La banca aplaude el cambio en las provisiones
Pues ni para ti ni para mí. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha resuelto uno de los entuertos que traían de cabeza a los financieros de los bancos españoles: la atípica clasificación de las provisiones españolas, sobre todo las denominadas provisiones subestándar, las que se aplican a los créditos que aun estando al corriente de pago corren el peligro de dejar de hacerlo.
Los bancos españoles llevaban tiempo preocupados ante la posibilidad de que las provisiones subestándar, solo existentes en España, pudieran pasar directamente a ser consideradas por las autoridades europeas como provisiones para créditos dudoso, aquellos que dejan de pagarse, y cuyo concepto existe en toda Europa. El intento de armonización de toda la regulación bancaria por parte del BCE tras la supervisión única europea, como los exámenes a los que tiene que someterse la banca del Viejo Continente en estos meses –la revisión de la calidad de activos (conocidos por las siglas en inglés AQR) y los test de estrés– habían desencadenado el temor de que una homogeneización de las provisiones iba a perjudicar al sector en España.
Pero no ha sido así. Los bancos, de hecho, están en general bastante satisfechos con el acuerdo que se ha cerrado para armonizar la calificación de las provisiones. Los créditos subestándar se consideran sanos, por lo que no alteran la tasa de morosidad. Pese a ello, la banca no puede liberar estas provisiones, que deben mantenerse en el balance como provisiones colectivas, una nueva modalidad para España, pero que ya existe en casi todos los países europeos.
La banca había calculado que si el BCE calificaba las provisiones subestándar como dudosas, la tasa de morosidad subiría como mínimo un punto porcentual. Es decir, pasaría del 13,44% actual al 14,44%. En números absolutos supondría solo para los seis grandes, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular y Sabadell, un aumento de 12.000 millones de créditos morosos.
Pero en esta ocasión “el problema se ha resuelto bien, y nos viene estupendamente a todos, especialmente a los más prudentes y que tienen más provisiones subestándar", asegura una directiva de un gran banco.
BBVA también acaba de poner fin al último fleco pendiente que quedaba de la absorción de la firma catalana Unnim. Con algo más de una semana de adelanto, el banco que preside Francisco González ha comunicado a la plantilla que da por cerrado el periodo de ajuste de plantilla de esta ex caja de ahorros como consecuencia de su nacionalización.
Los sindicatos, y en particular CC OO, aseguran sentirse muy orgullosos del acuerdo al que llegaron hace ya dos años con el banco tras quedarse por un euro esta firma catalana, más tras haber conseguido que al final del proceso de ajuste no se haya producido un solo despido. Y eso, pese a que en el pacto alcanzado entre BBVA y el sindicato figuraba el despido de 1.218 empleados, que al final se ha quedado solo en el papel.
El ajuste se ha llevado a cabo con traslados voluntarios, incluidos traslados en la propia Cataluña, prejubilaciones y algunas bajas incentivadas. “Despidos solo se han producido, a falta de los números finales, unos tres o cuatro", explican fuentes sindicales.
Cambiando de asunto, parece que las ex cajas de ahorros tienen previsto agilizar su salida a Bolsa o búsqueda de inversores privados. La semana pasada, Liberbank comunicaba a la CNMV el éxito de su ampliación de capital. Ha logrado captar 474,8 millones de euros, con una ampliación de capital del 60%.
BMN también busca el momento para salir a Bolsa, lo mismo que Kutxabank. Ibercaja tampoco descarta agilizar la búsqueda de inversores privados, mientras que Bankia cualquier día nos puede sorprender con una nueva colocación de un paquete en torno al 10% a inversores institucionales.
Por cierto, en el mercado han comenzado a llamar a Deutsche Bank el banco del 7%. En febrero colocó un 7,5% del capital de Bankia a inversores institucionales. El mes pasado hizo lo mismo con algo más del 7% del capital de Liberbank a un grupo mexicano, y más recientemente ha vendido, junto a Citigroup, el 7,86% del capital que tenía el mexicano Pemex en Repsol. El grupo azteca controlaba el 9,4% de la empresa energética española.
Y cambiando totalmente de tema y aprovechando esto de la salida de la crisis o, mejor dicho, de la recuperación de la economía española, el Ministerio de Defensa también quiere poner su granito de arena en esto de la animación económica y del sector inmobiliario. En septiembre tiene previsto sacar a concurso unos solares de su propiedad en Madrid ante el interés que han despertado entre algún que otro fondo y bancos. Sí, sí, bancos. Si se vende ya suelo, el activo más tóxico que ha tenido la banca, pues será que la economía española está recuperando músculo. O eso queremos creer.