Japón supera la primera prueba de Trump con un ‘timing’ perfecto
Shigeru Ishiba dejó sonriente a su homólogo estadounidense con acuerdos para reducir el déficit comercial
![Trump e Ishiba, tras su reunión del pasado viernes.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/542GZITTRP32H2BHGEE7636UQA.jpg?auth=a02de64a1b3466688c18002e1fb371e0f3ec40923f2995c9cf787683bf8a193b&width=414)
Después de meses de especulaciones sobre si Shigeru Ishiba sería capaz de reavivar la bonhomía que su predecesor Shinzo Abe tenía con Donald Trump, el primer ministro japonés ha demostrado que sabe cómo ofrecer exactamente lo que el presidente de Estados Unidos quiere, y no demasiado pronto. De hecho, el memorando posterior a la cumbre celebrada entre los dos dirigentes e pasado viernes parece una lista de las principales preocupaciones de Trump, a las que se ha dado respuesta. La principal de ellas era cerrar el déficit comercial de Japón de 69.000 millones de dólares, que el presidente estadounidense describió como “bastante fácil de hacer”. Ishiba, por su parte, prometió impulsar la inversión japonesa en la mayor economía del mundo hasta un billón de dólares y comprar más de su gas natural licuado.
Ishiba se mostró optimista sobre la posibilidad de evitar el aumento de los aranceles estadounidenses en una entrevista concedida a la cadena NHK el 9 de febrero, en la que afirmó que el presidente Donald Trump había “reconocido” el papel de Japón en la creación de empleo y la inversión en Estados Unidos.
Estas promesas se basan en las tendencias existentes: las importaciones japonesas de GNL estadounidense aumentaron un 15% el año pasado, según datos del Ministerio de Finanzas. Y su posición de inversión extranjera directa en Estados Unidos ya se situaba en torno a los 780.000 millones de dólares en 2023, la mayor de cualquier país. Aunque la promesa de Ishiba de que Nippon Steel invertirá en U.S. Steel, en lugar de intentar comprar directamente la emblemática empresa mediante una adquisición a la que Trump se ha opuesto, fue recibida con silencio por parte de la empresa con sede en Tokio.
A cambio de todo esto –además del regalo a Trump de un casco dorado de samurái–, el primer ministro recibió el respaldo a las preocupaciones de seguridad de Japón en cuestiones que van desde China a Corea del Norte y Rusia.
La mano relativamente fuerte del primer ministro japonés significa que puede permitirse parte del optimismo que expresó tras su cumbre en la Casa Blanca sobre la posibilidad de evitar los gravámenes estadounidenses. Pero cualquier indulto de este tipo supondría una dura excepción a los nuevos aranceles que Trump ha prometido imponer a muchos socios comerciales esta semana. Otros problemas para Japón, como verse atrapado en medio de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China, pueden causar más fricciones más adelante.
La reunión amistosa también da a Ishiba una mano más fuerte de cara a las negociaciones con los legisladores japoneses sobre su presupuesto de 115,5 billones de yenes (759.000 millones de dólares). El hecho de que Trump no haya presionado públicamente a favor de un mayor gasto militar sugiere que el actual plan de gasto en defensa de Tokio, ya de por sí récord, equivalente al 1,4% de su PIB previsto para 2025, es suficiente por ahora.
Su nueva condición de exitoso negociador de Trump refuerza la débil posición del primer ministro dentro de su Partido Liberal Democrático, que recientemente perdió la mayoría parlamentaria. Puede que no sea Abe, pero Ishiba parece capaz de mantener aplacado a su veleidoso homólogo estadounidense, en la medida en que eso sea posible.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.