Espaldarazo del FMI a España
Espaldarazo del Fondo Monetario Internacional a España. Este organismo actualizó el martes su informe de previsiones de crecimiento en el que otorga a la economía española el mayor avance entre las naciones desarrolladas. En 2015 ya fue la que más creció, con un aumento del 3,2% y este año repetirá posición de privilegio, ya que avanzará un 2,7% (dos décimas más que lo previsto en el último informe de octubre), lo que representa una décima más que EE UU y cuatro décimas más que Reino Unido. En 2017, sin embargo perderá el primer puesto a favor de la primera economía del mundo, que registrará un avance del PIB del 2,6% frente al 2,3% de España (una décima más que lo previsto en octubre).
En cualquier caso, España seguirá creciendo más que la media de la zona euro y más que el resto de los grandes socios del euro. El diferencial positivo de crecimiento frente a los 19 países que comparten la moneda única fue de 1,7 puntos en 2015 e irá disminuyendo hasta un punto en 2016 y a seis décimas en 2017. La brecha es idéntica si se compara con Alemania e incluso es mayor en el caso de Francia e Italia.
Revisa al alza el crecimiento de España para este año y el que viene
Hasta aquí las buenas noticias. El miércoles, el organismo internacional dará a conocer el informe Fiscal Monitor, en el que actualizará sus estimaciones sobre déficit pública y deuda, y en el que con toda seguridad confirmará lo que viene avanzando desde hace varios trimestres: que España no cumplirá los objetivos de déficit comprometidos con la Unión Europea y que la deuda pública volverá a crecer este ejercicio. En el último informe de octubre, el organismo dirigido por Christine Lagarde preveía que el déficit cerraría el pasado ejercicio en el 4,4% (dos décimas por encima del objetivo pactado con Bruselas) y en el 3,2% este año (cuatro décimas más). Esas seis décimas estarían en el entorno de los 9.000 millones de euros en ajustes que la Comisión Europea va a solicitar al futuro Gobierno que se conforme tras las elecciones del 20-D, en caso de que no haya que convocar unas nuevas elecciones.
En cuanto al crecimiento mundial, el FMI constata que este tocó fondo en 2015, con un 3,1%, el nivel más bajo de los últimos seis ejercicios, y que empezará a despuntar, aunque de forma muy tímida, en 2016 y 2017. En concreto prevé aumentos del PIB del 3,4% y del 3,7% para este año y el que viene, lo que supone una corrección de dos décimas a la baja en ambos casos. Las razones se encuentran, según el Fondo, en las tres grandes incertidumbres que pesan sobre la economía mundial: el cambio de la economía china desde la exportación hacia la demanda interna y sus consecuencias en el comercio mundial, el desplome del precio de las materias primas (en especial del petróleo) y la retirada de la política monetaria expansiva en EE UU.
La primera de las preocupaciones del FMI se ha confirmado esta misma mañana. El PIB chino cerró el pasado ejercicio en 9,46 billones de euros, lo que representa un crecimiento anual del 6,9% para la segunda mayor economía mundial, el menor de los últimos 25 años. Los datos hechos públicos por la Oficina Nacional de Estadísticas reflejan dos tendencias: que la desaceleración se ha intensificado en la segunda parte del año y que el sector primario y la industria han ido perdiendo peso de forma gradual a favor de los servicios. De hecho, este ha superado por primera vez el 50% del peso en la economía china, lo que refleja el cambio de paradigma económico desde la producción de bienes a bajo coste hacia el consumo.
Prevé que el crudo caerá este año y repuntará un 15% en 2017
En el caso del crudo, el informe prevé que el desplome seguirá este año, tras haber registrado un ajuste superior al 47% en 2015. En concreto estima un recorte adicional del 18%. Sería el último, ya que para 2017, el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, subiría un 15%, en gran medida porque descuentan que los países importadores comenzarán a consumir con mayor intensidad ante la bajada de precios y el escenario de que estos seguirán bajando en el futuro a corto plazo.
Las naciones emergentes también tocan suelo en 2015 y rebotan en los dos siguientes ejercicios, aunque los principales daños se los llevan Rusia, Brasil y Arabia Saudí. Rusia, en la que se ha mezclado la recesión económica, la apreciación del rublo frente a otras divisas y el desplome del petróleo, cayó un 3,7% en 2015, lo hará un 1% este año y volverá a crecer en 2017 (un 1%). La economía brasileña, la más grande de Latinoamérica, acumulará dos años consecutivos con retroceso del PIB (-3,8% y -3,5% en 2015 y 2016), lo que provocará que Latinoamérica sea la única región del mundo que registrará una recesión de dos años. Finalmente, Arabia Saudí será la nación más perjudicada en Oriente Medio por el desplome del precio del crudo, ya que las inversiones necesarias para explorar sus pozos requieren que el barril cotice a 100 dólares. De hecho, este va a llevar a los países del Golfo a implantar un impuesto indirecto que grave el consumo y acabar con las zonas libres de impuestos que tanto turismo de la región atraían.
Brasil, Rusia y Arabia Saudí, los emergentes más perjudicados
Las recetas del Fondo varían en función de si las naciones son desarrolladas o emergentes y dentro de las primeras, si están saneadas y han cubierto parte de su agenda reformadoras. Frente a su ortodoxia con las reformas y la consolidación fiscal, el FMI se muestra más flexible que en anteriores ocasiones y establece otra nueva visión sobre el manejo de las cuentas públicas. “En aquellos países donde las condiciones lo permitan, las políticas fiscales a corto plazo deben estar más alineadas con la recuperación, especialmente a través de la inversión que aumente el capital productivo. La consolidación fiscal debe ser más equitativa, pero los esfuerzos para completar la agenda reformista son cruciales”, apunta.
La principal novedad del informe de este año se refiere al impacto que tendrá la crisis de refugiados de Siria en Europa. Solo el pasado ejercicio se calcula que más de un millón de personas han entrado en países europeos, especialmente a Alemania, que ha tenido que aprobar una partida adicional de 17.000 millones de euros. “Las políticas para completar la integración de los inmigrantes en el mercado laboral son críticas para apaciguar las preocupaciones sobre la exclusión fiscal y los costes sociales.