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Tribuna
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Arranca el mercado de renta fija para pymes

Hoy se pone en funcionamiento el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) para pymes, después de un proceso de gestación que ha durado un año y medio.

El MARF aparece en escena como una alternativa más para las pymes a la hora de diseñar su política financiera y se intentará abrir paso ofreciendo a las empresas unos requisitos de acceso más flexibles que los existentes en los mercados regulados de deuda, permitiendo una mayor agilidad y simplificación en la tramitación de las emisiones, así como un menor coste de las mismas.

Se dirigirá principalmente a inversores institucionales (el nominal unitario de cada título negociado en el MARF no podrá ser inferior a 100.000 euros) que quieran diversificar sus carteras con valores de renta fija de compañías de mediana dimensión, habitualmente no cotizadas y con buen equity story. Los títulos a emitir serán normalmente pagarés y bonos con plazos de vencimiento desde dieciocho meses hasta cinco años y con rentabilidades estimadas de entre el 6% y el 8%. En este sentido, las medidas recientes adoptadas por el Gobierno para atraer capital hacia este mercado, como la habilitación a aseguradoras y fondos de pensiones para que puedan colocar hasta el 3% del patrimonio que gestionan en estos títulos y la eliminación de la retención fiscal en los cupones, así como la posible validez de aquéllos como colaterales en la financiación de los bancos con el BCE, ayudarán a su despegue inicial.

También el éxito en 2013 de compañías españolas que recurrían por primera vez a los mercados de deuda han contribuido a crear ese “buen ambiente” que tan importante es en la fase de arranque de un mercado de estas características.

Dicho esto, es probable que las primeras operaciones en el MARF constituyan la piedra de toque que genere el atractivo suficiente para que inversores y emisores se decidan a considerar este mercado como una opción para diversificar, flexibilizar y optimizar sus estructuras financieras.

No obstante, los comienzos del MARF serán difíciles, como lo han sido en el caso de su hermano el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), al que la crisis económica y el hundimiento de los mercados bursátiles en el periodo 2007-12 han tocado de lleno en su línea de flotación. A pesar de ello, el MAB ha sabido capear el temporal y en sus cuatro años de actividad ha sido capaz de levantar casi 150 millones de euros en 23 salidas al mercado y algunas ampliaciones de capital posteriores.

No existen estudios suficientemente contrastados sobre el universo potencial de empresas españolas que podrían cumplir los requisitos oficiosos para emitir títulos de renta fija en el MARF, aunque algunos hablan de que, en un primer momento, podrían ser entre 500 y 1000.

Otros dicen que las empresas aptas deberían facturar al menos 50 millones de euros y obtener un resultado operativo antes de amortizaciones (ebitda) de entre 10 y 15 millones, con ratios de apalancamiento post-money no superiores a 3 o 4 veces. En todo caso estos datos deben tomarse como meras estimaciones que se irán concretando a medida que el mercado vaya realizando sus primeras operaciones.

Al igual que en el MAB, la figura del asesor registrado será clave en el correcto funcionamiento del MARF, y actuará como interlocutor de referencia de los emisores frente al mercado y el regulador durante todo el proceso de la colocación y con posterioridad al mismo. De la misma manera, el colocador y el proveedor de liquidez desempeñarán funciones similares a las que han venido desarrollando en el MAB, y será necesario que la empresa aporte un rating o informe de solvencia que certifique la calidad crediticia de la emisión, la cual podrá ser complementada, a discreción del regulador, con un informe de valoración relativo al precio, rentabilidad o tipo de interés de los títulos.

En definitiva, el Mercado de Renta Fija para pymes es ya una realidad en nuestro país. Es responsabilidad de todos sus participantes que su funcionamiento sea un éxito. Las pymes y, por ende, la sociedad en general, se lo agradecerán.

Mariano Antón es director de Corporate finance en KPMG

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