Santander afronta ya el posible rescate de bonos ‘cocos’ por 2.800 millones
El banco puede comprar 1.500 millones en euros y la misma cuantía en dólares en febrero y mayo
Son caros, muy caros. Pero también necesarios. Los bonos contingentes convertibles (cocos, en la jerga) de los bancos pagan cupones que han llegado al 11,5%. Santander puede eliminar en febrero y mayo la deuda que lanzó en 2014 por unos 2.800 millones de euros y por la que paga entre un 6,25% y un 6,375%, pues habrán pasado cinco años desde su puesta en circulación. Pero la entidad todavía no ha tomado una decisión al respecto.
El mercado está pendiente de qué hará el banco que preside Ana Botín en las primeras opciones de compra (call, en la jerga) de sus cocos. Todos los bancos tienen la opción de cubrir sus requerimientos de capital con varios instrumentos. El de máxima calidad (CET1) está construido solo por capital y reservas. El BCE permite que un 1,5% de los requerimientos totales (el porcentaje de fondos que puede absorber pérdidas si hay problemas) se cubran con capital de máxima calidad adicional (AT1 o cocos en la jerga).
BBVA ya ha destruido los cocos que vendió en mayo de 2013. Lo hizo porque le resultaba más barato emitir nuevos que seguir con ese instrumento. El pasado septiembre vendió 1.000 millones por los que paga un 5,875% anual. El ahorro en intereses es del 38%. También eliminará los cocos que emitió en febrero de 2014 y que abonan un 7%. La entidad que preside Carlos Torres cuenta con colchón de sobra para amortizar esos cocos sin necesidad de hacer nada más. Contará con cocos que representan el 1,57% de los activos ponderados por riesgo (APR). El siguiente nivel de fondos con capacidad para absorber pérdidas es la deuda subordinada Tier 2, y BBVA tiene un 2,54%.
Santander, en cambio, está más justo. A cierre del año pasado, su AT1 estaba clavado en el 1,5% y su Tier 2, en el 2%. La última emisión de cocos del mayor banco español se hizo en marzo de 2018 con un cupón del 4,75%, pero desde entonces el mercado se ha torcido. Su rentabilidad ronda ahora el 5,6%. Este es un termómetro de lo que le costaría a Santander reemplazar esa deuda.
Cierto es que, en teoría, la entidad tiene un incentivo para amortizar esos bonos, pues lo que paga cambia una vez llegada la opción de compra. Lo llamativo es que en el caso de los cocos en euros no existe desventaja en cuanto a la factura que pagará Santander. Al contrario, se ahorrará dinero si los deja.
Por los 1.500 millones pagará a partir del 13 de febrero un 5,41%, más el midswap en euros a cinco años (el tipo de interés a ese plazo libre de riesgo), que se sitúa en el entorno del 0,15%. El nuevo cupón estará por debajo del 6% anual, menos de lo que abona ahora.
Otra cuestión son los 1.500 millones en dólares (unos 1.300 millones de euros) y que tienen la opción de compra en mayo. Estos pagarán a partir de entonces un 4,788 más el midswap a un lustro en dólares, ahora en el 2,6%. El interés rondaría el 7,4%.
"Si Santander decide no ejercer la opción de compra no tendría gran impacto ni sobre el banco ni sobre su rating, pues el montante de los instrumentos que vencen en términos relativos a su pasivo es marginal. Sí podría provocar una reacción en el mercado europeo de AT1, ya que aparentemente muchos analistas toman como supuesto base que los bancos siempre ejerzan la opción de compra sobre estos instrumentos, lo que podría generar algo de volatilidad en que ya se ha demostrado que es más parecido la Bolsa que a la renta fija", explica to Pablo Manzano, VP encargado de análisis de banca en la agencia de rating DBRS.