Por qué las Bolsas de EE UU descuentan el alza de tipos
Tras las subidas de 2017, una corrección de entre el 10% y el 20% en los mercados no es anormal
Jerome Powell ha jurado hace menos de 48 horas como decimosexto presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y las Bolsas han caído al compás de los nervios de cambio en la política monetaria. Si bien los mercados de renta variable americanos habían experimentado una subida importantísima en 2017, ver una corrección de entre el 10% y el 20% en algún momento de este año no era algo anormal, ni mucho menos.
El presidente de la Fed hereda una economía en pleno empleo, con la tasa de paro en el 4,1% durante cuatro meses consecutivos, y donde la inflación comienza a despuntar levemente, si tenemos en cuenta la subida de los salarios a la hora experimentada en enero. Este repunte de los salarios nominales pudiera presionar la inflación al alza, y por lo tanto la aceleración en las subidas de tipos por parte de la Fed.
Por otro lado, la reforma fiscal aprobada el pasado 22 de diciembre por los legisladores republicanos y que rebaja el impuesto de sociedades hasta el 21% además de incentivar la repatriación de beneficios en el extranjero, no llega en el momento adecuado, desde la perspectiva que si estamos preocupados sobre los tipos de interés y la inflación, este tipo de estímulo es lo que forzará una subida de tipos más acelerada potencialmente.
Pero no olvidemos que los fundamentales de las compañías son buenos, la rentabilidad acumulada está respaldada por las revisiones de los beneficios por acción, y por lo tanto no debe cundir el pánico. En cualquier caso, las expectativas de inflación se mantienen prudentes, no se advierten síntomas de un recalentamiento de la economía a pesar del reciente repunte del IPC interanual, que se situará en +2,2% durante 2018.
El hecho de que la inflación subyacente se haya ralentizado hasta +1,7% y el deflactor del consumo permanezca en 1,6% permite pensar que las presiones inflacionistas son moderadas y permitirán que el proceso de normalización de la política monetaria por parte de la Fed sea gradual.
El sostenido crecimiento económico y la baja tasa desempleo en un entorno de reducidas presiones inflacionistas avalan la defensa del gradualismo en la subida de tasas. Sin embargo, el riesgo de que los niveles excesivos de liquidez y las bajas tasas de interés estén fomentando la formación de burbujas de activos a los que la Reserva Federal tenga que reaccionar en un momento dado son argumentos a favor de la normalización paulatina de las tasas y, especialmente, de la necesidad de preservar la independencia de la institución.
Es más que probable que la Reserva Federal de Estados Unidos reduzca el tamaño de su balance en menos del 10 % a lo largo del año, y que aumente, mínimo, dos veces las tasas de interés, si bien, es más que probable que sean tres. A través de los ajustes de política, la FED continuará en la búsqueda de un equilibrio delicado entre responder a las noticias positivas sobre crecimiento y desempleo que alentaron un ajuste gradual, al tiempo que indica cautela debido a lecturas de inflación persistentemente débiles.
El mercado laboral se mantendrá fuerte, con la creación sostenida de empleos y el aumento de los salarios este año. Los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas parecen más o menos equilibrados, pero hay que monitorear de cerca la evolución de la inflación.
La estimación para el crecimiento económico en 2018 es de un 2,5%, 40 puntos básico por encima de la estimación anterior, gracias al recorte de recorte de impuestos que debería impulsar el crecimiento. A pesar de la mejora en las expectativas de crecimiento a corto plazo, para 2018, se espera se mantengan la cantidad de alzas proyectadas, tres. La tasa de los fondos federales será de 2,1% a fines del año.
Los cuatro años de mandato de Yellen se han caracterizado por su deseo de dejar los tipos lo más bajo posible, el mayor tiempo posible, para dar sustento a una economía que crecía por debajo del potencial y con la esperanza de dar un impulso a la participación laboral. Pero también entendió que la laxitud tenía riesgos si se mantenía demasiado tiempo y por eso activó hace dos años el proceso de normalización.
¿La Reserva Federal del presidente Powell, será muy parecida a la de sus dos predecesores inmediatos? Si hay algo que caracterice a Jerome Powell es su capacidad para generar consensos. A pesar de ser uno de los impulsores de la reducción de los estímulos monetarios, en las 44 reuniones del Consejo de la Reserva Federal en las que ha participado nunca ha votado contra la opinión mayoritaria.
Por tanto, ¿es Jeromen Powell una buena elección? Powell mantendrá el enfoque gradualista de subida de tasas de interés iniciado por la FED y de reducción pausada de su balance, si bien estaría dispuesto a mantener un balance final algo más elevado. El continuismo en la gestión de la política monetaria está siendo muy bien recibido por el mercado, al que no gustaba la incertidumbre que conllevaría un cambio más radical en el liderazgo y, por ende, en la dirección de la Reserva Federal. Asimismo, el gradualismo en la subida de tasas de interés, que haría que se mantuvieran relativamente bajas durante un largo periodo de tiempo, también es visto con buenos ojos por la Administración Trump en la medida en que impulsa la actividad económica, manteniendo el desempleo en mínimos, y sustenta los niveles récord de los mercados bursátiles.
Además del cambio de Powell, este año están pendientes de renovarse varios miembros del FOMC (Comité Federal del Mercado Abierto), La situación actual dentro del Consejo de Gobernadores del Fed es complicada. Sin embargo, por lo general, los miembros del Consejo votan en la misma dirección en la que lo hace el presidente.
La única preocupación dentro del FOMC es la trayectoria de inflación que no acaba por convencerlos de que se mantendrá de manera sostenida cerca de 2%. Lo cierto es que un catalizador importante podría ser el muy esperado estímulo fiscal, mismo que por lo pronto no es contemplado por los miembros del Comité en sus estimados.
Además de los miembros del Consejo, y del presidente del Fed de Nueva York, en 2018, los presidentes de los bancos de la Reserva Federal que tendrán voto serán los siguientes: Loretta Mester, del Fed de Cleveland; Mark Mullinix, del Fed de Richmond; Raphael Bostic, del Fed de Atlanta; y John Williams, del Fed de San Francisco. Esta composición puede resultar marginalmente más hawkish que en 2017.
Aurelio García del Barrio es Director del MBA con especialización en Finanzas del IEB