Las claves: minas, no en mi patio trasero, a no ser que pueda llevarme algún beneficio de ello
Puede que los políticos recuerden la emergencia climática, la energética o incluso la militar, pero el argumento más convincente es la ganancia


NIMBY es el acrónimo de Not In My Back Yard, es decir, no en mi patio trasero. Resume el rechazo del ciudadano medio a que proyectos incómodos o peligrosos, como una central nuclear o una mina, se desarrollen en su vecindario. Eso vale incluso para tecnologías en apariencia tan amables como los parques eólicos, que también tienen cierto impacto en el medioambiente y que generan recurrentes protestas en el campo. Pero estos polémicos desarrollos tienen su aspecto positivo: en particular, el empleo que generan.
La nueva situación geopolítica ha sacado del cajón proyectos mineros de materias primas cruciales para la transición energética o para la defensa. La UE ha aprobado 47, de los cuales siete están en España, país que se tenía muy calladito que no solo es rico en sol y playa. Surgirán en las zonas afectadas, inevitablemente, las quejas por el efecto en el entorno de las excavaciones. Puede que los políticos recuerden la emergencia climática, la energética o incluso la militar, pero probablemente el argumento más convincente, como saben Friedrich Merz en Alemania y Keir Starmer en Reino Unido, sea el beneficio económico directo.
La teletienda de Trump no convence a los compradores europeos
Ante el supuesto boicot que está recibiendo Tesla por la deriva política de su fundador, Elon Musk, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump –que tiene muchas horas de televisión a sus espaldas– montó hace unos días una improvisada teletienda en la puerta de la Casa Blanca, donde inspeccionó el coche de la marca de eléctricos que supuestamente se había comprado. Su gran reclamo al ver el interior del vehículo fue que “todo es ordenador”. Una idea sin fallo, pero que no ha calado en Europa, donde la firma vendió en enero y febrero un 49% menos. Lo que sí que puede hacerlo es su nuevo Model Y. Lo sabremos en el segundo trimestre.
No le pregunte a ChatGPT dónde invertir, ni qué es el amor
Ocurre cada vez más que la gente interactúa con los modelos de lenguaje de IA como ChatGPT con la falsa percepción de que hablan con una persona, y no con un programa cuya respuesta no es más que la concatenación de palabras con más probabilidad de ser encadenadas en un contexto dado.
Así, los usuarios lo usan, además de como una fuente de información, como psicólogo, gurú amoroso e, incluso, como asesor financiero para sus inversiones en Bolsa. Esto último, según el supervisor europeo, es un error, y podría llevar a los inversores minoristas a perder los ahorros que tanto les ha costado reunir. Aunque útiles para multitud de tareas, de los modelos de lenguaje hay que fiarse lo justo. Ya sea en los mercados o en el amor.
La frase
Durante mucho tiempo advertí a mis homólogos europeos contra castigar a Gran Bretaña por el Brexit. Veo en la defensa una oportunidad; no para la reintegración, que no creo que sea el objetivo del pueblo británico, pero sí espero una cooperación más fuerte y abiertaPetr Fiala, primer ministro checo
Proteger a los menores de los riesgos de la calle... virtual
Dicen que los niños de ahora están sobreprotegidos, porque ya no pasan las tardes en la calle, expuestos a múltiples peligros; en realidad, siguen estando en riesgo, pero este viene principalmente del mundo virtual. El Gobierno ha preparado un proyecto de ley orgánica para la protección de los menores. Entre otras medidas (dirigidas en general a cuidarles de los delincuentes), establece que los centros escolares tengan potestad para regular el uso de móviles y similares, un asunto que también ha abordado Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y que quiere tratar el secretario de Sanidad de EE UU, Robert F. Kennedy. Se corre el riesgo, claro, de sobreproteger a los menores también en este aspecto: pero la educación siempre está en el límite del fuera de juego, y no hay VAR.