¿Le ha servido a España bajar salarios y abaratar el despido?
Los expertos defienden que se crea más empleo pero no se ataja la dualidad Se ha rebajado por debajo del 1% el umbral de crecimiento del PIB para generar ocupación
¿Qué hizo la reforma para abaratar el despido en España? Introdujo varios cambios: primero, generalizó la indemnización por despido de 33 días por año con un tope de 24 mensualidades, para todos los nuevos fijos y para los antiguos –que tenían una indemnización de 45 días por año trabajado y un tope de 42 mensualidades– a partir de la fecha de entrada en vigor de la reforma, en marzo de 2012.
Pero además, se facilitó la acreditación de las causas del despido objetivo, individual o colectivo, bastando con una disminución de ingresos tres trimestres consecutivos o la previsión de pérdidas para clasificar las extinciones como procedentes. También se suprimió el despido exprés, que permitía al empresario eludir la judicialización del despido admitiendo su improcedencia y pagando al trabajador, a veces incluso más de lo estipulado. Y se creó el contrato fijo de emprendedores para empresas de menos de 50 trabajadores, con un periodo de prueba de un año, durante el cual el despido es libre y sin indemnización.
Todas estas medidas iban destinadas a abaratar el coste del despido. Pero, además, la reforma elevó la indemnización por finalización del contrato temporal, de ocho a doce días por año trabajado.
A pesar de este abaratamiento del coste del despido de los fijos y encarecimiento de los temporales, la reforma laboral “no ha atacado de raíz el problema de la dualidad, es decir, el uso de contratos temporales para actividades que no son temporales”. Así lo aseguran J. Ignacio García Pérez y Marcel Jansen en su análisis Un balance de los efectos de la reforma laboral de 2012 publicado por Funcas.
Ambos consideran que las medidas de esta reforma “son claramente insuficientes” para acabar con esta dualidad porque “sigue habiendo una considerable brecha en la protección de los distintos contratos y la ley no contempla ni restricciones efectivas al uso de los contratos temporales, ni la solución sin duda más eficiente: la eliminación de la diferencia, aun existente, de los costes de despido de fijos y temporales”.
Sin embargo, estos autores también citan en este estudio otros balances de esta reforma que destacan efectos que sí han sido beneficiosos. Es el caso del estudio de De Cea y Dolado que argumentan que con la nueva legislación, bastan crecimientos de entre el 0,3% y el 1,3% del PIB para crear empleo neto. Así lo corrobora que en 2014 el empleo empezó a crecer en el segundo trimestre con una tasa de incremento del PIB del 0,5%. A finales de año, cuando la economía crecía ya al 2% interanual, el empleo aumentaba un 2,4%. Este efecto es el que más destaca el Gobierno cuando explican qué ha pasado con la reforma.
Por su parte, los expertos de la OCDE también analizaron los primeros 17 meses de aplicación de la reforma y concluyeron, por un lado, que la tasa de contratación se habría incrementado un 8%. Y este aumento se debería sobre todo a un aumento de la contratación fija del 13% (18% si es a tiempo completo). En segundo lugar, la OCDE calculó que la reforma podría haber creado unos 25.000 nuevos contratos fijos, que se habrían concentrado ademas en empresas con menos de cien empleados.
No obstante, estos mismos datos podrían haber empeorado en 2013 y mejorado en 2014 en una magnitud que aún no se ha calibrado en detalle.
En cuanto a la bajada, contención o moderación de los salarios, la reforma aumentó la facilidad con la que el empresario podía maniobrar en esta materia, entre otras de organización interna. Los cálculos sobre los efectos de estos recortes son muchos y muy diversos, pero el Banco de España fue el primero en destacar el mejor comportamiento del empleo del sector privado por los efectos de la moderación salarial derivada de la reforma. Posteriormente, el servicio de estudios de BBVA estimó que de no haberse dado la moderación salarial de 2012 propiciada, entre otras cosas por la mayor flexibilidad interna introducida por la reforma laboral, se habrían destruido 60.000 puestos de trabajo
¿Qué ha pasado con los fijos y los salarios?
¿Qué ha pasado con los trabajadores que en 2007, antes de la crisis, tenían un contrato indefinido?
Un análisis de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCLV) llevado a cabo por J. Ignacio Conde-Ruiz, Sergi Jiménez y Marcel Jansen y publicado en el blog Nada es gratis, indica que el 46,7% de quienes tenían un contrato fijo en 2007 seguían en la misma empresa en 2013. Otro 18% de quienes eran indefinidos hace ocho años (y permanecen activos) seguían con un contrato fijo pero en otra empresa. El 11% de los que eran indefinidos antes de la crisis en 2013 tenían un contrato temporal. Y de estos el 3,3% ha pasado de indefinido a temporal en la misma empresas. Mientras que el 19% de estos antiguos fijos, ocho años después estaban en el paro y el 5,3% se habían hecho autónomos.
Y ¿qué ocurrió con los salarios de estos trabajadores? Estos economistas concluyen que el salario nominal medio y mediano de los que han permanecido en la misma empresa ha subido un 14%. Entre los que cambiaron de empleo indefinido a otra empresa, el sueldo cayó un 8% (el 17% si se habla de salario mediano). El mayor descenso lo sufrieron los que pasaron de fijos a temporales, cuyos sueldos bajaron alrededor de un 44%-48%, dependiendo de si el nuevo contrato temporal era en la misma empresa o en otra.
Si bien, a todo esto hay que sumar que la inflación acumulada entre 2007 y 2013 es del 16,6%, por lo que añadiendo esta circunstancia, se obtendría que las mermas de poder adquisitivo son aún mayores. Incluso los que siguen fijos en la misma empresa perdieron un 2,6% de poder de compra.