Trichet hace caso omiso a la expansión monetaria de EE UU
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no variará ni un ápice su política monetaria. Ayer anunció que mantendrá los tipos en el 1% y no emulará a la Reserva Federal, que el jueves aprobó una inyección de liquidez de 425.000 millones de euros. La decisión agudizó la apreciación del euro, que ayer alcanzó su mayor nivel desde enero.
Impertérrito ante los movimientos de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés), el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, no secundó a sus colegas americanos y mantendrá la misma política monetaria. Así, el tipo de interés oficial no se moverá del 1%, como era previsible. Además, los bancos seguirán contando con crédito del BCE al 1,75% y el rendimiento de los depósitos continuarán en el 0,75%.
La máxima autoridad monetaria mantendrá la retirada gradual de la compra de deuda pública, política que Trichet aseguró que era excepcional y que, por tanto, tiene fecha de caducidad. Con todo, el presidente del BCE aseguró que en los últimos días había comprado deuda pública aunque no quiso especificar de qué país.
Quien sí reaccionó, y con avidez, a la decisión de la Reserva Federal y del BCE fue el mercado. Así, mientras los grandes banqueros de la zona euro se reunían para decidir en Fráncfort la política monetaria de la zona euro, la moneda única no cesaba de encarecerse.
El euro se cambió ayer a 1,428 dólares. Por el momento, ello no parece preocupar al BCE. Trichet aseguró que no cree que la política expansiva de la Reserva Federal suponga una "táctica para debilitar al dólar". Sea o no una estrategia, lo cierto es que la Fed está inundando el mercado de billetes verdes, lo que abarata el dólar en un momento en que otras grandes potencias también tratan de depreciar sus divisas para fortalecer la economía.
Un lastre a la exportación
Trichet aseguró que todo indica que la recuperación de la Unión Europea se mantiene a pesar que persiste la incertidumbre. De hecho, en este momento, una de la mayores incertidumbres procede de la fortaleza del euro que resta competitividad a las exportaciones comunitarias. Alemania, la primera potencia europea y con un mayor sector exportador, es el país más perjudicado.
En cualquier caso, Trichet vaticinó que la inflación se mantendrá en sus niveles actuales durante lo que queda de año, lo que supone que el IPC se moverá en torno al 2%, nivel óptimo para el BCE. Con todo, la autoridad monetaria indica que los precios soportarán presiones al alza por el encarecimiento de las materias primas y la energía, así como por el aumento de los impuestos indirectos y las tasas administrativas.
Por otro lado, el BCE defendió que las medidas para establecer un Gobierno económico fuerte en la UE son poco ambiciosas. Y reclamó una mayor vigilancia sobre aquellos países con un elevado déficit, como España o Irlanda. La analista de Ernst & Young Marie Diron opinó que Trichet no variará su política monetaria hasta "tener más información acerca de los efectos de los ajustes fiscales".
Alemania, molesta por el efecto en el euro de la decisión de la Fed
El motor económico de la UE observa con inquietud la política monetaria expansiva de la Reserva Federal. El ministro de Economía de Alemania, Rainer Bruederle, aseguró ayer que ve con "preocupación" los estímulos económicos que aplica el presidente de la Fed, Ben Bernanke. Aunque lanzó un aviso para navegantes: "No basta con bombear agua.Los caballos deben beber." Para el político alemán, las voces que denuncian que EE UU utiliza la política monetaria para influir en el tipo de cambio del dólar tienen parte de razón. En este sentido, mantiene que tanto China como Estados Unidos tratan de devaluar sus respectivas divisas para ganar competitividad. Por otra parte, el ministro de Economía germano alertó de un incremento del proteccionismo en todo el mundo. Y añadió que la victoria republicana en las elecciones legislativas de Estados Unidos podría acentuar la deriva proteccionista. Bruederle teme una hipotética guerra de divisas, que resultaría "desastrosa".
El Banco de Inglaterra descarta ampliar las emisiones de dinero
El Banco de Inglaterra, al igual que el BCE, no variará su política monetaria después de la inyección de liquidez aprobada por la Reserva Federal el jueves. Así, la autoridad monetaria decidió mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5%, medio punto por encima del precio oficial del dinero en la zona euro. Por otra parte, también rechazó ampliar el programa de emisión de dinero por el que se han comprometido 200.000 millones de libras (230.000 millones de euros) en la compra de bonos del sector público y privado para revitalizar la economía.Los expertos no descartaban que el Banco de Inglaterra pudiera anunciar nuevas inyecciones de liquidez como respuesta a la política expansiva de la Reserva Federal. En cualquier caso, los expertos opinan que a principios de año el Banco de Inglaterra podría modificar su política monetaria una vez evaluada la recuperación económica.