Los datos médicos, un tesoro que ya comienza a explotarse
La industria farmacéutica quiere usar el ‘big data’ para impulsar la investigación biomédica Esta tecnología ayuda a medir los costes y resultados de los tratamientos sanitarios, su otro gran potencial
Más de 15.000 hospitales en el mundo recogen en tiempo real datos de sus pacientes (perfil, historial clínico, fármacos que utiliza), aún sin procesar. Hoy, los equipamientos de control de los enfermos proporcionan más de 1.000 mediciones por segundo. Y se calcula, incluso, que ascenderá a 10.000 por segundo.
Hospitales, centros de investigación, centros de salud, clínicas, industria, Administraciones, agencias del medicamento, laboratorios, webs sanitarias… Todos son fuentes generadoras de grandes cantidad de datos, que serán claves para la transformación del sistema sanitario.
La digitalización ayudará a la predicción, precisión, rapidez y a la eficiencia del sistema sanitario
Pero ¿cómo se pondrá en marcha está revolución? ¿Qué ventajas tiene para el impulso de la I+D biomédica? ¿Y qué desafíos implica un proceso imparable pero necesario para el sistema de salud español? Son algunas de las cuestiones a debate.
“La digitalización va a cambiar radicalmente los sistemas sanitarios y la forma de actuar de los proveedores de bienes y servicios, ya que generará nuevos instrumentos capaces de procesar e integrar ingentes volúmenes de datos que ya pueden ser utilizados para obtener patrones de comportamiento y modelos predictivos”, ha señalado Humberto Arnés, director general de la patronal Farmaindustria, en una jornada de innovación biomédica.
Con el ‘big data’, la idea es fomentar una cultura de medición en los hospitales
El potencial del big data se centra, en concreto, en dos campos, según Arnés. Primero, en la investigación y desarrollo biomédico, que en el ámbito de los fármacos favorece los diagnósticos genómicos, predice toxicidades, ayuda a simular y diseñar ensayos clínicos o facilita la participación de los pacientes. “Es fundamental para maximizar los avances en genómica, proteómica [estudio de la estructura y función de las proteínas] y acelerar el desarrollo de medicamentos más eficaces y precisos”, ha considerado.
Y segundo, en la toma de decisiones en la práctica clínica y, por tanto, en la sostenibilidad del sistema sanitario, debido a que será posible medir los resultados en salud de cada intervención que se haga sobre el paciente, así como los costes asociados a la misma. “Decisiones basadas en la evidencia y el valor real que aporta un nuevo medicamento o prestación sanitaria”, ha insistido.
Desafíos
La gestión segura de los datos es, sin embargo, clave para que se produzca su utilización masiva. De hecho, el 25 de mayo pasado ya entró en vigor la nueva normativa europea de protección de datos que contempla estos segundos usos, previo consentimiento, aunque de forma anónimos o seudoanónimos con garantía, así como el derecho de revocación.
“Es esencial que la nueva regulación parta de la base de que la investigación clínica y preclínica, al igual que el conjunto de la investigación científica, sea considerada como una actividad de interés público”, ha considerado en el mismo foro Amelia Martín Uranga, responsable de la plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria.
Es necesaria la colaboración de todos los agentes: políticos, gestores, profesionales sanitarios, pacientes e industria
Humberto Arnés cita a Alemania como ejemplo de que “es posible utilizar datos sanitarios sin menoscabo de la privacidad de los pacientes”, tras la adaptación del reglamento europeo a su ámbito nacional. Y espera que en España ocurra lo mismo.
No es el único reto por delante. La digitalización de los datos clínicos, la estandarización de esa información y los altos costes de la inversión tecnológica son otros relevantes, a juicio de Arnés.
La digitalización ayudará, en definitiva, a la predicción, precisión, rapidez y a la eficiencia en salud. Y para ello es necesario contar con la colaboración de todos los agentes, advierten desde la patronal, políticos, gestores, profesionales sanitarios, pacientes e industria.
Iniciativas en marcha
Pese a que su desarrollo es incipiente, la industria farmacéutica ya cuenta con los algunos proyectos en marcha tanto en el área de I+D como de medición de resultados, apuntan desde la patronal.
El programa internacional Big data for better outcomes (BD4BO), que forma parte de la iniciativa europea Innovative Medicines Initiative (IMI) y en el que participa Farmaindustria, es uno de ellos. El objetivo es utilizar técnicas de big data para integrar y reutilizar datos que den respuesta a los problemas más acuciantes que plantean patologías como el alzhéimer, las neoplasias hematológicas, el cáncer de próstata y las enfermedades cardiovasculares. Además de desarrollar tratamientos más eficaces y facilitar la toma de decisiones, ha apuntado Amelia Martín Uranga, responsable de la plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria.
Pero el Harmony es el más avanzado hasta ahora, que se enfoca en las neoplasias hematológicas, y cuya coordinación recae sobre Jesús María Hernández, investigador y hematólogo del Hospital Universitario de Salamanca. La intención es dibujar un una mapa europeo sobre este tipo de tumores, el quinto más frecuente y el tercero por mortalidad; establecer criterios que armonicen los resultados de los ensayos clínicos a escala europea y definir biomarcadores que posibiliten el acceso temprano de los pacientes a fármacos efectivos y mejor tolerados.
Y, en breve, comenzará otro piloto para medir en varias patologías (aún sin especificar) los resultados en salud y sus costes asociados. Este proyecto, impulsado por el Consorcio Internacional para la Medición de Resultados en Salud (ICHOM, por sus siglas en inglés), cuenta con la colaboración de Farmaindustria y la participación de varias comunidades autónomas. La idea es crear una cultura de medición en los hospitales.
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