Las claves: una oferta razonable por Talgo, y las ventas de casas que enriquecen al erario
La propuesta de Sidenor puede ayudar a resolver el proceso del fabricante de trenes
Sidenor y sus socios han subido la apuesta por Talgo para intentar seducir a Trilantic: de los 4 euros por acción ofertados en un inicio, ha pasado a 4,15, más 0,65 si se cumplen ciertos objetivos de negocio. Pero sigue sin llegar al 30% del capital, mientras que el accionista mayoritario pretende vender el 100% de la compañía. Ahora es el turno para la india Jupiter Wagons y la polaca Pesa, que deberán concretar tanto el pago por título, como el porcentaje de capital al que aspiran. Esas dos opciones no plantean los problemas de seguridad que sí han frenado la alternativa del consorcio húngaro Ganza Mavag.
La opción vasca tiene la indudable ventaja de que reafirmará la españolidad de la compañía, y lo que eso significa en términos de empleo. En cualquier caso, el proceso parece avanzar por fin hacia una reestructuración del accionariado que ayude a resolver sus problemas de capacidad de producción. La oferta de Sidenor y compañía, sin ser lo pretendido por Trilantic, sí supone un esfuerzo que merece una revisión atenta por parte de los dueños actuales.
Las ventas de casas enriquecen a los vendedores... y al erario
Uno de los beneficiados de la subida del precio de la vivienda es el erario, que ingresa los impuestos de transmisiones patrimoniales (ITP) y de actos jurídicos documentados (AJD) cada vez que se produce una compra de segunda mano (el IVA y el AJD, también cuando es obra nueva). Para este año, los Gobiernos autonómicos prevén que esta partida se dispare un 25%, hasta 6.000 millones de euros, gracias al auge del sector inmobiliario. Además, una sentencia del Tribunal Supremo permitirá ajustar el valor declarado al valor de tasación, por lo que las bases imponibles podrán ser aún mayores.
Es de prever que Europa se sume a la ola antidiversidad de Estados Unidos
El que avisa, no es traidor, y desde luego, no se puede acusar a Donald Trump, en general, de que no advierta de lo que va a hacer. Igual que el concepto sostenibilidad ha perdido mucho protagonismo en los informes corporativos, ahora le toca al turno a la diversidad. En Estados Unidos, las políticas inclusivas de las minorías han estado siempre en el foco judicial. Con la amenaza de la Casa Blanca de sancionar a los contratistas federales con ese tipo de programas laborales, gigantes como Google (representado en la investidura del magnate por su CEO) están bajándose del barco. Dado que Europa suele sumarse a las tendencias que vienen de Estados Unidos, aunque sea con sordina, la pregunta no es tanto si pasará algo parecido aquí, sino cuándo.
La frase del día
Lo principal ahora [en Gaza] es dar la asistencia humanitaria necesaria y garantizar la aplicación de los acuerdos entre Israel y Hamás. Cualquier argumento populista, frívolo o impactante sobre cualquier otra medida paliativa solo alimenta la tensión en la región
Maria Zakharova, portavoz de Exteriores de Rusia
A Diógenes no le gustaba acumular cosas, ni siquiera libros
El síndrome de Diógenes se llama así de forma incorrecta, porque el filósofo no acumulaba objetos y buscaba la compañía humana. Hay un concepto relacionado, llamado tsundoku (en japonés todo suena más elegante), que significa almacenar libros que no se leen, aunque se tiene intención de hacerlo. Ahora que los pisos son cada vez más pequeños, este fenómeno resulta extraordinario, casi un privilegio. Hay una versión mucho más accesible en términos de espacio (no tanto de dinero), que es la de apilar libros electrónicos.
La lectura goza de un tinte intelectual y elevado que no tienen otro tipo de aficiones, pero el tsundoku no deja de ser una expresión de avaricia que, si bien no hace daño a los demás, quizá sea un mecanismo compensatorio de otras carencias.