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Indra respalda el plan de Escribano para aparcar la compra de Santa Bárbara y crecer con Duro Felguera

El consejo de la multinacional apoya de forma unánime el planteamiento del presidente de la compañía de acelerar la fabricación de vehículos militares con la compra de una planta de la firma asturiana tras la negativa de General Dynamics a vender Santa Bárbara

El presidente ejecutivo de Indra, Ángel Escribano.

Indra acelera sus planes de crecimiento en el sector de la defensa. Según aseguran fuentes al tanto de las conversaciones, el consejo de administración de la compañía del Ibex 35 ha mostrado su apoyo unánime al plan propuesto por su presidente, Ángel Escribano, para acelerar su plan de fabricación de vehículos militares con la adquisición a Duro Felguera de la planta de El Tallerón, situada en Gijón. Se trata del plan B del ejecutivo, después de anunciar recientemente en el Congreso de los Diputados que General Dynamics ha rechazado vender Santa Bárbara a Indra.

La solución de crecer aprovechando la fábrica de Duro Felguera de Asturias supone además un cierto alivio para los 146 empleados de esta planta, ya que la compañía asturiana pasa por un momento especialmente crítico. A primeros de marzo pidió más tiempo para evitar el concurso de acreedores; la firma está actualmente en preconcurso. Entre los afectados también se encuentra la Administración central. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) otorgó un crédito convertible en acciones de 120 millones de euros en 2021 para paliar las pérdidas derivadas de la pandemia.

Las fuentes consultadas señalan que la adquisición de esta planta se cerrará en las próximas semanas, dada la urgencia que tiene Indra de acelerar el crecimiento en esta vertiente, para la que ha creado la filial Indra Land Vehicles. Para evitar conflictos de interés en esta operación, los representantes de la Sepi tanto en Indra como en Duro Felguera se abstendrán, tal y como hicieron en la compra de Hispasat a Redeia.

En cualquier caso, las fuentes consultadas no descartan su intención de comprar Santa Bárbara más adelante, pero la necesidad de empezar a fabricar les ha llevado a buscar una solución alternativa. En este sentido, creen que en el medio plazo General Dynamics puede acabar desprendiéndose de la compañía de defensa española, que se vendió a la multinacional norteamericana en 2001, hace 24 años.

El presidente de Indra, Ángel Escribano, fue crítico en su comparecencia en el Congreso de los Diputados con la gestión de General Dynamics en Santa Bárbara, a la que acusó de no invertir lo suficiente e incluso planteó su renacionalización. La firma estadounidense, que está trabajando con el exjefe de gabinete de Moncloa Iván Redondo, lanzó un comunicado posteriormente en el que aseguraba haber invertido casi 500 millones de euros desde 2010. “Seguimos plenamente comprometidos con el Gobierno español en apoyar y aumentar la capacidad de España para diseñar y fabricar vehículos de combate, tanto para sus propias necesidades como para las necesidades de otros aliados europeos”, señalaban desde General Dynamics.

Mientras tanto, Indra ha fichado a diversos directivos de Santa Bárbara para Indra, lo que refuerza las capacidades en materia de defensa de la compañía del Ibex. Estos fichajes se dan después de que algunos altos cargos de Indra hayan desembarcado en Telefónica, una vez que Marc Murtra, expresidente de Indra, fuera designado en enero a su vez presidente de Telefónica.

Indra aspira a ser la gran empresa de defensa española. En este contexto, la firma participada por la Sepi decidió designar como presidente ejecutivo a Ángel Escribano. Además de ser el primer accionista privado de la empresa, con más del 14% de las acciones, este ejecutivo es, junto con su hermano Javier, el propietario de Escribano Mechanical & Engineering, una de las compañías de referencia en el sector. Este mismo jueves, Javier Escribano ha anunciado que facturarán este año 430 millones de euros, alrededor del 20% más.

El mercado está respaldando la gestión de Ángel Escribano en Indra durante las primeras semanas de su mandato, en las que la compañía ha acelerado la transformación que venía desarrollando en su plan estratégico de cara a 2030. Su objetivo pasa por desarrollar sus divisiones de defensa y espacio. En ese objetivo se explica la compra de Hispasat y las pretensiones de fabricar vehículos militares. Indra ha subido en bolsa un 70% desde principios de febrero, cuando se compró el gestor de satélites a Redeia por 725 millones de euros. La compañía ya está valorada en casi 5.000 millones de euros.

Esta revalorización se produce en plena tensión geopolítica internacional. El distanciamiento entre EE UU y Europa y la amenaza de Rusia, aún envuelta en su invasión sobre Ucrania, ha llevado a Bruselas a solicitar un fuerte aumento de los presupuestos para gasto en defensa, de lo que pretenden aprovecharse empresas europeas como Indra. La compañía aspira a consolidar toda la cadena de valor en la fabricación. Para ello se ha embarcado en una política de compras que le permitan acceder a los grandes concursos internacionales que se prevé que lleguen a Europa.

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