Explorando oportunidades en renta fija de mercados emergentes
A medida que EE UU y Europa acercan geográficamente sus cadenas de producción, se impulsa la inversión
A pesar de la reciente volatilidad, los mercados emergentes continúan ofreciendo un potencial significativo para los inversores. Las tendencias globales actuales y las condiciones del mercado presentan varios factores clave que pueden dinamizar el crecimiento y generar oportunidades de inversión. En este artículo, exploraremos estos factores y analizaremos las implicaciones de inversión para la segunda mitad de 2024.
Una de las principales tendencias globales a tener en cuenta es el denominado nearshoring (o traslado de operaciones a países cercanos para reducir costes), que representa una sólida oportunidad a largo plazo para las economías emergentes vecinas. A medida que EE UU y Europa acercan geográficamente sus cadenas de producción, este cambio impulsa la inversión extranjera, los flujos comerciales y el desarrollo de infraestructuras. Como resultado, se obtiene un entorno más favorable para las inversiones en renta fija en estas regiones.
Otra tendencia a destacar es la diversificación de reservas. En el transcurso de los últimos años, los bancos centrales a nivel mundial han comenzado a diversificar sus reservas de divisas, disminuyendo sus posiciones en dólares estadounidenses y en euros, especialmente desde el inicio de la guerra comercial entre EE UU y China en 2019 y la invasión de Rusia a Ucrania en 2022. Esta diversificación hacia monedas emergentes y oro busca mitigar los riesgos asociados a las sanciones y las tensiones geopolíticas y constituye en sí una oportunidad de inversión en activos de renta fija de economías emergentes en monedas locales.
La flexibilización monetaria también ha cobrado protagonismo en los mercados emergentes. Tras haber anticipado los bancos centrales las subidas de tipos para contener la inflación, varios países emergentes ya han podido iniciar ciclos de flexibilización monetaria, incluso antes que sus homólogos en economías desarrolladas. Esta rápida anticipación ha sido clave para estabilizar sus economías y, de nuevo, ha creado oportunidades en deuda soberana y corporativa emergente.
Por último, el viraje global hacia fuentes de energía más sostenibles, como la explotación de cobre y litio, tiene implicaciones importantes. Al ser los países emergentes grandes proveedores de estos recursos, se ven beneficiados de las tendencias hacia la sostenibilidad, lo que refuerza sus perspectivas de crecimiento y aumento de la inversión extranjera.
Tres posibles escenarios
Reconociendo la gran influencia que ejerce la economía estadounidense sobre los mercados emergentes, es fundamental entender su situación actual para poder tomar decisiones de inversión.
A medida que entramos en la segunda mitad de 2024, se han identificado tres escenarios para EE UU, cada uno con diferentes implicaciones para los activos de mercados emergentes y la gestión de carteras.
En primer lugar, como escenario base, anticipamos una desaceleración ordenada de la economía estadounidense, lo que llevaría a recortes moderados en los tipos de interés por parte de la Fed. Esto haría que la diferencia de crecimiento entre mercados emergentes y desarrollados fuera más acentuada, permitiendo a los bancos centrales de los países emergentes continuar con sus ciclos de flexibilización monetaria. También, el dólar estadounidense posiblemente se vea debilitado. Este escenario es favorable para la renta fija emergente (en particular para la deuda emitida en moneda local) y el tipo de cambio de las monedas de países emergentes frente al dólar.
El segundo escenario es el caso de una desaceleración económica en EE UU más rápida de lo esperado: las acciones y los activos de riesgo podrían enfrentar presiones a la baja, mientras que el dólar estadounidense podría fortalecerse. La capacidad de la Fed para recortar tipos y apoyar la economía podría estar limitada, lo que podría resultar en una posible revalorización de los activos de renta fija de mercados emergentes.
Finalmente, aunque es un escenario de baja probabilidad, un entorno en el que el crecimiento y la inflación vuelvan a acelerarse podría provocar una venta masiva de bonos del tesoro americano. En este contexto de reflación, las monedas emergentes y su deuda a corto plazo se beneficiarían, mientras que su deuda de más largo plazo podría disminuir su rentabilidad.
En general, independientemente del escenario que se materialice, los inversores deben ser conscientes de los posibles riesgos. La volatilidad en los mercados globales podría aumentar tras las elecciones estadounidenses y la nueva agenda política que podrían impactar particularmente a China y México. Además, temas como la ayuda militar, las sanciones económicas y los esfuerzos diplomáticos en la guerra entre Rusia y Ucrania podrían verse afectados. Asimismo, podrían surgir tensiones entre EE.UU. y la Unión Europea en el ámbito de la política exterior. El conflicto entre Israel y Hamás, aunque actualmente limitado a la región, podría introducir nuevos riesgos e impactar en los precios del petróleo en caso de una escalada o propagación del mismo.
Considerando las condiciones actuales del mercado y los factores clave antes enumerados, se mantiene una perspectiva positiva sobre los mercados emergentes para la segunda mitad de 2024. El posible inicio de un ciclo de recortes de tipos en EE UU y el sólido crecimiento de los países emergentes, hacen que las inversiones en renta fija en estos mercados sean atractivas. Además, los inversores deben permanecer atentos a las noticias sobre renegociación de deuda y recuperación de mercados frontera, los cuales podrían representar interesantes oportunidades de inversión.
Alonso Perez-Kakabadse es asesor de portfolio y estratega senior en UBP.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días