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En colaboración conLa Ley
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Los colegios de abogados suspenden en igualdad

La mujer representa un 37% de sus órganos de gobierno En unos años habrá más letradas que letrados

Distribución por sexo de la población de abogados
Alejandro Meraviglia

Los abogados y las abogadas españoles coinciden de forma mayoritaria en que la igualdad entre hombres y mujeres debe ser un objetivo prioritario para la abogacía española. Por ello, los informes oficiales del sector señalan que instituciones como el Consejo General y los propios colegios de abogados “deberían propiciar y primar la igualdad de género en el ejercicio de su labor”.

Sin embargo, la realidad es que la abogacía presenta una llamativa desigualdad de género en sus órganos de gobierno. Pese a que los datos muestran que la presencia de la mujer en la profesión no ha cesado de aumentar a lo largo de los últimos años, acercándose en porcentaje al de los hombres, son estos quienes copan la mayoría de puestos en sus órganos directivos colegiales.

Más decanos que decanas

Según los últimos datos facilitados por el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE), a finales de julio pasado nuestro país contaba con aproximadamente 151.000 colegiados censados como profesionales de la abogacía. De ellos, un 56%, casi 85.000, son hombres y un 44%, unas 66.000, son mujeres abogadas.

Como establece el Estatuto General de la Abogacía, “cada colegio de abogados será regido por el decano, la junta de gobierno y la junta general”. El decano, que ostenta la representación legal del colegio, debe ser un colegiado ejerciente y es elegido en votación directa y secreta de todos los colegiados con más de tres meses de antigüedad, al igual que los demás cargos de la junta de gobierno (vicedecano, secretario, tesorero, bibliotecario, etcétera).

Sin embargo, de acuerdo con los datos que refleja el informe Innovación y tendencias en el sector legal, elaborado por ­Wolters Kluwer en colaboración, entre otros, con el CGAE, dichos órganos de gobierno de los colegios son ocupados en un 63% de los casos por hombres, quedando reducida la representación de las mujeres a un 37%.

El caso más llamativo es el de los decanos, pues en 72 de los 83 colegios existentes en nuestro país, el cargo lo desempeña un varón (lo que representa un 86,75%). Solo en 11 (un 13,25%) es una mujer quien lo desempeña. Y la situación no mejora para el resto de cargos, pues el de vicedecano recae en hombres en un 65% de los casos; el de secretario, en casi un 72%; el de tesorero, en un 73%, y el de bibliotecario, en un 56%.

La configuración es parecida en el máximo órgano de gobierno de la abogacía, su consejo general. Aunque actualmente se encuentra presidido por una mujer, Victoria Ortega, la situación por lo que se refiere a la composición de sus comisiones y subcomisiones es, en sus propias palabras, “muy similar a la de las juntas de gobierno”. El porcentaje de mujeres en las mismas es de un 34%, resultando “especialmente significativo” que en todos los casos el cargo de secretario está desempeñado por hombres.

Es decir, ni a nivel de colegios ni a nivel de gobierno corporativo la presencia de las mujeres en los órganos directivos guarda proporción con el porcentaje de abogadas colegiadas. Y, curiosamente, el mayor porcentaje de desigualdad se observa en el propio Consejo de la Abogacía, donde alcanza el 49%, dejando a los colegios como el espacio donde menor infrarrepresentación se detecta (lo dice el 36%).

No es de extrañar por ello que la labor que hasta ahora viene desarrollando el CGAE en materia de igualdad solo le parece suficiente al 36% de los letrados. Al resto le parece o insuficiente (39%) o lo desconoce hasta tal punto que no tiene una opinión formada al respecto (25%). Lógicamente, las más críticas en este sentido son las mujeres, pues el 51% cree que podría hacerse más.

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Desigualdad de trato

Algo igualmente lógico si se tiene en cuenta que un tercio de las abogadas españolas (33%) afirma recibir un trato “especialmente diferente de los hombres por el mero hecho de ser mujer”. En concreto, de este porcentaje, una mayoría del 57% declara haberse sentido “discriminada o no bien tratada por parte de uno o varios hombres en algún momento de su actividad como abogadas”.

Ello supone que unas 40.000 letradas españolas reconocen “abierta y explícitamente” haber sentido discriminación por razón de género a lo largo de su carrera, y de estas mucho más de la mitad (casi 28.000) de manera “recurrente por parte de sus propios compañeros de profesión”.

No a las cuotas de género

Sin embargo, según el estudio La igualdad de género en la abogacía española: la evaluación actual de las abogadas y los abogados, elaborado por Metroscopia para el CGAE en octubre de 2017, pese a que el 88% del total de colegiados rechaza la cierta inercia de que, a igual formación y experiencia, sean los hombres antes que las mujeres quienes accedan a tales puestos de responsabilidad, solo el 15% respaldaría la implantación de cuotas de género.

Según dicho informe, la opción preferida por la mayoría de los abogados para paliar estos problemas es el criterio meritocrático, es decir, tener en cuenta solo los méritos y las capacidades de cada persona para acceder a los puestos de responsabilidad institucional. Esta opción es aceptada por un 55% de los abogados. Pero las abogadas se encuentran divididas a este respecto, pues mientras que un 45% priorizaría las capacidades y los méritos de la persona, procurando a la vez una representación equilibrada de mujeres y hombres, otro porcentaje prácticamente similar (el 41%) optaría por el criterio exclusivamente meritocrático.

La igualdad no puede esperar

Esta realidad fue denunciada por la presidenta del Consejo de la Abogacía, Victoria Ortega, en el acto de presentación del informe mencionado anteriormente, al señalar que “la idea de desigualdad existe en la profesión”. Sin embargo, no todos la perciben de la misma manera.

La desigual es percibida más claramente por quienes la padecen, pero no tanto por quienes no la sufren. Es significativo en este sentido el contenido del estudio de 2017, según el cual “gran parte de los abogados tiende a considerar que la situación actual es más igualitaria de lo que piensa la mayoría de las abogadas”. Por ello, reclamó Ortega, “la igualdad no puede esperar, tiene que producirse ya. La sociedad no se puede permitir renunciar a la mitad del talento de sus componentes”.

Frente al panorama que describen las cifras anteriores, otras abren paso a la esperanza de una tendencia igualadora en la profesión. Por una parte, el informe Innovación y tendencias antes citado refleja que la composición de las juntas de gobierno colegiales sí responde a los porcentajes generales de la profesión a los que nos hemos referido antes, pues están compuestas por un 54,55% de hombres y un 45,45% de mujeres.

Pero otro dato más relevante probablemente sea que las mujeres son mayoría entre los abogados más jóvenes. De acuerdo con el estudio de Metroscopia, en el tramo de edad comprendido entre los 18 y los 39 años, las mujeres ya representan a un 43% del sector, en tanto que los hombres apenas alcanzan un 28%. En el tramo entre los 40 y los 50 años de edad el porcentaje se iguala, y solo a partir de los 50 años la proporción de hombres aumenta significativamente.

En opinión del CGAE, de estas cifras “se puede deducir que en unos años la situación actual se invertirá, siendo el porcentaje de abogadas superior al de abogados”. Y de esa nueva relación cabe esperar una mayor presencia femenina en los órganos y puestos de gobierno.

Colegios de la Abogacía

Otro rasgo relevante sobre la igualdad que se propone introducir la profesión es el cambio de denominación que están efectuando los colegios. En un movimiento iniciado por el Colegio de Bizkaia y seguido por otros, principalmente de Cataluña, como los de Barcelona, Lleida y Tarragona, a los que también se han incorporado Albacete, Lanzarote o Gijón, sus colegios de abogados han pasado a denominarse Colegios de la Abogacía.

Por su parte, el Colegio de Tortosa acordó cambiar su nombre por el de Colegio de Abogados y Abogadas de Tortosa. Y el de Madrid, según informó recientemente, tiene previsto proponer a sus colegiados un cambio de sus estatutos en el mismo sentido, para pasar a denominarse Colegio de la Abogacía.

E-Abogacía

 

Tecnología. Junto con la radiografía en materia de igualdad, el anuario Innovación y tendencias también analiza la situación de los proyectos tecnológicos de la abogacía, el segundo gran reto que su presidenta, Victoria Ortega, se ha fijado para los próximos años

E-mensajes. El año pasado se registraron más de siete millones de comunicaciones a través de esta herramienta. La mayoría son por email, aunque también crecen los SMS o los BuroSMS.

Abogacía móvil. Durante 2017 los abogados realizaron más de 24.000 instalaciones de las apps desarrolladas por el CGAE, hasta un total de 43.500 instalaciones activas. Las aplicaciones móviles disponibles son: censo de letrados, BuroSMS, revista de abogados, calculadora de tasas y la agenda de conformidades con la fiscalía y abogacía europea.

Accidentes de tráfico. La herramienta para reclamar accidentes de tráfico funciona desde enero de 2018.Hasta agosto se han registrado 2.262 solicitudes.

Plataforma de formación. Durante 2017 se dieron de alta 3.800 nuevos usuarios, sumando más de 19.000 abogados que pueden acceder a un total de 116 jornadas de formación.

Ventanilla única. El año pasado la ventanilla única de la abogacía recibió más de 165.000 visitas. El portal de transparencia tuvo 363 visitas.

Justicia gratuita. El número de beneficiados del expediente electrónico de justicia gratuita crece año tras año. En 2017 fueron tramitadas 676.000 solicitudes. Son más de 270.000 respecto a los cinco años anteriores de funcionamiento.

 

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