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Autónomas: ¿pueden hacer huelga?

¿Reivindicar derechos o perder clientes? El dilema de las autónomas ante la huelga.

El pasado viernes, 8 de marzo, celebramos el día de la mujer. Lo declaró la ONU como tal en 1975, aunque su origen data de 1857, cuando un grupo de trabajadoras de una empresa textil salió a las calles de Nueva York a protestar contra sus condiciones laborales. A lo largo de la Historia se han ido sumando acontecimientos por la lucha de los derechos e igualdad en las mujeres: el acceso a la universidad, el derecho al voto o la introducción en el mercado laboral.

Actualmente, el día 8 de marzo se sigue dedicando a la mujer, y, en los últimos años este día está marcado por la convocatoria de huelgas feministas. El pasado viernes, una vez más, se convocó una huelga en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, y en favor de leyes justas que valoren a la mujer en el conjunto de la sociedad. Sin embargo, ¿todas las mujeres pudieron ir a la huelga? ¿Han podido ser libres y secundar la huelga si así lo han querido? ¿Qué consecuencias tiene para una mujer autónoma ir a la huelga?

Las consecuencias de que una autónoma secunde la huelga

El teléfono va a seguir sonando, y lo atenderé. Eso da de comer a mi familia. Es mi negocio, quizás si no atiendo al cliente, no me llame más”. Así es como Susana Pizana describe su 8 de marzo. Susana es autónoma, la administradora de General Events, y asegura que no puede hacer huelga porque “no atender a un cliente es sinónimo de poder perderlo. La oferta está ahí. Si no atiendes esa demanda otro lo hará por ti”.

Y es que las asalariadas pierden la parte proporcional de su salario si secundan la huelga, pero la pérdida de las autónomas “puede ser mayor”, tal y como subraya Marta Pérez. Esta fisioterapeuta autónoma considera que esa es la principal desventaja, que se pueden perder pacientes por hacer huelga.

En el estatuto de los trabajadores sí reconoce el derecho a huelga, pero en el de los autónomos no está recogido. Por tanto, hacer huelga o no si eres trabajadora por cuenta propia “dependerá de cada uno”. Así lo asegura Lucía García. Esta traductora autónoma añade que si se tienen “trabajadores a tu cargo, no podrás cerrar el negocio sin que estén todos de acuerdo”. Sin embargo, los autónomos que trabajan solos pueden organizarse para no trabajar ese día. Eso sí, “para no trabajar el viernes tendré que trabajar más el resto de la semana y seguramente trabajar también el sábado”.

El sector al que se dedique una autónoma es crucial a la hora de hablar de consecuencias que puede tener secundar la huelga. “Una tienda cara al público, si es en horario de apertura y deja de recibir compradores, es dinero que pierde”, según destaca Candelaria Carrera, coordinadora del Área de mujer de ATA. Lo mismo ocurre con una abogada si no responde al teléfono; o a Marta, fisioterapeuta, si es el único día en el que un paciente puede ir a su consulta o llaman para pedir cita.

Las consecuencias de secundar una huelga siendo autónoma no son universales como sí pueden serlo los de las asalariadas. La falta de un derecho que las proteja, crea miedos e incertidumbres en las autónomas a la hora de acudir a la huelga. Sin embargo, la huelga es un “derecho constitucional, que debería correspondernos como ciudadanas de pleno derecho. Ser autónoma no debería ser diferente”, en palabras de María José Landaburu, secretaria general de UATAE. “Las mujeres autónomas no contaremos en las estadísticas, nadie sabrá cuántas somos”, añade Landaburu.

Aun así, tanto desde ATA como desde UATAE, aseguran que tanto las mujeres asalariadas como las autónomas han de remar en la misma dirección. “La defensa de los derechos de la mujer es algo que nos une”, concluye Carrera.

8 de marzo de 2019

Nadie ha privado a estas autónomas de secundar la huelga el pasado viernes. Cada una ha podido decidir si hacerlo o no. Sin embargo, las declaraciones de éstas ponen de manifiesto que el colectivo sigue necesitando regulación en muchos aspectos. Hay numerosas propuestas encima de la mesa con el fin de mejorar las condiciones de los autónomos y las autónomas en nuestro país. Quizás este tipo de regulaciones que equiparen el derecho al de los asalariados deberían incluirse.

Las autónomas que han secundado la huelga se han enfrentado a la posibilidad de perder nuevos clientes o desatender a los que tienen. Además, si una autónoma consiguió organizarse para parar el 8 de marzo, ha tenido sobrecargo de trabajo durante el resto de días de la semana para poder “dejar de trabajar” ese día. Y es que lo que una autónoma no hace hoy, lo tiene que hacer mañana, porque nadie lo hace por ella.

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