Los salarios ceden tres puntos en el reparto de la riqueza nacional desde 2008
Los beneficios empresariales avanzan 0,56 puntos y el mayor avance se registra en los impuestos
Diez años después de que la crisis económica de 2008 fuese explícita en España, y tras un periodo de casi seis años de destrucción de riqueza y de empleo y cinco de recuperación, los niveles de producción agregada están ya por encima de los máximos alcanzados en el ciclo alcista de los primeros años del siglo. El balance tras este decenio es una economía mucho más terciarizada, en el que los servicios han crecido significativamente y ni la industria ni la construcción han recuperado todavía sus niveles de producción y empleo. Aún falta más de 1,6 millones de ocupados por encontrar trabajo, pero la renta agregada de los asalariados en términos corrientes es ya superior a la de 2008.
En cuanto al reparto de la riqueza generada, la renta de los asalariados se ha llevado, no obstante, la peor parte en estos dos lustros de sucesiva recesión y recuperación. En concreto, su participación en la tarta nacional ha descendido desde el 50,14% en 2008 hasta el 47,27% del año pasado: la pérdida es de casi tres puntos (2,87). Los excedentes de explotación (beneficios) han pasado en el decenio del 41,67% de la riqueza nacional al 42,23%, con una ganancia de 0,56 puntos. Lógicamente el gran ganador es la partida destinada a los impuestos sobre la producción, que ha pasado del 8,19% en 2008 al 10,5% de 2018, con ganancia de 2,31 puntos.
En términos absolutos la remuneración de los asalariados cerró el año pasado en los 570.551 millones de euros, 10.774 millones más que en 2008 en euros corrientes, solo un 1,92% más. Desde 2008 al suelo de la recesión, en 2013, el descenso fue de un 13,3%. Por lo que se refiere a la renta empresarial, cerró 2018 en 509.687 millones de euros, un 9,5% más que en 2008, pero medido en euros corrientes. La pérdida de los cinco años recesivos fue de un 5,3% solamente, y la recuperación desde entonces del 15,7%, siempre en términos monetarios.
El PIB y sus componentes
El PIB de 2018 ha ascendido a 1,206 billones de euros, un 8,12% de incremento nominal sobre el generado en 2008 (1,116 billones de euros). Tras los cinco primeros años de la crisis, la producción descendió hasta 1,025 billones (un 8,1%) de 2013. La recuperación desde entonces acumula un alza nominal del 17,65% (181.000 millones de euros).
Los dos motores fundamentales que han devuelto la producción ya por encima de sus máximos cíclicos han sido el consumo y las exportaciones desde el punto de vista de la demanda, mientras que la inversión sigue sin volver a sus valores techo. Los valores del consumo están ya por encima de los de 2008 en un 9,1%, y en un 15,28% sobre los mínimos marcados en 2013.
En cuanto a las exportaciones, han experimentado un avance del 46,5% respecto a las de 2008, y superan los 414.000 millones de euros. Han tenido un comportamiento positivo muy continuo, salvo un pequeño descenso en 2009, y en ellas se ha sustentado el crecimiento en los primeros trimestres de la recuperación. Las compras al exterior, por su parte, descendieron mucho en 2009 (un 24%), y desde entonces han recuperado un 34,43%.
La inversión, a ritmo lento
La cruz en la demanda estuvo en las inversiones, que habían alcanzado niveles muy elevados en el ciclo anterior. En 2008 la formación bruta de capital llegó a los 326.175 millones de euros, y descendió hasta los 192.000 en 2013, mínimo cíclico (un 41%). Pero la recuperación en los años siguientes no ha sido suficiente, y cerró 2018 en los 256.044 millones de euros, un 21,5% por debajo aún de su máximo de 2008. Pero el comportamiento de sus componentes no ha sido homogéneo: mientras que la inversión en construcción sigue lastrada, aún en un 40% por debajo de 2008, la destinada a bienes de equipo de las empresas ha superado ya aquellos niveles. En concreto hoy (89.078 millones) es ya un 10,2% superior a la de 2008 (80.798 millones); desde que se inició la recuperación de la economía ha crecido el 46%.
Desde el punto de vista de la oferta, el mayor avance del PIB se ha concentrado en los servicios, cuyo valor añadido bruto desde 2008 se ha incrementado en un 42%, con descenso solo del 1,5% en el suelo de la recesión. El valor añadido de la industria, pese a que su empleo no se ha recuperado, es ya un 5,43% superior al de 2008, mientras que el de la construcción es un 38% inferior.
Empleo a tiempo completo
La Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre computaba 19,564 millones de ocupados; pero la Contabilidad Nacional estima que el número de personas ocupadas al terminar 2018 era de 20,099 millones, cifra de referencia que utilizaremos para analizar su evolución en el decenio. Con tal cifra España está en un nivel de empleo del 92,57% respecto del que registró en el máximo del ciclo anterior, que fue de 21,712 millones en el primer trimestre de 2008. La recesión destruyó 3,895 millones de empleos (un 17,9% del total), y desde entonces se han recuperado 2,28 millones (un 12,8%), y faltan aún por recuperar para lograr los niveles máximos 1,613 millones de empleos. Gráficamente, se han recuperado algo más de seis de cada diez, y faltan, por tanto, casi cuatro.
Haciendo las cuentas sobre el empleo equivalente a tiempo completo (despreciando los ocupados a tiempo parcial) que elabora Estadística para evaluar la ocupación efectiva, el balance es muy parecido: se destruyeron 4 millones justos de empleos (de 20,175 millones a principios de 2008 a los 16,175 a finales de 2013), nada menos que un 19,8% (uno de cada cinco existentes), se habrían recuperado 2,4 millones y faltarían 1,59 millones; estaría el mercado al 92,09% de su máximo de 2008.
Únicamente los servicios disponen ya de más empleo que en 2008: si entonces había 15,167 millones, ahora hay ya 15,672 millones de ocupados, 103,66 ocupados por cada cien de entonces. La destrucción en este sector durante la recesión fue más modesta que en el resto de actividades: solo se perdieron 1,233 millones (un 8,1%), y desde el mínimo se han recuperado 1,787 millones.
Industria y construcción
En la industria, por contra, el nivel de empleo sobre sus máximos es del 83%, y siguen faltando 442.000 empleos para disponer de los 2,588 millones de 2008. En el primer trimestre de 2014 marcó el mínimo, con 1,93 millones, y una pérdida de 650.000 empleados (un 25,1%). Desde tal mínimo se han recuperado solo 208.000 (un 10,7% de avance desde 2014).
Pero la sangría relativa más abultada, y donde la recuperación sigue muy alejada, es la de construcción. Se perdieron en la recesión 65 de cada cien puestos (de 2,736 millones a 949.000), nada menos que 1,78 millones, de los que faltan por recuperar 1,45 millones. Por tanto, el nivel de ocupación respecto al máximo es del 46,74%.
Dado que el PIB se ha recuperado ya hasta niveles que superan los de 2008, pero aún faltan 1,6 millones de ocupados, la producción por empleado ha experimentado un notable incremento nominal, con un avance de la productividad aparente del factor trabajo. En concreto el PIB por ocupado en 2008 era de 53.553 euros, y ahora lo es de 60.046 euros.