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El Foco
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los ‘ninis’ frenan la locomotora alemana

Tras el varapalo de Pisa, el país invertirá en 4.000 escuelas difíciles y en libros. Mientras el 71% de los jóvenes de los 80 y 90 accedió a la clase media, hoy solo el 61% de los mileniales lo logra

Berlin
Annegret Hilse (Reuters)

Los ninis van a más. Tres millones de adultos jóvenes entre 20 y 30 años no tienen formación. Una de cada cinco personas de esa edad no cuenta con una cualificación documentada, según un informe del Gobierno alemán sobre los ninis de hoy. Es una cuestión muy grave en un país de alto rendimiento que presenta una pirámide demográfica invertida y en el que faltan millones de especialistas. A Berlín le preocupa que sean cada vez más. Solo en los últimos nueve años se ha sumado un millón de jóvenes sin cualificación.

Mientras los profesionales baby boomers se están despidiendo ahora de su vida laboral; llegan los ninis, con pocas posibilidades de trabajar. En Alemania, quien no está formado sufre un riesgo elevado de formar parte de la tropa del millón de parados de larga duración. Los ninis son uno de los grandes dilemas de la economía alemana: por un lado, faltan especialistas; por otro, aumenta la población poco o nada formada. Privilegiada por su sistema educativo basado en los dos clásicos pilares (el académico y el de la formación profesional dual), la economía germana no entiende que los jóvenes rescindan el 30% de sus contratos con las empresas en las que realizan la parte práctica (la mitad de la formación tiene lugar en la firma) de su FP. Los sindicatos critican que solo el 19% de las empresas ofrezcan puestos de formación. Pero las empresas se quejan de que no encuentran a chicos con el perfil adecuado en un país con mucho trabajo: 1,7 millones de puestos siguen sin ocupar.

No todos los contratos que se rescinden implican que los jóvenes dejen de formarse, algunos cambian de puestos formativos. No obstante, Alemania no puede permitirse que tantos jóvenes ni estudien ni trabajen. Según la fundación Bertelsmann, hay 630.000 ninis entre 15 y 24 años. Son los neets en inglés (not in employment, education or training). La mayoría de ellos no concluyó la secundaria; pero también muchos de los que lo hicieron no encontraron una plaza de FP. Son, sobre todo, chicos de procedencia extranjera (el fenómeno nini les afecta el doble que a los alemanes), poco formados, o madres muy jóvenes y varones con problemas psíquicos y de adicción. 50.000 jóvenes abandonan cada año el instituto. El desconocimiento o poco dominio de la lengua alemana resulta un factor negativo clave.

Berlín se propone ahora atajar el problema del aumento del paro entre los jóvenes alemanes; sobre todo entre los ninis. Ya existen 353 agencias de empleo encargadas de asesorarles, formarlos e integrarlos en el mercado laboral. Las prácticas laborales forman parte del currículo de los institutos de secundaria. Además, tras el desastre Pisa, el Gobierno aprobó en febrero el mayor programa de formación de su historia. En Alemania se tarda seis generaciones en ascender socialmente. Y es el país de la OCDE que registra un mayor vínculo familiar en el fracaso escolar. El nuevo programa gubernamental Startchancen (oportunidades desde el principio), financiará un paquete de medidas para 4.000 escuelas difíciles repartidas por toda Alemania. La idea es invertir en los fundamentos educativos porque como dice la misma ministra de Cultura, Theresa Schopper (los Verdes), los primeros años son claves para el éxito educativo.

El objetivo es crear equipos multidisciplinares que intervengan en el apoyo a las escuelas con elevados porcentajes de estudiantes socialmente menos privilegiados. Es la reacción política ante la pérdida de competencias en lengua y matemáticas. Y el deseo de romper con “la clara relación entre procedencia social y éxito escolar que muestra Pisa”; sobre todo, en las escuelas en las que hasta el 80% de los chicos habla una lengua materna que no es el alemán. El programa de 10.000 millones de euros en 10 años para unas 4.000 escuelas en barrios pobres beneficiará a un millón de estudiantes.

Alemania se cuestiona su modelo educativo tras recibir un varapalo en el estudio PISA: figura en la posición 22, por delante de la Unión Europea (24) y de España (25) en el estudio internacional comparativo de las competencias cognitivas de los chicos de 15 años en matemáticas, lectura y ciencias. La economía alemana advierte que teme por su competitividad. El Estado de Baviera exige una reforma para ofrecer formación individualizada y concentrarse en primaria en las competencias básicas, las matemáticas y el dominio de la lengua. En Baviera los colegios ya pueden impartir alemán en lugar de inglés en el horario previsto para lengua extranjera.

Alemania invirtió 181.000 millones de euros en 2023 (176.300 millones de euros anuales en educación pública (4,7% del PIB, un porcentaje similar al de España en 2022). El investigador económico Marcel Fratzscher advierte de que el ascenso social sigue cayendo desde hace 40 años. Mientras el 71% de los jóvenes baby boomers de los años ochenta y de los noventa consiguieron establecerse en la clase media, en la actualidad solo el 61% de los mileniales lo consigue. La razón es la mayor importancia de la formación en la vida laboral. Según Fratzscher, el abandono escolar refleja la creciente polarización social. “En ningún otro país industrializado ha menguado tanto la clase media como en Alemania.”

Detlef Storm, rector de una escuela de Stuttgart con un porcentaje de niños extranjeros del 90%, apunta algunos de los problemas: violencia, clases heterogéneas, desestructuración familiar que impide a los chicos asistir a la escuela. Los institutos piden que se invierta más en profesorado, en trabajadores sociales, y en especialistas que acompañen a los chicos con necesidades de inclusión. Storm advierte que muchos chicos extranjeros no habían pisado antes una escuela. En muchos casos, “tenemos que convencer a los padres de que el colegio es una institución que beneficiará a sus hijos.”

Nunca hasta ahora había caído Alemania tanto en el estudio PISA desde que se introdujo en 2000. La OCDE baraja razones como la falta de personal educativo, el incremento de diferencias entre sexos (las chicas son mejores) y la heterogeneidad de la población. Luego están las pantallas. El 31% de los chicos (promedio OCDE) reconocen que los aparatos digitales les distraen en el aprendizaje. En Finlandia, ese porcentaje sube al 41%. Sus escuelas introdujeron antes que nadie el método digital. El llamado homeschooling funcionó a la perfección durante la pandemia. Ahora Finlandia figura en la decimoséptima posición en PISA. Y su emérito profesor en gramática islandesa Eiríkur Rögnvaldsson propone una reducción de la jornada laboral para que los padres hablen y lean con sus hijos. En Alemania un grupo de científicos en torno al neurólogo Manfred Spitzer exige que las escuelas no introduzcan medios digitales hasta que no se conozcan bien las consecuencias de estas tecnologías para el cerebro infantil y adolescente.

Lidia Conde es periodista y analista de economía alemana

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