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Trump deja a Apple atrapada en una estrategia en la que siempre se pierde

Fabricar en EE UU, como sugiere el presidente, le saldría aún más caro que pagar los aranceles sobre productos chinos

Un iPhone X en una videopantalla.
Un iPhone X en una videopantalla. REUTERS

Donald Trump ha dejado a Apple atrapada en una estrategia comercial en la que se pierde siempre. El presidente de Estados Unidos pidió al fabricante del iPhone que fabrique productos en América si quiere evitar los aranceles sobre los productos chinos. Esto envía el mensaje de que perjudicar a las empresas estadounidenses es un precio aceptable a pagar por insistir en que los socios comerciales cedan a las demandas de la Casa Blanca.

La “solución fácil” de trasladar la producción a Estados Unidos es todo menos eso. Apple había dicho que los aranceles de importar 200.000 millones de dólares (170.000 millones de euros) en productos chinos aumentarían los precios de los relojes Apple y otros productos. Pero hacerlos en suelo americano elevaría aún más los precios.

El presidente ofreció el mismo remedio el domingo para Ford, que ya no planea exportar el Focus Active de China a Estados Unidos debido a la amenaza de los aranceles a los automóviles. Ford rechazó la sugerencia de Trump, diciendo que no sería rentable.

Ford y otras compañías del sector recibieron un rechazo similar cuando se quejaron de que renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte podría dejarlos en una situación peor. Las discusiones con Canadá y México se han centrado en cuánto están dispuestos a acceder a las demandas de EE UU. Ottawa podría ofrecer concesiones sobre las barreras al comercio de productos lácteos a cambio de que Washington se retracte de su llamamiento a abandonar los paneles de disputas comerciales.

Si la perspectiva de que las empresas estadounidenses resulten perjudicadas no es suficiente para detener la escalada arancelaria, nada que no sea la capitulación total de los socios comerciales de EE UU lo hará. El viernes, Trump dijo que está dispuesto a imponer aranceles a todas las importaciones chinas, por valor de más de 500.000 millones de dólares (430.000 millones de euros). También dijo que la oferta de la UE de reducir los aranceles a los automóviles es inadecuada, en medio de las conversaciones con el bloque. Visto lo visto, la guerra comercial ya no parece posible, sino casi segura.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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