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La venta de Chicago Skyway culmina en 2016, pero ya resta deuda

Ferrovial, más ágil tras soltar lastre en Estados Unidos

Autopista LBJ Express de Ferrovial en Texas (EE UU).
Autopista LBJ Express de Ferrovial en Texas (EE UU).
Javier Fernández Magariño

Vender para crecer es una de las máximas del negocio de las autopistas cuando, además, se busca actividad con la construcción de las mismas. Ferrovial, como ACS, OHL o Sacyr, es de las que opera bajo esta condición: para abordar nuevos proyectos hay que salir de los que están maduros. Y, si es posible, con plusvalías.

Ferrovial anunció la semana pasada la segunda desinversión de calado en 2015 en una de sus autopistas estadounidenses. Se desprendió de la Indiana Toll Road (ITR), por la que el fondo IFM ha pagado 5.725 millones de dólares (5.330 millones de euros), y acaba de traspasar la vecina Chicago Skyway a un grupo de fondos canadienses por 2.836 millones de dólares (unos 2.620 millones de euros).

A pesar de las abultadas cifras de venta, ambos activos han conseguido levantar interés en el mercado secundario de autopistas y, sobre todo, alivian carga financiera al grupo que dirigen Rafael del Pino e Íñigo Meirás, que mantiene otras cinco concesiones en EE UU con una inversión de 6.700 millones.

La ITR zanjó con su venta el concurso de acreedores al que se vio abocada por el alto coste de su deuda y la imposibilidad de refinanciar. El activo ha aportado 50 millones de dólares al grupo español y una plusvalía de 30 millones de euros. Sin esta concesión en la cesta de Cintra, la Chicago Skyway estaba condenada a cambiar de manos. Y lo ha hecho dejando 250 millones en las arcas del accionista de referencia (el 55% de la concesionaria estaba controlado por la española).

Tras salir de la ITR y Chicago Skyway, afronta nuevos proyectos en EE UU, Colombia o Australia

Esta autopista aportaba un ebitda modesto al grupo español, con 53 y 54 millones a los cierres de 2013 y 2014, respectivamente, y su rendimiento estaba completamente exprimido, con un margen bruto del 87%. Poco más cabía esperar en Chicago, pero el activo aportaba algo más de 1.200 millones de deuda, que podrá desconsolidarse este año pese a que el cierre está previsto para el arranque de 2016, y se acercaban inminentes vencimientos.

Cintra ha sido guiada hacia una mayor diversificación y precisa agilidad para soportar nuevas financiaciones. Tiene el 40% del proyecto australiano Toowoomba Second Range Crossing, que va desde el diseño hasta la financiación, construcción y operación de 41 kilómetros de autopista en Queensland, con una inversión estimada en 1.100 millones de dólares australianos (727 millones de euros). La carretera se abrirá al tráfico en 2018 y Cintra tendrá 25 años de explotación a partir de ese momento. Altamente subvencionada por la Administración, la deuda levantada con cuatro bancos (Westpac, NAB, ING e Intesa) roza los 400 millones de dólares australianos.

Ferrovial también ha mirado al mercado colombiano de autopistas, haciéndose con una carretera de 152 kilómetros, la Bucaramanga-Barrancabermeja-Yondó, con 25 años de explotación. La inversión prevista está en el entorno de los 900 millones de euros.

Y en Norteamérica, la empresa trabaja en la ampliación de la I-77 de Carolina del Norte (EE UU), con una inversión cercana a los 600 millones de euros y 50 años de concesión, y en la extensión de 32 nuevos kilómetros hacia el este de la 407 de Toronto en su segunda fase (la primera, adjudicada en marzo de 2013 está en un 90% de grado de avance). Esta última entrará en operación en 2017 y para su construcción se han emitido bonos por 372 millones de dólares canadienses y se han levantado otros 241 millones de dólares canadienses de deuda bancaria.

Con las texanas LBJ y NTE en rampa de lanzamiento, y sendas pujas por la I-66 de Virginia (EE UU) y la D4-R7 de Bratislava (Eslovaquia), Ferrovial ha dado un paso natural al soltar peso en EE UU. De igual modo, ha desconsolidado 294 millones de deuda de las irlandesas M3 y M4 tras el acuerdo de septiembre para traspasar la participación del 46% en la M4 y del 75% de la M3 al fondo holandés DIF. Una venta que espera el visto bueno de las autoridades irlandesas y de los bancos.

Indiana Toll Road y Chicago Skyway son adjudicaciones previas a la crisis, pioneras en la privatización de autopistas en EE UU, y que fueron altamente valoradas tanto por su abundante tráfico como por plazos de explotación cercanos a los 100 años. Ferrovial ha salido de ambas con plusvalías y, sobre todo, las ha aprovechado para jugar como local en Estados Unidos, el mercado de concesiones en el que la mayor parte de sus rivales intentan entrar. La mayoría aún sin éxito.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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