La convergencia de gobierno corporativo y la tecnología
Tener figuras especializadas en transformación digital dentro del consejo de administración debería ser cuestión de tiempo
En un mundo cada vez más digitalizado, donde la tecnología avanza a pasos agigantados y afecta prácticamente a todos los aspectos de nuestras vidas, es imperativo que las organizaciones se mantengan al día y se adapten a esta nueva realidad. Uno de los ámbitos clave donde esto se vuelve crucial es en los consejos de administración, aquellos órganos encargados de tomar decisiones estratégicas y salvaguardar los intereses de una empresa.
Si bien los consejos de administración han estado compuestos por expertos en áreas tradicionales como finanzas, marketing, derecho y recursos humanos, la creciente influencia de la tecnología en los negocios ha hecho fundamental que estos consejos también cuenten con miembros que comprendan a fondo el panorama tecnológico actual y puedan tomar decisiones informadas sobre cómo aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece.
La incorporación de la tecnología en los consejos de administración no se trata solo de tener un representante del área de tecnología, sino de asegurar que los miembros del consejo comprendan la transformación digital y la importancia de la innovación tecnológica en todos los aspectos del negocio. Esto implica, si cabe, desafiar el statu quo y promover la adopción de tecnologías emergentes en beneficio de la empresa, así como tener una comprensión profunda de las últimas tendencias tecnológicas, de los riesgos y oportunidades asociados.
Es tal la urgencia de incorporar estos perfiles dentro de los consejos que ya podemos ver el primer estudio organizado por la consultoría Xvalue con el apoyo de Telefónica y Capgemini España. Mirando resultados, podríamos destacar que el 43% de los consejeros que han formado parte del estudio piensan que la tecnología jugará un papel crítico que alterará su modelo de negocio, cadena de valor y mapa competitivo, y un 81% la consideran imprescindible dentro de su estrategia corporativa. Estas cifras revelan la creciente conciencia de que la incorporación de la tecnología es imprescindible para mantenerse relevante y competitivo en un entorno empresarial en constante evolución.
Si esta conciencia aflora, la realidad es que solo el 4% de este mismo estudio tienen una comisión de tecnología, cuando el 87% creen que sería útil tener esta figura entre sus filas.
Cuando nos adentramos en qué tecnologías pueden ser las más significativas, podemos hablar de que cada una de ellas nos aportará diferentes ventajas competitivas.
Si hablamos de inteligencia artificial y con los datos previamente bien definidos, esta tiene la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos en tiempo real, identificar patrones y tendencias señalando oportunidades de crecimiento o áreas de riesgo potenciales. Información precisa para tener una visión más completa y fundamentada a la hora de abordar temas estratégicos y operativos, aprovechando oportunidades emergentes o mitigar riesgos antes de que se conviertan en problemas.
La realidad aumentada, dependiendo de nuestro negocio, puede mejorar la experiencia del cliente, agilizar la formación de empleados, resolución de problemas y mantenimiento de equipos sin tener que desplazarnos.
Los digital twins o gemelos digitales permiten la simulación, hacer análisis predictivos, optimizar los procesos identificando ineficiencias y realizar mejoras en tiempo real.
La blockchain brinda transparencia y seguridad en las transacciones, garantizando la integridad de los registros y la trazabilidad de las transacciones, lo que es especialmente relevante en industrias como la cadena de suministro, la logística y las finanzas.
El metaverso es un concepto emergente que representa espacios virtuales, ofreciendo nuevas formas de interacción, de aprender mediante la gamificación y de realizar transacciones económicas virtuales.
Al considerar estas tecnologías emergentes, los consejos de administración deben evaluar los riesgos asociados, como la privacidad de los datos y los impactos éticos, estableciendo políticas y prácticas de gobernanza que aborden estos desafíos y garanticen un uso responsable y ético de estas tecnologías teniendo una visión más amplia que la perspectiva tradicional de medición de desempeño empresarial enfocada exclusivamente en los resultados financieros.
La triple cuenta de resultados, considera tres dimensiones clave: el desempeño económico o ganancias, el desempeño social y las personas y por último el desempeño ambiental o del planeta. En cada uno de estos espacios la tecnología puede ser nuestro gran aliado. En cuanto al desempeño económico, ya hemos dado suficientes razones anteriormente. Valorando el desempeño social, las tecnologías digitales pueden mejorar la comunicación y la interacción entre las empresas y sus empleados, clientes y otras partes interesadas. Las plataformas de colaboración y comunicación digital permiten un flujo de información más eficiente, fomentando la participación y la colaboración entre los diferentes actores. Además, las tecnologías de la información pueden ayudar a las empresas a monitorear y gestionar mejor las condiciones laborales, la diversidad y la inclusión, y promover prácticas empresariales socialmente responsables.
Con relación al desempeño ambiental, las nuevas tecnologías ofrecen oportunidades para reducir el impacto ambiental de las operaciones empresariales. Por ejemplo, la adopción de tecnologías de eficiencia energética y la monitorización de recursos pueden contribuir a la reducción del consumo de energía y la gestión sostenible de los recursos naturales. Además, la aplicación de tecnologías como la inteligencia artificial y la analítica de datos puede ayudar a identificar oportunidades para optimizar los procesos y reducir las emisiones de carbono.
El éxito empresarial no se limita únicamente a las ganancias financieras, sino que también implica considerar el bienestar de las personas y el cuidado del medio ambiente. La tecnología es nuestra gran aliada y tener figuras especializadas dentro del consejo de administración debería ser cuestión de tiempo.
Mar Meneses es psicóloga ejecutiva
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