El ‘PIBPlus’ de EEUU señala recesión
Las dudas sobre la desaceleración en el país continúan: hay varios indicadores, de los que nunca han fallado, que apuntan en esa dirección
En EE UU siguen deshojando la margarita de si entrarán en recesión o no, y las Bolsas siguen con la duda de si tendrán que pasar por un nuevo mínimo de este ciclo antes de seguir subiendo con la misma fuerza que les ha permitido recuperarse en los últimos nueve meses (una fuerza que le ha sido proporcionada por la irrupción en los negocios, y hasta en los telediarios, de la inteligencia artificial).
Y es que la inteligencia artificial viene con la promesa de los aumentos de productividad que yo esperaba para esta década, pero que por el momento no han aparecido por ningún lado. Quien no esté al corriente de ese fallo en la evolución de la productividad, que se asome a la de EE UU, que en la década pasada no subió ni un tercio de lo que subió en las de 1950 y 1960, y que en su dato más reciente (el del primer trimestre de 2023) está un 2% más baja que la del segundo trimestre de 2021.
¡Para qué hablar de la productividad de la economía española que, con un PIB igual al de antes de la pandemia, consigue mantener trabajando a más de medio millón de personas más! Lo que indica que su productividad aparente está en muy mal estado: más personas produciendo el mismo PIB de antes del Covid 19.
Las dudas sobre si la recesión se aproxima o no a los EEUU siguen siendo las mismas que hace un par de meses: hay un buen número de indicadores, de los que nunca han fallado, que apuntan en esa dirección. Entre ellos están la inversión de la curva de rentabilidades de la deuda pública norteamericana; el índice de indicadores adelantados que elabora el Conference Board; el índice manufacturero de la Reserva Federal de Filadelfia; la caída anual de las importaciones en términos reales; el que el porcentaje de bancos que han endurecido su política de concesión de préstamos haya alcanzado el 46%... Todos esos indicadores han sido compatibles desde 1950 (o desde que su serie histórica existe) con el inicio o el desarrollo de una recesión económica.
Sin embargo, la tasa de desempleo en el3,6% y las estimaciones que hace del crecimiento del PIB en el segundo trimestre el servicio de estudios de la Reserva Federal de Atlanta (0,6%, trimestral, que se suma al 0,5%% del primer trimestre) apuntan en la dirección opuesta: la de una economía que aún no sufre los efectos de una subida de tipos de interés muy drástica (del 0% al 5,25%, y, probablemente, en esta misma semana, al 5,50%).
Como un indicador más de que la economía de EEUU no está en buena forma se cita últimamente con insistencia el que el llamado PIBPlus (o PIBMás) está retrocediendo. Este indicador es una combinación de los datos del muy conocido PIB (producto interior bruto) y de la renta interior bruta. El primero mide el total de la actividad económica desde el punto de vista del gasto final y el segundo desde el punto de vista del ingreso (el PIBPlus lo elabora la Reserva Federal de Fildelfia).
Junto a la extrañeza que produce ese disloque tan aparentemente irresoluble entre lo que dicen unos y otros indicadores, no es menor la provocada por la recuperación tan fuerte de las Bolsas desde octubre del año pasado.
Ya hemos comentado aquí en alguna ocasión que, observando la Bolsa, todo aparenta que sus mínimos de este ciclo de subida de tipos de interés son los que se produjeron en octubre del año pasado, cuando el índice general S&P 500 acumulaba un -26% y el índice tecnológico Nasdaq 100 llegó a caer un total de 36%.
Concluir que los mínimos de la Bolsa en este ciclo de caída de las cotizaciones iniciado en enero de 2022 es el que se produjo en octubre pasado es algo que resulta inaudito si se piensa en la experiencia acumulada desde 1950. Y es que nunca los ciclos bajistas de Bolsa han alcanzado su mínimo antes de que los tipos de interés hayan empezado a bajar de nuevo y, en el caso actual, no solo no se ha cumplido aún esa condición de bajada de tipos de interés, sino que, al contrario, desde que el mínimo de octubre pasado se alcanzó, los tipos de interés han seguido subiendo hasta el punto de duplicarse o casi.
Para complicar más la cuestión, la historia, que es tan útil en tantas ocasiones, nos aporta otro dato interesante: desde enero de 2022 en que se inició la caída de Bolsa han pasado 19 meses. Desde 1950 solo se han producido tres ciclos bajistas de Bolsa de mayor duración de 20 meses: los de la primera crisis del petróleo (1972-1974, 21 meses); el segundo shock del petróleo (1980-1982, 21 meses también) y el estallido de la burbuja tecnológica (2000-2003; 36 meses).
De modo que las dos alternativas para las Bolsas son que o, efectivamente, el ciclo bajista se terminara en octubre pasado o que quede por delante un buen número de meses más en los que las Bolsas deberían bajar al menos un 22% hasta alcanzar el verdadero y definitivo nivel mínimo de este ciclo. Con la parsimonia actual de los mercados resulta poco verosímil que esto pueda suceder. Pero hay que recordar que, si algo es demasiado bueno para durar, no durará.
Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado y analista financiero
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