Las 575.000 mujeres que trabajan en profesiones con escasa presencia femenina
Una veintena de sectores tienen menos del 20% de trabajadoras
Pescadoras, oficiales de la construcción, mecatrónicas, ebanistas, transportistas, torneras mecánicas, o mozas de almacén. Son profesiones en las que las mujeres se cuentan con los dedos de una mano. En España existen algo más de una veintena de actividades en las que las trabajadoras están claramente subrepresentadas, al suponer menos de un 20% del total de ocupados en dichos sectores.
En España hay poco más de 575.000 mujeres que trabajan en estos entornos laborales más cerrados que el resto al empleo femenino. Algunas de ellas desarrollan su profesión en las minería y otras industrias extractivas o en la construcción, tanto de edificios como de ingeniería civil, las dos grandes ramas de actividad de la economía española con menos mujeres en sus plantillas: entre un 6% y un 8%.
Es más, si se desciende a los datos territorializados se producen paradojas como que en tres de las comunidades con mayor tasa de paro (Extremadura, Andalucía y Canarias) el porcentaje de mujeres que, por ejemplo, trabaja en la construcción es incluso inferior a la media, no superando el 5% del total de los trabajadores de ese sector. Esto se produce cuando hasta la propia ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, aseguraba esta misma semana que le han llegado quejas de empresas constructoras por la falta de oficiales, entre otros puestos.
Pero junto a estos dos sectores están también otros con menos de un 20% de trabajadoras como la pesca, la explotación forestal, toda la industrial del metal, el transporte y almacenamiento o la gestión de residuos y la fabricación de muebles, entre otros. Todas estas ramas de actividad emplean a 4,3 millones de personas y solo el 13% son mujeres. La pregunta es, ¿por qué se produce esta situación en un país europeo en pleno siglo XXI? Varios expertos consultados coinciden plenamente en el origen de la masculinización o feminización de determinadas profesiones: el factor cultural y educativo, sobre todo en las edades más tempranas.
"Hay que trabajar las profesiones de manera transversal, no solo con lo que se nos da bien hacer y nos gusta académicamente sino también con nuestras destrezas y habilidades de otro tipo, desde muy pequeños; porque en los primeros seis años de vida se construyen las imágenes que el ser humano va a tener toda su vida", explica Esther Monterrubio, directora de servicio de Formación Profesional (FP) de la comunidad foral de Navarra.
Desde la patronal de empresas del metal (Confemetal) también inciden en el que no existe ningún tipo de problema para la contratación de mujeres por parte de las compañías de este sector "pero la ausencia de trabajadoras para puestos del metal hay que buscarlas en una etapa anterior, en la etapa formativa, donde casi no hay chicas estudiando estas profesiones".
Por ello, Monterrubio opina que el acceso de mujeres a este tipo de profesiones no será rápido, porque deben operar cambios culturales, "a través de programas de coeducación" en la familia y en los colegios, "donde se deben abordar las profesiones desde pequeños".
La solución, por tanto, no puede darse a través de los orientadores que atienden a los adolescentes "porque en ese momento se produce la elección (de los estudios) bajo presión y desde el descarte, y entonces ya es tarde", explica esta responsable de la FP navarra, una de las comunidades con mayor inserción profesional con este tipo de formación
Además, el acceso de mujeres a estas profesiones está doblemente penalizada porque, según Monterrubio, "las mujeres son mejores estudiantes en la adolescencia y ponen su mirada, primero en la universidad y luego en las ramas de servicios".
Así, según los expertos consultados, es difícil de entender que en España falten torneros para la industria, que pueden ganar más de 2.000 euros al mes y, sin embargo, las mujeres sigan formándose masivamente, por ejemplo, para el cuidado de ancianos, un trabajo mucho más duro, con horarios nocturnos salarios inferiores a 1.000 euros al mes.
Campañas de concienciación
La Fundación Laboral de la Construcción integrada por las empresas y los sindicatos del sector para formar a los trabajadores considera urgente aumentar la participación femenina en estas actividades. Por ello, ha lanzado la campaña #yotambienconstruyo para dar visibilidad a las trabajadoras del sector, donde solo hay un 9% de mujeres. Es más, las cifras de esta fundación evidencian el problema: de todas las personas que participaron en cursos formativos sobre alguna rama de la construcción en 2018 solo el 6,8% fueron mujeres (5.500). Si bien, esta cifra creció un 20% respecto al año anterior.
Esta fundación lidera también desde 2017, en colaboración con otras siete entidades de Francia, Alemania, Portugal, Italia y Bélgica, el proyecto europeo Women can Built. Re-Concepción de la Formación Profesional hacia una industria de la construcción en igualdad. Se trata de un programa que ha puesto en marcha varias medidas de formación y sensibilización para un sector más igualitario. El director general de esta fundación, Enrique Corral, explicó que esta entidad trabaja en tres líneas para incorporar más mujeres al sector: "Acciones para que las propias mujeres superen prejuicios y barreras culturales en las oportunidades laborales; otras para derribar las barreras en las empresas de sus propios compañeros o jefes; y formando a los formadores en sensibilización de igualdad de género".