_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sembrar industria para cosechar bienestar

Después de unos años de absoluto pesimismo económico en España, el presente 2015 nos trae buenas noticias en casi todos los ámbitos. Se han creado más de 400.000 empleos, el PIB crecerá en torno al 3% y las finanzas públicas se acercan a sus objetivos. Parece que lo peor ha pasado. Sin embargo, también es justo reconocer que para lograrlo hemos contado con ciertas alianzas externas, como por ejemplo un euro más bajo que ayuda a un sector tan importante para nuestra economía como el turismo y a las exportaciones industriales, un precio del petróleo que contribuye a equilibrar la balanza de pagos externa, y un banco central que por fin impulsó el crédito y, por tanto, alegra ligeramente el consumo tras años en el que familias y empresas tuvieron el grifo crediticio cerrado.

Son sin duda magníficas noticias de las que todos nos alegramos y que hace falta difundir para recobrar el optimismo perdido. Ahora bien, no debemos olvidar que España tiene todavía por delante que superar algunos retos que nos ayudarán no sólo a recuperar lo que hemos dejado en el camino, sino también a garantizar un futuro sostenible para todos, superando incluso a nuestros socios europeos. Y para lograrlo, sin ningún género de dudas, el sector industrial deberá tener un papel de absoluto protagonismo.

Es necesario que la reindustrialización de España continúe estando en la agenda de los gobernantes para alcanzar ese 20% de peso en el PIB que se considera óptimo y del que todavía nos encontramos alejados. No es por casualidad que los países con mayor industria como por ejemplo Alemania, o las comunidades con mayor peso industrial en su economía como el País Vasco, han sorteado la crisis de una forma más llevadera, con menos desempleo y menos quebranto social.

La industria es un sector que genera empleos habitualmente más estables, incluso en muchos casos mejor remunerados que el resto de sectores, justo en el talón de Aquiles de nuestra economía, y lo que precisan las generaciones más jóvenes para formar una familia y no tener que salir al exterior a trabajar. Recuperar los empleos en industria perdidos tras estos años no será tarea fácil. De hecho, algunas de esas fábricas y empleos nunca regresarán al tratarse de productos obsoletos o no competitivos, en otros casos porque no habrá las inversiones necesarias, la planificación a largo plazo, las políticas estables y los recursos humanos formados y altamente capacitados, que en muchos casos ya están en el exterior...

El esfuerzo que queda por delante es muy importante para recuperar el sector industrial, de ahí la necesidad de no relajarse por las buenas cifras económicas para este año y el que viene. Al contrario, hay que aprovecharlas para impulsar la reactivación con el regreso del crédito, la mayor competitividad del euro o la bajada de coste laborales para planificar y definir una adecuada estrategia, ahora que la crisis ha dado una tregua y no hay que estar tan pendientes de las urgencias del día a día, que permita a nuestro país situarse en el pelotón de cabeza a nivel mundial.

Podemos hacerlo y sabemos hacerlo porque España hoy ya cuenta con sectores industriales que han demostrado ser capaces de triunfar en un mundo global y competitivo. La industria automotriz, tanto las multinacionales implantadas en nuestro territorio como las firmas nacionales de autopartes que se han expandido por todo el globo, son un ejemplo de éxito. Otros ejemplos son los fabricantes de material ferroviario, aeronáutico, o la potente industria alimentaria enfocada a productos de calidad cada vez más demandados en todo el mundo. La maquinaría, la energía o la metalurgia del País Vasco, o la industria química del arco mediterránea son otros ejemplos. Incluso los fabricantes de marroquinería, zapatos o textiles han demostrados que con buena gestión, formación del personal y productos creativos pueden crecer y exportar.

Por eso es importante no olvidarse del papel de la industria en momentos en lo que parece que la crisis parece que va quedando detrás. El crecimiento del PIB industrial que fue de 1,6% en el segundo trimestre del presente año pronto alcanzará su tope si no se toman medidas a favor del sector y, por su parte, los empresarios invierten para aumentar la productividad de sus industrias con nueva técnicas, incorporando tecnología, innovando, con productos de mayor valor añadido, con mayor formación de sus gerentes y empleados, y, por supuesto, impulsando su internacionalización.

Juan Antonio Cuartero es Director General Negocio de Structuralia.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_