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Banca

El BCE fija para el 1 de abril el nuevo cómputo de créditos morosos

Los bancos tendrán dos años para provisionar los nuevos activos tóxicos El supervisor resalta que se trata de una guía de actuación no vinculante

Mario Draghi y el vicepresidente Vitor Constancio, en las oficinas del BCE en Fráncfort.
Mario Draghi y el vicepresidente Vitor Constancio, en las oficinas del BCE en Fráncfort.REUTERS

El BCE ha publicado esta mañana los detalles de sus indicaciones a la banca sobre cómo lidiar con los créditos morosos. Los activos que entren en mora a partir del 1 de abril se considerarán nueva morosidad; los bancos tendrán dos años para provisionarlos completamente, según las indicaciones dadas el año pasado por el BCE. En caso de que los créditos estén respaldados por activos, el plazo es de siete años (un 40% el tercer año y un 15% adicional cada ejercicio). Estas indicaciones para sanear activos tóxicos no se aplican a los créditos que han entrado en mora con anterioridad a esta fecha.

Con todo, la autoridad monetaria ha especificado que se trata de una indicación no vinculante y que debe servir como base para una discusión caso por caso con las entidades afectadas. La reducción de los créditos morosos es uno de los grandes objetivos de Mario Draghi; considera el BCE que la acumulación de estos créditos consume capital, lastra la concesión de préstamos y ralentiza la economía.

No obstante, en la banca estas indicaciones han provocado suspicacias, pues fuerza a las entidades a sacar los esqueletos del armario y asumir las pérdidas en estos créditos fallidos. La ofensiva contra la morosidad arrancó en marzo, y en octubre se publicó el borrador de la propuesta, con efectos para 2018. En noviembre el Gobierno italiano ya consiguió retrasar la puesta en marcha, prevista  para el 1 de enero. Roma ganó el pulso a Daniele Nouy, responsable del Mecanismo Único de Supervisión, y las entidades italianas se dispararon hasta un 12% ese día.

De ahí  también que el BCE insista en que se trata de propuestas no vinculantes, que se trata de un punto de partida para dialogar caso por caso con los bancos y que los límites temporales son "expectativas". Aun así, la entidad también añade que "las desviaciones sobre las expectativas fijadas serán monitorizadas cuidadosamente". El BCE también anima a las entidades a incluir información sobre el tipo de créditos morosos y su edad en sus comunicaciones públicas. El objetivo del banco es inicar un proceso para que en 2021 las medidas para controlar la morosidad sean ya oficiales.

El objetivo de las medidas es asegurarse de que los bancos no acumulan créditos morosos antiguos poco provisionados. La banca europea sujeta a la supervisión del BCE acumula 855.000 millones de euros en créditos morosos. En marzo del año pasado, con los números del BCE, los créditos dudosos en la banca de Grecia eran el 47,05% del total , en Irlanda el 17,75%, en Portugal el 19,82% y en Italia el 19,82%. España tenía según estos criterios tiene un 5,86%, pero muy altos niveles de adjudicados (activos entregados al banco al no poder pagarse el préstamo). El problema de Italia, además, es que mucha de la morosidad es de negocios de pequeño y mediano tamaño y no respaldada por activos.

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