Cómo identificar a un líder
Ingenio, tenacidad, alto rendimiento y capacidad triunfar en la incertidumbre son los principales rasgos distintivos.
Segunda investidura fallida en nueve meses. Primero, la del líder socialista Pedro Sánchez en marzo y, recientemente, la del candidato popular y presidente del Gobierno en funciones, Mario Rajoy. Una crisis política que, de no llegar a un acuerdo en los próximos meses, abocaría a unas terceras elecciones en diciembre, la tercera en un año. Un panorama ya conocido, hasta el hartazgo, y atribuido en gran medida a la falta de liderazgo. A esa ausencia de perspectiva, de visión cortoplacista e incapacidad para influenciar en los demás.
Pero no ocurre solo en política. Esta condición se extiende al entorno empresarial. El 87% de las organizaciones afirma que no cuenta con los futuros líderes necesarios para hacerse cargo de los puestos más importantes, según el informe Most Likely to Lead de la consultora de recursos humanos ManpowerGroup, en el participaron más de 400 empresas de 80 países.
El 87% de las empresas no cuenta con líderes para los puestos más importantes, según ManpowerGroup
Además opinan, en el 40% de los casos, que los directivos no están preparados para resolver los problemas a los que se enfrentará la empresa en tres o cinco años, que están relacionados con la digitalización –el principal desafío según las compañías–, el envejecimiento de la población, convivir en una plantilla multigeneracional (de distintos países y edades muy diferentes) y la marcha económica mundial.
Aunque parezca una cuestión recurrente, “en estos momentos, el liderazgo es más importante que nunca”, considera Juan Carlos Cubeiro, jefe de talento de ManpowerGroup y máximo responsable del área Right Management. Una situación que se refleja hoy en la incapacidad para formar Gobierno en España, debido a la falta de consenso entre los partidos, o en la calidad de los directivos, añade el experto.
Así, Cubeiro aboga por la personalización del liderazgo. Es decir, formar dirigentes a medida, que se adapten al contexto y a la situación empresarial del momento: si está en un periodo de crisis, expansión, internacionalización… En el caso de una pyme, la responsabilidad recae sobre el dueño de la compañía. Por eso, cree necesario determinar siempre, en cualquier ciclo, cuáles son las prioridades de la organización, sus objetivos.
- Mandar, no vale
En España, cuatro de cada 10 directivos son “jefes tóxicos”, lo que significa que lideran mal y, por tanto, no lo son y queman a los demás, apuntan desde ManpowerGroup.
Un líder es una persona capaz de influenciar en los demás, gracias a sus valores morales, éticos y capacidades profesionales. El que valora el trabajo en su equipo y centra su gestión en las personas: fomenta la cohesión, practica el reconocimiento y celebra los éxitos, detalla Cubeiro. De ahí que “mandar y que los demás obedezcan ya no vale. Ahora prima la innovación, un equipo de alto rendimiento y el servicio al cliente”, señala.
Pero, ¿cómo identificar el líder adecuado en un periodo de cambio de estructuras empresariales, menos verticales y más horizontales, de transformación tecnológica e internacionalización? Cuatro son los rasgos que ha de ostentar el futuro líder para poder afrontar los retos citados, según la consultora.
El primero, la brillantez, que sea curioso, ingenioso y con habilidad cognitiva para captar el significado de una idea, proyecto y su importancia para la empresa. Además, que demande un aprendizaje continuo.
El segundo, el impulso. “Es el hambre, la energía y el deseo de obtener un rendimiento alto”, aclara el informe, que advierte que no debe confundirse con la ambición. Mientras los primeros valoran el ascenso y el estatus, los segundos aplican su energía a la consecución de los objetivos y convierten su visión en realidad, matiza.
Tercero, la adaptabilidad. Son aquellos que se encuentran cómodos en la incertidumbre, la complejidad o ambigüedad. Y tienen capacidad para liderar empresas cuando el mercado cambia y resulta difícil predecir los desafíos, como en la actualidad. Y cuarto, perseverancia, ser tenaces y resilientes. Es el líder que comprende los altibajos del camino y se esfuerza por superarlo, como única vía de éxito concluye.
Unas capacidades que pueden desarrollarse, siempre que el directivo así lo desee, mediante una formación constante y personalizada, con la ayuda de expertos.