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Cuánto se ha recuperado desde la crisis y cuánto falta

Solo la Seguridad Social está cerca de alcanzar los cotizantes de 2008, pero para financiar 1,1 millones más de pensiones

Evolución de la ocupación entre dos ciclos
A. Meraviglia

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, dio el pasado lunes por cerrada la crisis en España, porque el número de afiliados cotizantes ocupados a la Seguridad Social se acerca a los máximos marcados antes de la recesión. A su entender, el criterio válido para finiquitar la crisis es la recuperación plena del empleo perdido por los años recesivos; no obstante, la doctrina ha dado por terminada la crisis hace ya varios trimestres, dado que se encadenan ya hasta seis años casi completos de crecimiento de la economía (y acelerado del empleo) y porque los niveles de producción agregada máximos marcados en 2008 han sido superados ya en la primavera del año pasado. Por tanto, de la triple cara de la crisis, la de crecimiento está sobradamente olvidada; la financiera, en vías de solución definitiva, puesto que la banca ya está bien recapitalizada, pero sigue asistida por la liquidez y el crédito fácil del BCE, y la del empleo, la que se mide con la variable más social de todas las de carácter económico, solo según el particular criterio del secretario de Estado de la Seguridad Social.

La Seguridad Social computa casi tanto empleo como se registraba en 2008, pero todos los indicadores de estadística, los oficialmente válidos para medir el fenómeno, echan en falta todavía, en términos generales, uno de cada tres empleos destruidos. El análisis resiste todo, hasta que la economía sumergida distorsione los datos, pero dicen lo que dicen: no se ha recuperado todo el empleo perdido (solo dos de cada tres) y siguen en paro una de cada tres personas de las que engordaron la estadística en la crisis.

La Seguridad Social

Si el registro de la Tesorería de la Seguridad Social computaba ya en abril una media de cotizantes ocupados de 19,23 millones, únicamente faltan 126.000 para alcanzar los máximos registrados en abril de 2008, cuando llegaron a los 19,36 millones de ocupados. Teniendo en cuenta que este registro había perdido 3,12 millones de personas en situación de alta y de cotización imputable a su empleo, se habrían recuperado 2,99 millones, un 95,96% de las pérdidas, y solo faltaría un 4,03% de los cotizantes desaparecidos con la crisis.

La Seguridad Social es un buen mecanismo para medir el empleo real del país, puesto que recoge todas las personas que están de alta en sus empresas o como trabajadores autónomos, condición legalmente obligatoria en España. Pero no es el único sistema para medir el empleo real que genera la economía española, puesto que al menos existen otras tres fórmulas de medición, con diferencias muy apreciables entre ellas, pese a tener fuentes similares: la encuesta de población activa, la contabilidad nacional y el cómputo del empleo a tiempo completo equivalente de la propia contabilidad nacional.

Hay un quinto mecanismo que se aproxima al mercado de trabajo, pero que marca mejor las tendencias que los saldos y que no será considerado aquí, cual es el registro de la Agencia Tributaria, que computa a todas aquellas personas a las que la Hacienda pública les ha practicado algún tipo de retención en sus rentas procedentes del trabajo.

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De los tres formatos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el que mide oficialmente la actividad, el empleo y el paro (como saldo entre los dos primeros) es la encuesta de población activa. Según la EPA, el número de ocupados sería muy similar al que ofrece el registro de cotizantes de la Seguridad Social: 19,47 millones de personas con empleo en el primer trimestre de 2019. Esta cifra es la media en el trimestre de referencia de todas las mediciones semanales que el INE hace en 65.000 hogares, a unas 160.000 personas en todo el territorio nacional, y que computa como persona con empleo, persona ocupada, a aquella que en la semana anterior a la que se le hace la entrevista (presencial o telefónica) reconoce haber trabajado al menos una hora a cambio de una remuneración específica.

Pero si bien el empleo absoluto recogido por esta encuesta es similar al de la Seguridad Social ahora, está muy lejos de alcanzar los máximos de antes de la recesión y, por tanto, su particular aportación refleja que la crisis de empleo no puede darse, ni mucho menos, por superada. En concreto, el número de ocupados en el máximo cíclico marcado en el tercer trimestre de 2007 fue de 20,75 millones; faltarían, por tanto, aún 1,28 millones de ocupados para cerrar el círculo, nada menos que una de cada tres personas que según el mismo cómputo perdieron el trabajo en la recesión: 3,80 millones, pues descendió hasta los 16,95 millones en los primeros meses de 2014; de ellos se habrían recuperado hasta ahora 2,52 millones, cerca del 66%, o dos terceras partes de la pérdida.

La contabilidad nacional

Con fuentes similares, el propio Instituto Nacional de Estadística despacha una contabilidad nacional que arroja una ocupación ajustada de estacionalidad y calendario en el primer trimestre de este año de 20,25 millones de personas (unos 780.000 ocupados más que la EPA y 1,02 millones más que el registro de la Seguridad Social). También según esta medición de la contabilidad nacional, que en este caso consiste en una atinada estimación en función de la producción económica y de las horas trabajadas, aún faltaría la creación de 1,46 millones de empleos (un 37,5% de la pérdida) para alcanzar el máximo cíclico del primer trimestre de 2008, que llegó a los 21,71 millones de empleos en términos ajustados.

En concreto se perdieron 3,89 millones de puestos de trabajo en el punto más crítico de la recesión, hasta descender a los 17,81 millones en el cuarto trimestre de 2007. Desde entonces se han recuperado, según este método de cálculo, 2,43 millones, un 62,5%; la crisis de empleo, por tanto, perdura.

Si este mecanismo mide el número de personas que han trabajado de media en el trimestre de referencia para producir un volumen determinado de actividad tanto en bienes como en servicios, lo hace sin otro filtro que el de la estacionalidad; pero la contabilidad nacional añade un filtro adicional en la jornada y los tipos de contratos para determinar cuánto empleo equivalente a tiempo ­completo se ha utilizado para producir la citada actividad.

Este mecanismo que determina una especie de cómputo cualificado asegura que en el primer trimestre de este año el empleo equivalente a tiempo completo ha sido de 18,72 millones de personas, inferior a todos los mecanismos citados antes. Lógicamente, al filtrar la jornada y deshacer horas extras y contratos a tiempo parcial, el número de empleos reales se reduce sensiblemente.

Y este mecanismo arroja también luz en el sentido de los otros dos del INE respecto al punto en el que estamos de recuperación del mercado de trabajo. El máximo marcado en 2008 fue de 20,17 millones de personas trabajando a tiempo completo para hacer el PIB de aquel periodo de referencia, mientras que el mínimo cíclico lo marcó en el último trimestre de 2013, con 16,17 millones de empleos a tiempo completo equivalente. De los cuatro millones justos perdidos se han recuperado 2,55 millones (un 63,7%) y faltan aún 1,44 millones, un 36,2%; como en las mediciones anteriores, aún hay que recuperar una de cada tres pérdidas.

Si los cálculos se hacen sobre asalariados, los resultados son similares a los del empleo total: en la Seguridad Social ya se han superado los máximos de 2008, mientras que en la EPA falta aún un 23,3% (738.000 asalariados); en la contabilidad nacional, un 30% (1,05 millones), y en la contabilidad cualificada (a tiempo completo equivalente) faltan el 30,9% (1,12 millones de empleados por cuenta ajena).

Qué dice el desempleo

Las cifras del desempleo también arrojan luz para componer de forma subjetiva un criterio acerca de si la crisis de la ocupación ha concluido o no lo ha hecho. Cuando arrancó la crisis, en 2008, el número de desempleados detectados por la encuesta de población activa era de 2,19 millones, y ascendió hasta un máximo de 6,27 millones de personas en el momento mas duro de la segunda recesión, en el primer trimestre de 2013. Ahora, tras cinco años y medio de crecimiento de PIB y empleo, el paro contabilizado por la EPA es de 3,35 millones de personas.

Por tanto, desde sus máximos se ha reducido en 2,92 millones de personas, menos de la mitad del existente en el punto más negativo del ciclo, y aún faltan por encontrar empleo en términos absolutos 1,16 millones de personas. Medido en tasas de desempleo, si ahora es del 14,7%, y se ha reducido desde casi el 27% de 2013 (26,94%), sigue muy alejada del 9,6% que se registraba cuando arrancó la crisis al inicio de 2008. Y hay que recordar que tanto la situación del empleo como del paro hay que analizarlas siempre a la luz de la población activa, que ahora es inferior a la de entonces: 58,35% de la población de más de 16 años frente al 60% que estaban dispuestos a trabajar en 2008.

El cómputo de retenciones de la Agencia Tributaria

El quinto modelo. Hay un quinto mecanismo que se aproxima al mercado de trabajo, pero que marca mejor las tendencias que los saldos: el registro de la Agencia Tributaria. Este computa a todas aquellas personas a las que la Hacienda pública les ha practicado algún tipo de retención en sus rentas procedentes del trabajo. Está también ahora muy cerca de sus máximos cíclicos, en 27,72 millones de personas a finales de 2017, pero dado que recoge toda la rotación del mercado laboral y contabiliza retenciones aunque correspondan a un solo mes de ocupación, solo sirve para saber cuánta gente ha trabajado en el ejercicio, pero no cuánta tiene empleo en un momento determinado. De hecho, con este sistema de medición, prácticamente se puede considerar que no habría habido crisis de empleo, pues los mínimos que registró fueron 26,3 millones de personas con retención practicada en 2013.

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