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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La tristeza de los bonos acaba con la diversión de las acciones

Con los tipos subiendo por el peor motivo, la inflación, es probable que la renta variable siga sufriendo

dólares
Billetes de cien dólares.Rick Wilking (REUTERS)

La miseria adora la compañía. Un repunte del precio del petróleo y la creencia de los inversores de que los tipos de interés se mantendrán altos golpearon con fuerza tanto a los bonos como a las acciones en septiembre, una correlación que se da en ocasiones, pero que nunca es muy divertida para los inversores. Con los tipos subiendo por la peor razón –alta inflación en lugar de alto crecimiento–, es probable que las acciones sigan sufriendo. Pero no todos los títulos corporativos sufrirán. A las que tienen mucho efectivo les irá mejor que a las más arriesgadas.

Septiembre hizo honor a su reputación de mal mes para los mercados. Los rendimientos de la deuda pública estadounidense a 10 años, que se mueven de forma inversa a los precios, cerraron el mes en el 4,57%, en torno a sus máximos de 16 años y por encima del 4,1% de finales de agosto. Entre julio y septiembre, registró su mayor subida trimestral en un año, prolongando una mala racha que comenzó a principios de 2022, cuando la Reserva Federal estadounidense y otros bancos centrales empezaron a subir los tipos de interés para frenar la elevada inflación.

A menudo, la debilidad de los bonos beneficia a las acciones, ya que los inversores alternan entre las dos clases de activos. Pero el mercado de renta variable también está a la baja. El S&P 500 perdió un 4,8% en septiembre, incluidos los dividendos reinvertidos, el peor resultado mensual del año. Entre julio y septiembre registró la primera caída trimestral del año, un 3,7%. El Stoxx 600 europeo, por su parte, perdió un 2,9% en esos tres meses.

Los motivos

Ello se debe a las razones que explican el aumento de los rendimientos. La semana pasada, los precios del petróleo tocaron el nivel más alto desde noviembre de 2022, en medio de los recortes de la oferta por parte de los productores. Las últimas previsiones de la Fed, publicadas el 20 de septiembre, muestran una subida más de tipos este año. A más largo plazo, el banco central prevé recortar los tipos más tarde, y a un ritmo más lento, de lo que señaló en junio.

Si la historia nos sirve de guía, las Bolsas seguirán sufriendo. David Kostin, de Goldman Sachs, calculó que, desde principios de 2021, los rendimientos de la deuda pública a 10 años ajustados a la inflación han subido en el 53% de las semanas. Cuando los tipos de interés subían como consecuencia de las expectativas de crecimiento, la relación precio-beneficio del S&P 500 aumentaba una media semanal del 0,3%. Pero si los rendimientos se disparaban por temor a una desaceleración, el múltiplo se contraía una media del 2,0%.

Esto tiene sentido. Si el crecimiento se ralentiza y la inflación aumenta, el crecimiento futuro del flujo de caja es menos seguro. Por tanto, a medida que suben los tipos, el efectivo que hay hoy en el banco vale más, y el que vendrá mañana se descuenta a un tipo más alto. Los denominados valores de corta duración, o aquellos que esperan tener un fuerte flujo de caja más pronto que tarde, se vuelven mucho más valiosos. Si una empresa puede ganar dinero internamente, aumentando su valor intrínseco, aún mejor.

Esta es probablemente la razón por la que el índice Nasdaq Composite, con un alto componente tecnológico, obtuvo en septiembre unos resultados inferiores a los del –más sólido– S&P 500: en torno a un 15% menos. También es la razón por la que valores con ganancias constantes, como la aseguradora Chubb subieron un 4% en septiembre, mientras que las acciones del grupo alimentario Kraft Heinz registraron un aumento del 3,2%. Este último también disfruta de una saludable rentabilidad por dividendo del 4,76%, suficiente para competir con los bonos del Estado. Hasta que la nube de los tipos se disipe, los días soleados de los inversores serán desiguales.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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