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Pequeños gigantes

Alfombras de diseño para los mejores hoteles

Desde La Zubia, en Granada, al Palace, el Ritz o el María Cristina, los tejidos de este pequeño fabricante llevan un siglo adornando los cinco estrellas más emblemáticos.

El diseño de la alfombra recién instalada en el Palace replica la icónica cúpula estilo art nouveau de 1912 que cubre el restaurante principal del hotel.
El diseño de la alfombra recién instalada en el Palace replica la icónica cúpula estilo art nouveau de 1912 que cubre el restaurante principal del hotel.La Alpujarreña

Acaban de cubrir el suelo de La Rotonda, el restaurante principal del Hotel Palace de Madrid, con una alfombra diseñada por el estudio norteamericano Rockwell Group. Ellos se han encargado de fabricarla a mano –15 metros de diámetro en lana 100% virgen– y de instalarla –varias piezas que se soldaron in situ con un peso total de más de una tonelada–, algo que llevan haciendo desde hace casi un siglo en España y varias décadas en un buen puñado de países europeos y de Oriente Medio.

Todo empezó en 1918, cuando un pintor granadino, José Pérez Ortiz, reunió varios talleres artesanos familiares del barrio granadino del Albaicín y fundó La Alpujarreña.

En 1926, sus responsables “llenaron unos baúles de alfombras tejidas con nudo autóctono alpujarreño y se fueron a la Feria de Filadelfia a presentar su género. Fue tal el éxito conseguido que al regresar a España decidieron crecer trasladando la fábrica a La Zubia”, una localidad cercana a Granada, a las faldas de Sierra Nevada, donde aún sigue. Quien lo cuenta es Félix Losada, actual propietario y director gerente.

En la alfombra del Palace se han empleado más de 90 días y han intervenido 25 personas en las distintas fases del proceso.
En la alfombra del Palace se han empleado más de 90 días y han intervenido 25 personas en las distintas fases del proceso.

En los años treinta añadieron al nudo alpujarreño el turco, muy de moda en Europa. La otra década clave en la historia de La Alpujarreña son los ochenta, años duros que se saldaron con cambios societarios y la salida de la familia fundadora de la empresa, hasta que a principios de los noventa empiezan a trabajar el tufting manual, técnica que consigue abaratar mucho el producto “y nos ayudó a volver a ser competitivos”, destaca Losada.

Y es que en La Alpujarreña saben de lo que hablan cuando se menciona la palabra crisis. No en balde, los objetos de decoración han estado en los primeros puestos de bienes de consumo de los que los españoles hemos prescindido estos últimos años.

En el propio sector calculan que en 10 años han desaparecido entre el 20% y el 30% de las empresas productoras como consecuencia directa de la crisis económica y de la “invasión de productos orientales que entran en Europa sin control medioambiental ni de respeto a los derechos humanos”.

También han cerrado el 50% de las distribuidoras, calcula Losada, quien admite que sus puntos de venta han pasado de 200 a la mitad. Actualmente distribuyen sus productos a través de El Corte Inglés, Gastón y Daniela o Gancedo, además de tiendas de decoración y tapicerías.

El gerente espera que este año engorde su facturación, que en 2015 ascendió a 1,5 millones de euros, una cifra que todavía está lejos de los 2,5 millones de 2007. Aquel ejercicio supuso un punto de inflexión. En 2011 llegaron a vender 1,1 millones. ¿Cómo van a consolidar la remontada? Losada confía en que el lanzamiento de nuevos diseños y calidades y la potenciación de su internacionalización tengan un efecto muy positivo.

Demasiadas erres y una eñe

“Al salir al exterior nos dimos cuenta de las dificultades que había para pronunciar nuestra marca. La jota, la doble erre, la eñe..., era demasiado complicado, así que creamos ALP, mucho más fácil de pronunciar”, explica el director gerente.

Al poco tiempo decidieron agrupar bajo esta enseña las nuevas texturas y los diseños más refinados.

Una de las claves de su negocio es que no tienen stock. Trabajan bajo demanda, bien porque un cliente (arquitectos, grandes hoteles, Administración pública, etc.) les pide la elaboración de un diseño a la carta (el 40% de los trabajos), bien porque les encargan una alfombra del catálogo de La Alpujarreña.

En este último caso, el cliente elige la medida o forma exacta o puede variar algún color o textura. De hecho, hace tres años lanzaron una web de venta por internet (www.therugfactory.es) que propicia que el usuario, generalmente decoradores, interioristas y arquitectos, diseñen sus propias alfombras.

Entre los pintores, arquitectos o diseñadores de renombre que les han confiado la confección de sus trabajos están Rafael Moneo, Álvaro Siza, Feduchi, Oscar Tusquets, Dalí, Javier Mariscal o Frank Lloyd Wright.

Adaptan el producto a la demanda particular de cada cliente en cuanto a medidas, formas y colores.
Adaptan el producto a la demanda particular de cada cliente en cuanto a medidas, formas y colores.

También embajadas y palacios

El Palace no es su primera incursión en hoteles de lujo. Por el contrario, en los últimos años su cuenta de resultados se ha salvado en parte gracias a estos encargos. En el Ritz de Madrid, por ejemplo, han renovando todas las alfombras antiguas, replicando uno a uno los diseños existentes.

También en París se han encargado recientemente del Hotel Vernet, y así una larga lista de alojamientos cinco estrellas que incluyen el Alfonso XIII de Sevilla o el María Cristina de San Sebastián.

Sus alfombras, asimismo, han sido exportadas a palacios europeos y residencias de reyes de Oriente Medio y lugares simbólicos, como ministerios, embajadas, Parlamentos autonómicos y otras sedes de organismos oficiales.

En sus inicios se utilizaba el nudo autóctono alpujarreño y, posteriormente, el punto turco, hasta que en los noventa se introdujo el tufting manual, que bajó mucho los costes.
En sus inicios se utilizaba el nudo autóctono alpujarreño y, posteriormente, el punto turco, hasta que en los noventa se introdujo el tufting manual, que bajó mucho los costes.

Datos básicos

PlantillaLa crisis económica de los últimos años también ha tenido su repercusión entre los empleados. De una plantilla que en 2007 llegó a tener 50 personas, hoy se ha quedado reducida a 24, en su mayoría mujeres.

ExportaciónLa venta fuera de España ha sido uno de los botes salvavidas de La Alpujarreña durante la crisis de los últimos años. Si bien en 2007, en plenas vacas gordas, la exportación de la empresa suponía solo entre el 20% y el 25% de las ventas totales, hoy en día significa el 40% y tiene posibilidades de ir a más.Entre sus principales mercados están Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Finlandia, Noruega, Rusia, Estados Unidos, Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, China, Emiratos Árabes, etcétera.

Medioambiente y RSCLlevan a gala que sus alfombras son fabricadas respetando el medioambiente a lo largo de todo el proceso. La empresa cumple estrictamente con la normativa medioambiental española y europea, emplea mayoritariamente a mujeres y respeta los derechos universales de los trabajadores. Así consigue que el 95% de sus productos sean biodegradables. “El respeto al medioambiente y el crecimiento sostenible son la única posibilidad de asegurar nuestro futuro”, afirma Félix Losada, propietario de la compañía.

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