El mantra ‘sé como Buffett’ adquiere un nuevo significado
Blackstone y KKR, siguiendo en parte las directrices del Oráculo, han superado en Bolsa a Berkshire Hathaway
No solo las masas que acuden a la conferencia anual de inversores de Berkshire Hathaway en Omaha (Nebraska) buscan el consejo de su jefe, Warren Buffett. Mentes maestras de las finanzas como Steve Schwarzman, de Blackstone, y Henry Kravis, de KKR, han seguido el ejemplo del Oráculo, acumulando enormes reservas de capital permanente que les permiten invertir sin necesidad de captar nuevos fondos. Lo irónico es que, desde que el personal de Nueva York se lanzó a estas iniciativas, sus acciones han superado a las de Berkshire. A medida que cambie la guardia en Omaha, puede que esas empresas eclipsen ahora al maestro.
Blackstone, KKR y sus colegas gigantes del capital riesgo fueron en su día muy diferentes de Berkshire Hathaway. Las empresas de Schwarzman y Kravis son máquinas de hacer operaciones corporativas, que tradicionalmente utilizan fondos privados y mucho apalancamiento para hacerse con el control de empresas y venderlas; con suerte, para obtener beneficios. Por el contrario, Buffett toma efectivo de inversores de Bolsa y de sus negocios de seguros, hace inversiones tanto bursátiles como privadas en empresas, y a menudo las mantiene durante largos periodos como inversor pasivo.
Pero los gestores de activos con sede en Nueva York, que se sienten presionados por la captación de fondos, han recurrido en los últimos años a un modelo similar al de Berkshire para crear un fondo de inversión más estable. KKR compró la aseguradora Global Atlantic Financial en junio de 2020, mientras Apollo Global Management se fusionó con la aseguradora Athene en 2022. Blackstone recaudó un fondo inmobiliario de pequeños inversores sin fecha de vencimiento establecida para devolver el capital.
Eso no quiere decir que Buffett no haya utilizado su propia y preeminente reputación para conseguir grandes acuerdos empresariales, al igual que Schwarzman y demás. Por ejemplo, en 2019, salvó el ambicioso acuerdo de la jefa de Occidental Petroleum, Vicki Hollub, sobre Anadarko Petroleum a cambio de acciones preferentes que, a la postre, han resultado muy lucrativas.
Aun así, ya sea Berkshire, Blackstone o cualquier otro gestor de activos, el precio de las acciones es un reflejo de lo buenos que son ganando dinero con el capital de otros. En ese sentido, los que persiguen a Buffett lo han hecho mejor que él últimamente. La rentabilidad de las acciones de Blackstone, KKR y Apollo ha superado a la de Berkshire en los últimos cinco años.
El mes pasado, los co-consejeros delegados de KKR compararon la dirección que están tomando sus negocios con Berkshire en una entrevista con Bloomberg. En particular, destacaron un plan para utilizar su balance para comprar y mantener empresas que arrojan dividendos, que luego podrían utilizarse para crecer. Buffett, por su parte, se sentó el sábado en la reunión anual de su empresa por primera vez sin su fiel compañero Charlie Munger, fallecido a finales del año pasado. Buffett, de 93 años, aseguró a los accionistas que los actuales vicepresidentes, Greg Abel y Ajit Jain, están preparados para dirigir la empresa tras su marcha.
Mientras otros encuentran el éxito en su modelo, el futuro de Berkshire depende de que Buffett traspase su experiencia –y reputación– a una nueva guardia. Buffett confía en que Abel y Jain estén bien preparados para tomar el relevo. Cuando lo hagan, sin embargo, puede que descubran que ya han sido eclipsados.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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