El consumo de los hogares crece tras dos años de caída y asienta la recuperación
El PIB creció un 0,2% en tasa intertrimestral entre marzo y junio, según el INE, lo que apuntala la salida de la recesión de la economía española. Al contrario que en anteriores trimestres, el consumo de los hogares fue el que tiró de la economía, con el primer avance en dos años propiciado, en parte, por las compras adelantadas ante la subida del IVA. A ello se le unió la mejoría de la inversión industrial.
Tras siete trimestres con caídas del PIB, la economía española salió de la recesión el pasado mes de marzo con un débil crecimiento del 0,1% respecto al anterior trimestre, gracias al efecto del ingente gasto público y de los estímulos fiscales aprobados durante el pasado ejercicio. En esa fecha, el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, aseguró que era hora de que la aportación privada empezara a tomar el relevo de los estímulos públicos.
Tres meses después, ese cambio se ha producido gracias al incremento de la inversión en bienes de equipo y a la recuperación del consumo de los hogares, que llevaba dos años cayendo. Ambos factores han propiciado un alza del PIB del 0,2% en tasa intertrimestral, aunque en tasa interanual aún sigue en tasas negativas (-0,1%).
Entre marzo y junio, el consumo de las familias experimentó un incremento del 2% en comparación con el último año, impulsado por el incremento del IVA, en vigor desde el 1 de julio. Esa subida, que afectó al tipo general (del 16% al 18%) y al reducido (del 7% al 8%), provocó un efecto de adelanto de las compras por parte de los hogares ante la inminente subida de precios. Ese aumento del consumo, tal y como destaca el INE, se produjo en todos los indicadores ligados al gasto de las familias, aunque fue especialmente apreciable en el caso de los bienes duraderos, con alzas del 13%.
Y en ese crecimiento ha tenido un peso vital la puesta en marcha del Plan 2000E, que bonificaba con 2.000 euros la compra de un coche. Desde la puesta en marcha de ese plan, la venta de automóviles a particulares se disparó con incrementos consecutivos de dos dígitos durante 13 meses. En julio se agotaron los fondos destinados a ese plan y eso tuvo un efecto inmediato en las ventas, que cayeron un 24% durante ese mes y han bajado por encima del 30% en la primera quincena de agosto, según los primeros datos avanzados por los fabricantes.
Esa brusca recuperación del consumo, por lo tanto, podría ser efímera ante el final de las ayudas a la compra de vehículos y el incremento del IVA, tal y como vaticinan los analistas. Sin embargo, éstos pueden estar equivocados en sus pronósticos, tal y cómo ha ocurrido en el caso del consumo de las familias. De hecho, el último panel de previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), hecho público a finales de julio con la participación de 16 servicios de estudios, preveía que el consumo de los hogares crecería un 0,8% en el segundo trimestre (1,2 puntos por debajo del dato hecho público ayer por el INE); y que posteriormente el aumento se moderaría hasta cerrar el año con un incremento del 0,2%.
Más optimistas son las previsiones de Caixa Cataluña, que estiman un avance del 0,5% para el conjunto del ejercicio, aunque advierte de las dificultades que tendrán que afrontar los hogares en los próximos meses. "En las decisiones de gasto de las familias seguirá pesando la incertidumbre, así como el efecto riqueza negativo provocado por la caída de valor en los activos inmobiliarios y el retorno de los precios a tasas positivas", advierte su último informe.
Escasa competitividad
Pero a la espera de saber cómo evoluciona el gasto de los hogares, la inversión en bienes de equipo es el otro gran eje que ha impulsado el crecimiento de la economía española. La recuperación de los grandes socios comerciales de España en la Unión Europea, a los que se destina el 60% de las exportaciones, han provocado un fuerte aumento de la inversión en bienes de equipo, con un crecimiento del 8,7%, el primero tras siete trimestres en caída libre. Desde el Instituto Flores de Lemus, dependiente de la Universidad Carlos III, consideran que se ha consolidado "una tenue recuperación del sector industrial gracias a las exportaciones y a las ayudas públicas". Sin embargo precisan que dicha recuperación es insuficiente para crear empleo, "por la escasa competitividad y proyección exterior de la industria española".
En cualquier caso, el avance del consumo privado y de la inversión en bienes de equipo ha propiciado que la aportación negativa de la demanda nacional haya descendido considerablemente en el segundo trimestre, al recortarse siete puntos porcentuales en un año y situarse en -0,5% en junio. En el lado contrario, la demanda externa, que ha servido para amortiguar el desplome del gasto y de la inversión durante los dos anteriores ejercicios, ha rebajado su aportación positiva al crecimiento del PIB, reduciéndose en 2,3 puntos porcentuales en los tres últimos meses.
Y todo ello, pese al fuerte incremento experimentado por las exportaciones, que crecieron un 10,5% en tasa interanual. Ese empuje se vio contrarrestado por el aumento de las importaciones, a las que tuvo que acudir la industria, en especial la del automóvil, para satisfacer el incremento de demanda interna registrado en el segundo trimestre.
En ese escenario, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, señaló ayer que esos resultados confirmaban que la actividad económica continuó en el segundo trimestre del año "con el proceso de normalización tras la fuerte contracción experimentada en los dos años anteriores".
Una tesis que fue rápidamente contestada desde la oposición y las centrales sindicales. El secretario de Economía y Empleo del PP, Álvaro Nadal, apuntó que el dato del PIB en tasa interanual (una caída del 0,1%) "demuestra que la economía española sigue en recesión y sigue destruyendo empleo". A su juicio, una parte sustancial de la mejora del consumo "se debe al adelanto de compras por la subida del IVA, por lo que se trata de un efecto que desaparecerá en la segunda mitad del año". Pese a ello consideró que el peor dato se refiere a la evolución de las exportaciones, ya que han frenado su ritmo de crecimiento "pese a los magníficos resultados que han tenido otras economías, como Alemania o el Reino Unido".
En la misma línea, las centrales sindicales mostraron ayer sus reticencias sobre la consolidación de la recuperación económica para los próximos trimestres. Desde Comisiones Obreras no descartaban ayer que en el tercer y cuarto trimestre del año la economía vuelva a desacelerarse e incluso a entrar en recesión "por el final de los planes de ayuda a la compra de automóvil, el alza del IVA, el efecto de la rebaja en el salario de los empleados públicos y la reducción en la obra civil pública". Por su parte, UGT afirmó ayer que los datos de PIB se deben a elementos coyunturales y no a un cambio de tendencia en la recuperación económica.
Para los empresarios de CEOE, el dato de crecimiento es un "respiro" temporal y obedece a "un significativo repunte de algunos componentes del PIB muy vinculados a factores transitorios".
Datos
Vivienda: el ajuste de la construcción se modera y se ha dejado notar en la inversión en vivienda, que registra la caída más baja desde el cuarto trimestre de 2008. La construcción no residencial siguió retrocediendo hasta el 5,7% en tasa interanual.
Gasto turístico: el alza del paro y la debilidad económica ha reducido el gasto turístico de los extranjeros, que cayó un 1,3% en el segundo trimestre.
La tortuosa e incierta reanimación del mercado de trabajodatos
Lenta y constante, pero dudosa. Así es la incipiente mejora del mercado laboral, según se desprende de los datos de la Contabilidad Nacional del segundo trimestre conocidos ayer. El empleo continuó atemperando su deterioro entre abril y junio, en el que la economía española registró un recorte de la ocupación (en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) del 2,5% interanual. O lo que es lo mismo, se destruyeron 450.000 empleos netos en un año.Este ritmo de disminución de la ocupación queda lejos de las tasas de hace un año, cuando el empleo caía por encima del 7% (equivalente a una destrucción de más de un millón de puestos de trabajo en el año). También respecto al primer trimestre, el empleo atenuó su descenso en un punto y dos décimas, ya que caía un 3,7% entre enero y marzo.No obstante, estos indicios de mejora no han sido suficientes para invertir las tasas negativas del empleo en prácticamente ninguna rama de actividad. Así, la construcción sigue liderando los recortes, sobre todo de asalariados, con una caída del 13,4% interanual; seguida de las ramas industriales y energéticas que perdió un 4,8% de ocupados. El sector servicios, por su parte, está más cercano a la creación de empleo, ya que la disminución del número de sus asalariados es de tan sólo seis décimas.Esta lenta recuperación se ha visto también reflejada en el comportamiento de las remuneración de los asalariados. Concretamente, la atenuación en la caída del número de asalariados (del -3,7% al 2,4%) tuvo como consecuencia la reducción de un punto en el avance negativo de dichas remuneraciones del -2% al -1%. Esto ha sido, precisamente, uno de los acicates del consumo en el segundo trimestre.No obstante, la evolución hacia tasas positivas de las remuneraciones podía haber sido mayor de no ser porque la retribución media de los asalariados también frenó su crecimiento del 1,8% al 1,4%, fundamentalmente por la contención salarial que empresas y trabajadores están pactando este año. De hecho, el incremento salarial medio pactado en convenio hasta julio fue del 1,3% y en los acuerdos de empresa los aumentos retributivos quedan por debajo del 1%.El comportamiento del empleo en comparación con la evolución del PIB demuestra que la productividad aparente del puesto de trabajo equivalente se mantiene en el 2,5%.Mientras que en términos de horas efectivamente trabajadas, éstas cayeron un 1%, por lo que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectuada se redujo del 1,8% al 0,9%.En cuanto al peso de las rentas en la formación de la riqueza, las remuneraciones descendieron del 1,8% al 1,4%, por el control salarial citado y el hecho de que el mercado laboral siga destruyendo empleo; igualmente, los excedentes de las empresas volvieron a tasas negativas (-2,9%) tras el estancamiento del primer trimestre y los tributos experimentaron un fuerte incremento del 29,5%, informa Raquel Pascual.