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De reducir las emisiones de CO2 al cielo único europeo: las aerolíneas, en pleno cambio energético y comercial

Las compañías se enfrentan a una compleja transición, a las tensiones geopolíticas, a la adopción de nuevas tecnologías y a la necesidad de consolidarse para ser más competitivas

Un avión sobrevuela unos cipreses en la región de Chianti, en la Toscana (Italia).
Un avión sobrevuela unos cipreses en la región de Chianti, en la Toscana (Italia).Lisa-Blue (Getty Images)

La aviación ha demostrado ser más resiliente de lo que algunos pensaban, como se ha visto con su rápida recuperación tras la pandemia. En diciembre de 2023, el tráfico global de vuelos creció un 37% interanual y se situó en el 94% respecto a los niveles anteriores a la crisis sanitaria, según los datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Para 2024, el sector espera superar finalmente las cifras de 2019, y eso a pesar de que los precios de los billetes no han parado de subir desde entonces.

De hecho, las aerolíneas que vuelan en España han reservado ya para este verano 240 millones de asientos, un 13,5% más que en 2023, de acuerdo con la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). “Hemos visto una importante recuperación del tráfico de ocio y buena parte del corporativo”, comentan desde Iberia, que opera ya al 103,2% del nivel prepandemia. “Todos los indicadores apuntan a que esta tendencia al alza va a continuar”, añaden.

Sin embargo, la aviación se enfrenta a una serie de desafíos coyunturales que condicionarán, para bien o para mal, su evolución en los próximos años. A la inflación, los tipos de interés altos, el aumento de los precios de los hidrocarburos, las tensiones geopolíticas, los retrasos en las entregas de aviones anunciadas por Airbus para 2024 y la crisis reputacional que atraviesa ­Boeing tras los fallos en su modelo 737 MAX, se suma la transición energética que afronta el sector. “Es el reto más crítico en la actualidad”, afirma Rafael Schvartzman, vicepresidente regional de IATA para Europa.

Pasajeros en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona.
Pasajeros en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona.Jeff Greenberg (Jeff Greenberg/Universal Images )

Nuevo paradigma

Con el fin de trazar una hoja de ruta común, las aerolíneas que integran IATA aprobaron una resolución en 2021 en la que se comprometieron a lograr cero emisiones netas para 2050. “El programa para reducir el CO2 de la aviación mundial es ambicioso y está basado en múltiples pilares”, dice Schvartzman, quien cita como ejemplo la adopción de nuevas tecnologías, mayor eficiencia operativa o el uso de combustibles sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés).

No obstante, el debate actual en la Comisión Europea sobre si imponer un nuevo impuesto al queroseno –el principal combustible que usan los aviones– planea sobre la industria como un nubarrón. “Esto no logrará ningún beneficio medioambiental significativo, pero sí que conllevará un retroceso en lo que a la conectividad se refiere y hará que Europa sea mucho menos competitiva en comparación con otras regiones”, asegura Schvartzman.

La patronal ALA pide implantar el cielo único europeo, previsto desde hace 20 años

Para Javier Gándara, presidente de ALA, el foco debe estar en el SAF. El problema, advierte, es que este es “entre tres y cinco veces más caro que el combustible convencional que utilizan las aerolíneas”. Por eso, desde ALA proponen como solución escalar la producción para abaratar su precio. Además, abogan por la implementación del cielo único europeo, un proyecto que sigue en el aire, aunque fue presentado por la Comisión Europea hace 20 años. Este proporcionaría “un ahorro de 18 millones de toneladas de CO2 al año con vuelos más rectos y cortos”, apunta Gándara.

Con el incremento del volumen de tráfico aéreo esperado para los próximos años, la aviación deberá competir además con otros sectores por la atracción del talento, sostiene David Samu, socio responsable de EY-Parthenon España. “La adopción y extensión de tecnologías digitales, la integración de toda la información sobre el cliente y la conectividad con otros jugadores del sector turístico son iniciativas relevantes en las que el sector deberá seguir invirtiendo”, agrega.

Desde Iberia subrayan asimismo la necesidad de acelerar los procesos de consolidación en Europa para poder competir con las grandes aerolíneas norteamericanas o asiáticas. “Confiamos en que la CE dé luz verde a la operación de compra de Air Europa, lo que ayudará a España, además, a tener un hub a la altura de los del norte del continente, con los beneficios que eso supondrá para la creación de riqueza y empleo en nuestro país”, señalan.

Hacia el fin de los combustibles fósiles

Gravamen. Un informe elaborado este año por la consultora económica global Steer para Airlines for Europe (A4E) y la Asociación Europea de Líneas Aéreas Regionales (ERA) concluyó que la aplicación del nuevo impuesto al queroseno planteado por la UE generaría pérdidas de unos 7.700 millones de euros en el PIB español, debido a factores como el incremento de los precios de los billetes y la llegada de menos turistas.

Biocombustible. España es un país rico en los recursos que se utilizan para producir SAF biológico: residuos forestales, agrícolas y ganaderos. Según un estudio realizado por PwC para Iberia y Vueling, potenciar esta industria a nivel nacional podría generar 56.000 millones de euros de PIB y crear 270.000 empleos de aquí a 2050. Entre 30 y 40 plantas de producción podrían cubrir toda la demanda local y permitir exportar grandes volúmenes al mercado internacional.

Modernizar. Otra vía para reducir las emisiones es renovar las flotas con aviones más eficientes.

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