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Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una solución obvia a la inflación, y la segunda revolución eléctrica

Hay poco que decir sobre los bonos ligados al IPC

Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro y Financiación Internacional.
Carlos San Basilio, secretario general del Tesoro y Financiación Internacional.Manuel Casamayón
CINCO DÍAS

La solución más obvia para no perder dinero con la inflación son... los bonos ligados a ella. No dan rentabilidades enormes, pero son la mejor garantía contra las subidas de precios que no cesan, y que están demostrando ser más resistentes de lo previsto. Para el Tesoro son una obligación importante, que se suma a la subida de la carga de intereses por la normalización monetaria. En parte, compensan la ganancia real que supone para el Estado la propia inflación, que aumenta los ingresos nominales sin elevar la deuda.

El porcentaje que suponen este tipo de bonos en España (ligados a la inflación de la zona euro) es del 6%, frente al 10% de Italia o España. Para quienes crean, con buenos motivos, que la transición energética –que es el impulsor de fondo de esta crisis inflacionaria–va a durar años, hasta que se encuentren tecnologías de almacenaje o de baterías de vehículos que rebajen notablemente los costes, es una inversión más que recomendable, con un riesgo mínimo. Sus ventajas son tan obvias que se entiende que los gurús no hablen de ellas, porque es poco lo que pueden aportar para demostrar conocimiento de los mercados.

Los empleados de banca también notan la mejoría del negocio

Tradicionalmente, los empleados de banca han gozado de condiciones bastante envidiadas por aquellos que se encuentran cómodos en tareas repetitivas. En los últimos años, sin embargo, los masivos recortes de empleo, provocados por las fusiones y por la transición digital, han endurecido el trabajo para los que lo han mantenido. En concreto, los de CaixaBank han vivido tiempos convulsos. Ahora que el sector financiero vive mejor, la entidad intenta facilitarles la vida reduciendo su carga administrativa, y rebajando la presión para que vendan productos cruzados... o incluso teléfonos móviles.

El sector inmobiliario empieza a notar la normalización financiera

Las inmobiliarias han vivido relativamente tranquilas los años de la pandemia y el comienzo de la crisis energética. El saneamiento provocado en el sector, en particular en las promotoras, por su crisis propia, las había colocado en una situación razonablemente sólida para capear el temporal. Pero la inflación ha ido haciendo mella, y el endurecimiento de las condiciones financieras les ha complicado la vida a las empresas que, como las de tantos otros sectores, se endeudaron con dinero barato confiando en que la prosperidad auspiciada por los bancos centrales duraría mucho tiempo. Pero ahora deben afrontar refinanciaciones que les van a salir más caras; algunas están vendiendo carta para desapalancarse.

Una segunda revolución eléctrica para mover máquinas a toda velocidad

Ánodos, cátodos... El lenguaje de los coches eléctricos y sus baterías retrotrae a La bola de cristal y a los electroduendes, como la bruja Avería. Resulta que las plantas de empresas chinas que se están instalando en Europa son en su mayoría de ensamblaje; no traen los procesos clave de fabricación de componentes como el cátodo.

Las empreas del Viejo Continente siguen buscando la forma de abastecerse de metales críticos para la producción, y también del conocimiento para combinarlos.

La electricidad es invisible a los ojos, pero nos hemos acostumbrado tanto a ella que no somos conscientes de su complejidad, sobre todo cuando se pretenden mover grandes máquinas a toda velocidad.

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