Mario Draghi saca un arma más para que el crédito llegue a la economía real
El Banco Central pone en marcha una de las armas tenía en la recámara Estudia medidas adicionales para que el crédito llegue a las pymes
La decisión era reclamada y esperada por el mercado pero no estaba en el guión que el BCE la aprobara ya. Las tensiones del mercado interbancario obligaron a Trichet a poner en marcha una barra libre de liquidez para la banca allá por 2008. Desde entonces, las denominadas “medidas no convencionales” han ido mucho más allá.
Mario Draghi, desde su llegada en noviembre de 2011, ha ido flexibilizando las garantías que el banco central admite para proporcionar dinero a los bancos. Inicialmente, los colaterales permitidos eran principalmente activos extraseguros, como bonos soberanos o cédulas hipotecarias. Las consecutivas rebajas de rating de algunos países y las necesidades de liquidez de la banca fueron recortando las exigencias del BCE.
Pero el Banco Central ha ido un paso más allá, y ha resucitado la posibilidad de que las titulizaciones sirvan a los bancos para conseguir dinero fresco. Las titulizaciones son paquetes de créditos –al consumo o de tarjetas de crédito, por ejemplo–, están prácticamente muertos desde la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y han sufrido numerosos recortes de calificación. El Banco Central solo aceptaba hasta ahora aquellas que fueran de máxima calidad: las triple A. Su exigencia se rebaja ahora hasta A. Las titulizaciones suponían a 31 de marzo unos 338.000 millones de euros de los colaterales depositados en el BCE, el 14% del total.
Además, ha reducido el recorte que aplica a los activos con calificación de A- o superiores hasta el 10% desde el 16 % actual. Hasta ahora, los bancos dejaban en prenda un activo con un valor nominal de 100 euros y recibían 84 en dinero contante y sonante;ahora se embolsarán 90. En los que tengan una nota inferior a A-, el recorte se queda en el 22% desde el 26%.
“Consideramos positivas estas medidas, dado que están orientadas a fomentar el uso de los ABS [bonos de titulización] como colateral en las operaciones de financiación con el BCE y supondrán un incentivo para que las entidades bancarias concedan créditos a las empresas que, una vez titulizados, sean descontados en las operaciones de suministro de liquidez del BCE”, señala en una nota José María Valle, de Ahorro Corporación.
Titulizaciones de varios países
La buena noticia es que el BCE adelanta que esta es la primera de una oleada de medidas para lograr que el crédito llegue a la economía real: “Seguirá investigando la forma de [...] mejorar las condiciones de financiación de las pequeñas y medianas empresas (pymes)”. Así, estudia aceptar titulizaciones de préstamos de tramos mezzanine [de calidad intermedia] de bonos de titulización respaldados por préstamos a pymes.
Fuentes financieras explican que se baraja también la posibilidad de aceptar titulizaciones de préstamos de pymes de varios países –España, Francia, Italia y Alemania, por ejemplo–, con el objetivo de que no se penalicen por ser de un determinado país. El objetivo es que se den más créditos a las pymes y lograr así una suerte de círculo virtuoso, pues los créditos podrán titulizarse y llevarse después al BCE para obtener liquidez.
Eso sí, a cambio de estas medidas, el BCE ha endurecido el control de las cédulas hipotecarias y territoriales. También ha elevado el recorte del valoración de algunos activos.
Balas que están en la recámara
1 Rebajar los tipos. Es lo más obvio que puede hacer el BCE, y así lo dejó meridianamente claro el pasado 4 de julio, cuando rompió la tradicional querencia de la institución por los mensajes crípticos al espetar que mantendrá los tipos bajos “tanto tiempo como sea necesario”. Incluso habló expresamente de rebajarlos si fuera necesario. La próxima reunión del BCE con rueda de prensa será el 1 de agosto.
2 Penalizar la liquidez ociosa de la banca. Una fórmula para fomentar que los bancos se dediquen a su negocio tradicional de prestar dinero es cobrarles por tener la liquidez aparcada en la denominada facilidad de depósito del BCE. Mario Draghi ha ratificado que esta posibilidad está encima del tapete. El miércoles, había en esta hucha del BCE 83.893 millones de euros Y a esta cifra hay que sumar los 278.438 millones depositados en la cuenta tesorera para cumplir con el coeficiente de caja.
3 Compras de titulizaciones. Abrir el abanico y reducir los recortes de las titulizaciones es un primer paso. Pero una fórmula más agresiva es que el BCE intervenga directamente en el mercado, comprando bonos de titulización. Este potencial programa emularía a otros que fueron llevados a cabo con gran éxito sobre compra de cédulas hipotecarias.
4 Ampliar la duración de las subastas de liquidez. El BCE inyectó alrededor de un billón de euros en dos subastas ejecutadas en diciembre de 2011 y febrero de 2012. Ahora realiza habitualmente subastas semanales, quincenales y trimestrales. “Puede realizar subastas a cuatro o cinco años”, señalan en un banco.
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