El comercio y el turismo, primeras víctimas de la huelga de taxistas
Las ventas de los comercios del centro barcelonés se desploman un 25% El sector turístico habla de “falta de valentía” de los políticos para solucionar el problema
Los efectos de la huelga de taxistas que golpea a las grandes ciudades ya se dejan sentir en el comercio y en el turismo. “El conflicto tiene unas implicaciones desfavorables para la imagen país desde el punto de vista del visitante extranjero; la visión del sector es mala”, aseguró ayer José Luis Zoreda, vicepresidente y portavoz de Exceltur, asociación que representa al sector turístico español. El comercio, por su parte, sufre de manera notable, sobre todo en la Ciudad Condal, donde las ventas han caído un 25% en los tramos de las avenidas bloqueadas por los taxistas, según la patronal catalana Cecot, y la plataforma Barcelona Oberta, que aglutina a los comerciantes de Barna Centre, el Paseo de Gràcia, la Rambla y el Born.
“Pedimos a las partes sentido común para solucionar este problema. Está afectando más de lo previsto”, aseguró David Garrofé, secretario general de Cecot. Garrofé cree que este modelo de movilidad ha venido para quedarse. “Hay que regularlo para que funcione. Los VTC deberían pagar los mismos impuestos que los taxis. Además, hay que legislar para evitar el intrusismo laboral y asegurar los derechos de los conductores de Uber y Cabify”, explicó Garrofé.
Por su parte, Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, también pidió una rápida solución para una situación que considera “enquistada”. “No estamos a favor de la ocupación de la vía pública, porque bastante problema tiene ya el comercio del centro barcelonés con los manteros, como para que se preocupen también por los taxistas”, añadió
El foro empresarial de Madrid, que aglutina a más de 350 compañías, también remarcó el grave daño que está sufriendo la imagen de España y solicitó ayer en un comunicado al Gobierno que intervenga para desbloquear la situación “que está paralizando a las grandes ciudades en la operación de salida más importante del año”. Su presidente, Hilario Alfaro, defendió la libre competencia y la aplicación de las nuevas tecnologías “para modernizar los diferentes sectores productivos, que permitan ofrecer a los ciudadanos mejores servicios y precios”.
Al contrario que Alfaro, Zoreda expresó su solidaridad con los taxistas, ya que considera que existe una situación de “competencia desleal” entre ellos y las aplicaciones de VTC. “Simpatizamos con las reivindicaciones de fondo (...) No hay ninguna ventaja tecnológica, por el momento, que justifique que los vehículos VTC tengan limitaciones más laxas que los taxis”, añadió.
Zoreda remarcó que este no es un problema del Gobierno actual, sino que viene de más atrás en el tiempo. “Esta situación se lleva gestando años por culpa de una mala resolución política, por la falta de valentía en cerrar de una vez todos los vacíos legales que han favorecido a los nuevos modelos disruptivos de la economía colaborativa, que no ofrecen nada diferente a la aplicación MyTaxi”, añadió. El turismo, precisamente, ha sido uno de los sectores más afectados por este nuevo modelo de economía colaborativa, con la irrupción de empresas como Airbnb.
Álvaro Pacheco, director de comunicación de la cadena hotelera Barceló, aseguró que más allá de los motivos del paro, “es necesario regular en qué momentos se pueden hacer este tipo de huelgas”. “Estamos en contra de acciones tan tajantes, donde el principal perjudicado es el usuario”, explicó.
El conflicto en Madrid
Los efectos de la huelga de taxistas no se notan tanto en la capital como en el centro de Barcelona. “Para mí está siendo maravilloso. Normalmente el verano es muy mala época por la poca cantidad de gente que viene al bar, debido a que esta es una zona de oficinas. Ahora están todos de vacaciones. Los que llenan el bar son los taxistas que me han dejado sin churros, porras, ni cervezas”, cuenta Ignacio Hernández, gerente del establecimiento Castellana 118, que se encuentra frente al bloqueo de los taxistas. “Antes servía 15 barritas con tomate al día y ahora más de 25”, añade.
En otros restaurantes de la zona, tampoco notan la huelga. Fran Hernández, trabajador del restaurante Sí Señor, cuenta que el lunes dos personas cancelaron sus reservas. “Pero más allá de esos dos casos, no ha pasado nada”. Hernández, de Castellana 118, piensa que la queja tiene un efecto “simbólico”. “Al final aquí hay gran cantidad de transporte público y calles laterales que no están cortadas. El efecto es mínimo. Si de verdad quisieran molestar, se pondrían en la carretera M-30. Aquí no afecta mucho, y más en verano, cuando la mayoría de gente está de vacaciones”, añade. Los clientes que se acercan al Castellana 118 piden a Hernández refrescos. Ya saben que cervezas no quedan.
Las claves del conflicto
Causas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aprobó el pasado junio un reglamento para establecer límites a Uber y Cabify y reducir las licencias de VTC. Pero la CNMC presentó un recurso para intentar suspender la normativa porque considera que perjudica la competencia. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictó un auto el pasado 19 de julio con el que suspende de forma cautelar el reglamento de Colau, lo que al final desencadenó las protestas.
El cambio de postura del Gobierno. El Ministerio de Fomento, que inicialmente se sumó al recurso de la CNMC, se echó para atrás al ver que los taxistas iniciaban la protesta.
Ciudades. La huelga se desarrolla en Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla, Valencia, Alicante, Zaragoza y de manera intermitente en el País Vasco y Baleares.
Licencias. En España operan 9.366 VTC y 65.277 taxistas, lo que equivale a una relación de 1 a 7. Esta proporción supera el tope de 1 a 30 que establece la ley de transporte de 2015.
Reclamos. Los taxistas piden al Gobierno que transfiera a las comunidades autónomas las competencias para que cumplan con la proporción de 1 VTC por cada 30 taxis, así como un compromiso para que no se autoricen nuevos VTC hasta que no se reúna la Conferencia Nacional de Transporte.