. Empieza hoy y concluirá mañana.
Los fondos venden deuda ante el miedo a que la inflación se coma su rentabilidad, al tiempo que huyen a activos protegidos de subidas de precios, como los bonos ligados a la inflación. En los últimos tres meses, más de 11.000 millones de dólares se fueron a activos protegidos de eventuales subidas de precio, según datos de Bank of America. La cifra es todo un récord.
Otra cuestión que ha impulsado los rendimientos de la deuda soberana al otro lado del Atlántico es que la Fed descarta, al menos de momento, el control de la curva de tipos. Esta arma monetaria supone que el Banco Central fije un tipo de interés para un tramo concreto de la curva de tipos (por ejemplo, los bonos a tres, cinco o 10 años) y que comunique su intención de adquirir esa deuda por ese precio para mantener el tipo deseado.
Jerome Powell, presidente de la Fed, arranca a las 15.10 (hora española) y se espera que aporte pistas sobre la política monetaria que pondrá en marcha. La siguiente reunión del Banco Central se celebrará los próximos 15 y 16 de septiembre, en la que además publicará sus previsiones económicas.
Christine Lagarde, la presidenta del BCE, no participará en las conferencias, pero sí lo harán otros miembros del Comité Ejecutivo de la institución, como Fabio Panetta, Philip R. Lane e Isabel Schnabel. La siguiente reunión sobre política monetaria del BCE está agendada unos días antes de la de la Fed; se celebrará el 10 de septiembre.
Tipos de interés cero en EE UU por cinco años
Nueva política. Los tipos de interés en Estados Unidos están en el rango del 0% al 0,25% –en la práctica, al cero– desde el pasado 15 de marzo debido al estallido de la pandemia. Y esta nueva era puede durar mucho tiempo, según publicó ayer Bloomberg. “Parece probable que la Fed mantendrá los tipos de interés a corto plazo al 0% durante cinco años o más, después de que adopte una nueva estrategia en su política monetaria”, señaló ayer la agencia. Incluso, aunque la inflación se sitúe por encima del 2%. Esto repercute en el comportamiento al alza de los rendimientos de los bonos a largo plazo. Uno de los diferenciales más empleados en EE UU para anticipar la inflación se sitúa ya en el 1,70%, frente al mínimo que marcó en marzo en el 0,47%.